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Oxide Room 104 Análisis – La escape room de Saw y Silent Hill con la que no contabas – Review sin spoilers para PS5, PS4, Xbox One, Series X|S, PC y Switch

Una notable producción española que hace de su festín gore un estupendo homenaje a dos nombres propios dentro del terror

Resulta curioso lo poco que se ha explotado en el entretenimiento interactivo la franquicia Saw. No será porque no hay películas entre las numeradas (lleva una decena), los spinoffs y las que a su vez se han inspirado en ella (Tú eres el siguiente). Apenas tuvimos un par de juegos en la generación PlayStation 3-Xbox 360 distribuidos por Konami, centrados en la resolución de puzles uno tras otro. Pero, en general, no hemos encontrado producciones que supieran sacarle realmente partido a la escabrosidad body horror de Saw, ni siquiera utilizando su propia licencia original. Ese mérito ha recaído en otras producciones ajenas al nombre, escasas pero de impacto, como Outlast, de la que ya os hemos hablado largo y tendido por su aniversario. Y, más recientemente, en este Oxide Room 104.

En este título español tenemos trampas mortales que se resolverán dependiendo de nuestro ingenio. Tenemos una estética sucia y putrefacta. Tenemos secuencias de tortura y mutilación imprescindibles en el body horror. Tenemos hasta un Jigsaw que no se llama Jigsaw, sino Doc. Es decir, tenemos Saw por un tubo sin ser Saw y ya desde la propia carátula del videojuego, muy similar al poster de una las entregas.

No hay lugar al engaño: Oxide Room 104 promete Saw y lo da a borbotones -nunca mejor dicho-. Porque la suma de sus detalles lo convierten, aunque no utilice la licencia, en el mejor juego basado en la serie creada por James Wan y Leigh Whannel.

Atrapados en un motel

Oxide Room 104 va al turrón desde el principio y no se anda con rodeos. Una breve secuencia con un tema musical vocal y la imprescindible lluvia made in Seven de David Fincher dan paso directamente al juego. Nada de rodeos: estamos en pelotas encerrados en un baño lleno de porquería y hay que salir como sea.

La habitación está llena de objetos, de cajones cerrados, de vendas, de llaves ocultas en baúles… Hay que inspeccionarlo todo, usar la sesera y darle a cada ítem su utilidad correspondiente. No hay que dejar ningún rincón sin mirar o podríamos pasar por alto una pista, un accesorio o un objeto que más tarde nos resulte de valor.

Desde el minuto 1, Oxide Room 104 hace gala de su condición de escape room interactiva y sobre esas bases, establecerá el resto de la partida. Esto significa que cada estancia de este sucio motel esconde un mini-rompecabezas, el cual nos dará acceso a otras habitaciones mediante llaves y así, progresivamente, hasta alcanzar la salida.

Algunos de estos acertijos requieren la reunión de elementos, a veces estarán dentro de la sala y otras, esparcidos entre varias. Aquí entra en juego la gestión de inventario, un clásico del survival horror que deja un agradable regusto old school.

A los veteranos, su limitadísimo menú (ampliable con el ítem correspondiente) y los baúles donde guardar temporalmente objetos seguro que os traen recuerdos del Vietnam. Es decir, de Resident Evil y de Silent Hill.

Del pueblo maldito de Konami también toma prestada en buena medida la imaginería del recinto. Las criaturas que campan a sus anchas no son zombis, ni contagiados, ni locos caníbales a lo Outlast. Son deformaciones y monstruos de retorcidos movimientos y enormes mandíbulas que sustituyen a presencias humanas, resultando más que familiares entre los seguidores de Pyramid Head y compañía.

Prueba de que el adn de Silent Hill está en todo el motel de Oxide Room 104 lo detectamos en forma de otros guiños tan poco sutiles como un acertijo… con un piano entre los instrumentos de música. No faltan detalles pensados por y para los amantes de los survival horror más clásicos y referenciales de la industria.

Un bucle en Silent Hill

En este sentido, lo escaso de la munición y todo lo relativo al armamento (otro de los pilares del survival horror clásico) tampoco falta a su cita con Oxide Room 104, de manera que muchas veces será mejor tirar de ingenio y cruzar por las estancias con total sigilo. De hecho, el juego te premia por ello descubriendo uno de los diferentes finales.

Otro de los epílogos, por cierto, lo obtendremos si fallamos muchas veces en los puzzles. Como decía antes, las habitaciones del motel tienen trampas, como gas venenoso u objetos punzantes, con lo que sufrir una herida o una intoxicación y no curarla a tiempo nos mandaría al Game Over.

Aunque realmente no es un Game Over como tal… Nos manda directitos al cuarto de juegos de Doc, que se lo pasa bomba con sus serruchos y cuchillitos, y afilándolos en nuestras carnes morenas. Cuando se ha despachado con nosotros, generando alguna de las secuencias más turbias y más gore del videojuego reciente, Oxide Room 104 empezará de nuevo y nos colocará justo al comienzo del todo.

