Entrevista a Sergio Martínez, director del corto Doppelgänger y fundador de RockSquad Productions
Doppelgänger, un found footage que bebe de El proyecto de la bruja de Blair, será presentado en Sitges este año
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En esta ocasión, he tenido el placer de entrevistar a Sergio Martínez aprovechando el reciente lanzamiento de su cortometraje Doppelgänger, un found footage que bebe de El proyecto de la bruja de Blair, apostando por imprimirle una identidad y mitología propias.
VideoJuerguistas: Antes de comenzar, Sergio, me gustaría que te dieras a conocer un poco más
Sergio Martínez: Mi nombre es Sergio Martínez y soy de Tarancón, un pueblo de Cuenca. Desde pequeño he vivido obsesionado con el cine y siempre he sido muy miedoso, pero en el momento que vencí mis miedos me convertí en un amante del género del terror y algún día me gustaría llegar a ser director de cine de dicho género. Actualmente tengo realizados 6 cortometrajes: Mus para Tres, Déjame, Veo, Veo, Doppelgänger, El Escondite Inglés y The Boogeycar.
VJ: En algún momento, hemos pasado por una circunstancia que nos ha empujado a hacer algo creativo. En tu caso, ¿qué te motivó elegir hacer cine?
S.M.: Como indiqué anteriormente, desde pequeño he vivido obsesionado con el cine. Mi regalo predilecto para los cumpleaños siempre eran películas en VHS. Cuando salió el DVD, pasaba horas viéndome todos los extras de cómo se hacían las películas; creo que ahí se sembró la semilla. Aparte, siempre que jugaba con juguetes lo hacía como si fueran películas o series con su inicio, desarrollo y desenlace.
VJ: ¿Cómo fue tu primera experiencia al ponerte tras los mandos de tu primera producción? ¿Tenías experiencia previa?
S.M.: Mi primera obra, Mus para tres, la realicé en mis años de universidad (estudié Comunicación Audiovisual) y fue como resultado de una práctica de dirección cinematográfica en la que teníamos que realizar una conversación entre tres personas para comenzar a aprender el lenguaje cinematográfico y cómo organizarlo. Tenía nociones, pero no prácticas.
El equipo que me ayudó a llevarlo a cabo sí que había realizado trabajos similares, así que fue un rodaje muy divertido y fácil. A partir del segundo cortometraje, Déjame, ya había trabajado como iluminador en algún largometraje y varios cortometrajes, por lo que ya sabía cómo afrontarlo y organizarme frente a un rodaje.
VJ: ¿Cuál ha sido el proceso de producción cinematográfica más pesado o que mayores quebraderos de cabeza te ha supuesto?
S.M.: Para mí fue Veo, Veo. No es por nada, la historia me encanta y el resultado final también, además es de mis cortometrajes mejor valorados. Pero llevaba unos 5 años sin realizar nada por mi cuenta y lo hice en plena pandemia, cuando no podían juntarse más de 6 personas.
Yo en el tema de cámara estaba muy verde y aquí fui operador de cámara, y además me encargaba de la iluminación, dirección y del sonido, ya que me echó un cable un amigo, pero no sabía de sonido y tenía que estar pendiente de la grabadora. No fue difícil de realizar y tenía claro lo que quería, pero el estar pendiente de tantas cosas no me hizo disfrutar para nada del rodaje.
VJ: ¿Qué consejos darías a guionistas, cámaras, directores, quien quiera realizar cortometrajes, pero no se atreve a dar el paso porque les resulta demasiado intimidante?
S.M.: Suena típico, porque es el consejo que se suele dar, pero el mejor es que hagan cosas. Haciendo es como se aprende. La evolución de mis primeros cortos a los últimos se nota, y ya no solo en calidad de imagen o de historia (eso es relativo a los gustos de los demás), sino a la hora de la organización y la eficacia con la que realizas los proyectos.
A base de hacer salen errores y se aprende de ellos para ir mejorando. También recomiendo que sean partícipes de otros proyectos, aunque sea como técnicos, porque es muy enriquecedor aprender de otros rodajes y de otros directores y te van sentando las bases como realizador. Y, sobre todo, rodearte de gente que crea en tus proyectos y quiera ser parte de ellos.
VJ: Hasta ahora, has publicado cuatro cortometrajes de terror en tu canal de YouTube y sé que tienes un par más en camino. Habrás disfrutado con cada uno de ellos, pero todos tenemos nuestro ojito derecho. ¿Con cuál te has divertido más? ¿Cuál ha sido el que peor te lo ha hecho pasar (por ejemplo, por complicaciones en el calendario, un guion técnico más exigente, un montaje que resulta más largo de lo normal…)?
S.M.: Tengo anécdotas divertidas con cada uno. El peor que me lo ha hecho pasar ha sido Veo, Veo por los motivos que comenté antes.
Con respecto a los tiempos de rodaje tengo recuerdos de Déjame, ya que fue el que considero mi primer cortometraje «oficial» y cuyo rodaje organicé yo con un guion original que no derivaba de una práctica universitaria. Calculé un tiempo de rodaje de 2 horas y así se lo hice saber al equipo, ya que no eran muchos planos, pero nos pasamos de las 6… Como dije antes, un error del que aprendes.
Luego tengo un especial cariño a El Escondite Inglés, ya que fue mi primer cortometraje con más de un día de rodaje y en el que me involucré en todo, similar a Veo, Veo, pero con un equipo técnico ya consolidado que hizo muy ameno el rodaje. Y el más ambicioso en todos los aspectos ha sido Doppelgänger y eso se está notando en la recepción de la gente.