Este es uno de los puntos más controvertidos del título, y el que sin duda dividirá a los que se alojen en el motel entre quienes acaben aborreciéndolo y los que se “piquen”. Oxide Room 104 no cuenta con saves manuales que permitan regresar al punto inmediatamente anterior a tu último fallo tocho, ese con el que te has reunido con Doc del tirón. Es decir, que al entrar en el motel también entras en un bucle temporal del que sólo vas a salir cuando, justamente, te pires del sitio.

Apartado técnico y artístico

Esta mecánica de empezar de cero puede hacerse tediosa entre los menos pacientes, y a la vez más estimulante para los que gusten de los retos. Los chicos de WildSphere, conscientes de ello, han incorporado unas dosis de aleatoriedad con cada bucle empezado de cero. Esto significa que cada partida dispone ciertos ítems curativos o de la historia en diferentes lugares, lo que asegura que no todo sea idéntico al 100% de un intento a otro.

Con todo, es la decisión más arriesgada de toda la producción y la que le da verdadera personalidad, ya que el resto de la producción es un conjunto sobradamente explotado, con todos esos préstamos estéticos extraídos de Saw y Silent Hill.

Precisamente son esas familiaridades artísticas lo que hace ganar empaque al resto del título, ya que técnicamente es modesto y muy, muy sobrio. En otras palabras, sabe maquillar limitaciones presupuestarias a base de un uso muy acertado de la suciedad, la oscuridad y el hedor de unos escenarios tan característicos de Saw.

En lo relativo al sonido, encontramos unos FX más que cumplidores y lo suficientemente variados. La banda sonora, por su parte, es mínima y de nuevo demuestra que los chicos de WildSphere han hecho de la necesidad una virtud en todo momento.

Reduciendo su presencia a momentos muy concretos, como el tema vocal del principio (que podemos oír en la primera escape room si conectamos la radio), la atmósfera estará cargada de la densidad del propio silencio del recinto. Es la decisión más práctica cuando hay limitaciones presupuestarias, por ser la que mejor partido saca a la tétrica ambientación.

Doblaje al español

El apartado sonoro guarda una agradable sorpresa. Oxide Room 104 cuenta con voces en nuestro idioma. Su reparto lo componen Jorge Vigo Da Silva en el papel del protagonista, Matthew, al que sí he notado forzado en algunas secuencias, aunque, en general, cumple con su cometido.

La estrella del show es el villano, al que da voz Sergi Carles, popularmente conocido como TodoJingles. El actor y locutor hace de su Doc un némesis totalmente creíble (y repulsivo). Cuida mucho de que no se le vaya de las manos el personaje y le otorgase involuntariamente un punto paródico que habría deslucido el resultado. Su voz es intimidante y su negrísimo sentido del humor también resulta perturbador, por lo que pocas pegas pueden hacerse en este apartado.

Duración, precio y ediciones

Oxide Room 104 está disponible en formato físico gracias a la distribuidora Tesura Games a un precio actual de 29,99€ en Switch y de 19,99€ en PS4 y PS5.

En Steam y Xbox One está disponible en formato digital únicamente. En todas estas plataformas se encuentra habitualmente a 24,99€. Sin embargo, es fácil verlo rondando los 14€ en ofertas digitales como las de terror de Halloween.

El precio es más que razonable para la relación calidad/duración que ofrece aunque, como siempre aclaramos en esta web, es un baremo tan sujeto a la subjetividad que la primera y última palabra corresponden al usuario.

Oxide Room 104 puede completarse del tirón fácilmente en 20 minutos una vez que memorizas recorridos (y si tienes la suerte de que los objetos recolocados al azar se sitúan en zonas cercanas).

Pero no es una referencia “realista”: antes de llegar a ese grado de conocimiento del juego has tenido que dedicarle ya varias horas antes y profundizar en él. Una primera partida, entre los reinicios de bucle, los acertijos y las trampas, se te puede ir a un promedio de entre cuatro y cinco horas como máximo. Después estarían, para los completistas, sucesivas pasadas centradas en la recopilación de documentos o en los finales por descubrir. En resumen, es un precio, insisto, mucho más que razonable para la calidad y la cantidad de horas que ofrece.

Conclusiones

Oxide Room 104 podría ser injustamente tachado por una parte del público como un sucedáneo simplón de Silent Hill y de Saw por el abuso de inspiraciones estéticas y un presupuesto que afecta, por ejemplo, al grado de similitud entre todas las habitaciones y a la austeridad del apartado técnico. Nada más lejos de la realidad.

Es una producción muy competente y más original de lo que cabría esperar en vista de los reclamos que utiliza, a estas alturas sobreexplotados en las industrias del cine, la televisión y los videojuegos.

Romper el bucle temporal de Oxide Room 104 y resolver la escape room del motel que suman todas las mini-escape rooms de sus habitaciones es una experiencia más que satisfactoria, especialmente entre los forofos de la casquería de Saw y el miedo retorcido de Silent Hill.

Con más virtudes que limitaciones, es un título más que recomendable a falta de una adaptación actual en condiciones de la franquicia cinematográfica, y uno de los ejemplos más notables de body horror interactivo.

¿Para cuándo un crossover en el que Jigsaw se vaya a pasar al motel un romántico fin de semana?


Enlaces de interés

Sergio Díaz
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