Fue una idea original que llevaba años rondándome la cabeza y se fue transformando poco a poco hasta un resultado final 100% tal y como lo tenía en mente, pero hasta que no estuve rodeado del equipo técnico y artístico adecuado no me lancé a hacerlo. Además, el formato del cortometraje (found footage) era algo nuevo para nosotros, así que disfrutamos y aprendimos mucho.
The Boogeycar es un proyecto muy pequeño y también muy personal. Siempre he tenido en mente realizar una historia sin diálogos y en plano secuencia y tuve esta historia durante años en el cajón esperando el momento adecuado para salir a la luz. Sinceramente, no puedo estar más contento del resultado.
VJ: Para no destripar tus cortometrajes, diré que cada uno de ellos tiene un argumento completamente distinto, aunque todos tienen un interesante enfoque psicológico y tintes dramáticos que para nada solapan la verdadera intención, que es causar terror. ¿Cuáles crees que son las claves para crear este tipo de terror? ¿Consideras que hay ciertas fronteras que no deben cruzarse para no desviar la atención a la hora de generar miedo?
S.M.: Esta es una pregunta difícil y más para mi, que soy amante tanto del terror psicológico como del más visceral y gore y, por supuesto, ciencia ficción. Yo creo que a la hora de crear una historia las motivaciones de tus personajes deben de estar justificadas.
El problema está en que, aunque haya partes de comedia, las historias de fantasmas, aunque sean diferentes o tengas distintos matices, siempre juegan con el drama que representa un fantasma y la sensación de pérdida de este. Creo que es algo que va cogido de la mano incluso en comedias clásicas, como Casper o Beetlejuice.
Con respecto a las fronteras, eso ya es relativo a cada realizador. Si tú quieres contar una historia y te apoyas en el drama, en la comedia o en el terror para contarla, nunca debes olvidar las bases que te has planteado en la historia que quieres contar para no desviarte a una historia vacía de sustos o comedia.
VJ: Al contrario que un escritor, que puede crear todo cuanto quiera, un guionista debe crear pensando en el presupuesto. Cuando te dispones a escribir, ¿este aspecto te agobia mucho? ¿Ha influido en tu escritura?
S.M.: Te voy a ser sincero: sí y no. Como he dicho antes, tengo historias más ambiciosas y otras que no lo son tanto. Algunas de ellas, por medios o presupuesto, las puedo realizar ahora o están aparcadas para cuando cuente con los medios necesarios.
Es cierto que muchos guiones los he escrito y luego los he modificado con base en los recursos o medios de los que dispongo, pero nunca sin modificar la historia ni la esencia de lo que quiero contar. Como son varias ideas las que tengo guardadas no me agobia, aunque me preocupa que nunca lleguen a realizarse.
Lo que importa es no pararse nunca y tener varias balas en la recámara. A base de ir haciendo proyectos, poco a poco te ves capacitado para ir a por algo más grande (como es el paso de Mus para tres a Doppelgänger).
VJ: Pensando en grande (en cuanto a formato, no a dificultad, porque considero que el cortometraje tiene el reto de contar mucho en pocos minutos y prescindir de muchos elementos), ¿te gustaría dirigir o producir algún largometraje? ¿Preferirías centrarte en la labor de producción de cortometrajes, propios o ajenos, o incluso formar parte de la coproducción de largometrajes?
S.M.: Un sí a todas las preguntas. Como indiqué al principio, yo me metí como técnico de iluminación en un largometraje y de ahí me he dedicado a la iluminación de otros proyectos mientras por mi cuenta escribo y realizo los míos.
Aunque el objetivo sea convertirme en director de cine, disfruto muchísimo participando en otros rodajes y aprendiendo de ellos y, si me interesa el proyecto, no me importaría producir.
Con respecto a la dirección de largometrajes, es el paso a seguir de un realizador de cortometrajes y a todo lo que aspiramos. Aunque tenga historias cortas escritas, he pasado de obras de 3 minutos de duración a 15, y mis siguientes cortometrajes seguirán esa estela con la intención de dar el salto al largometraje.
Por cierto, ya sé cuál será mi primera obra, o al menos eso espero. Sé que ahí influyen muchos factores, pero espero que, tarde o temprano, de una manera u otra, acabe pasando.
VJ: Algo que me llamó la atención fue el acercamiento que hiciste al screenlife —para refrescar términos a nuestros lectores, es una de las ramas actuales del found footage o metraje encontrado— en el cortometraje El escondite inglés (Red Light, Green Light). De hecho, por la forma en que empieza y lo que se cuenta pensé que el resto de la producción sería así. ¿Tienes pensado contar alguna historia enteramente en este formato?
S.M.: ¡Sí! Tuve en mente realizar un cortometraje siguiendo esa técnica, pero no me terminó de convencer la idea, así que lo descarté. El Escondite Inglés iba a comenzar en un plano secuencia de las chicas saliendo del colegio, pero por problemas de logística y organización tuve que plantearlo de otra manera y ahí surgió el screenlife.
Como realizador, intento en cada cortometraje hacer cosas que nunca he hecho antes y tenía la espinita del cortometraje que no cuajó y me decidí por este formato. Aunque no parezca por montaje, la conversación es en plano secuencia. Y todo este gusto por este formato me viene de la película Open Windows, de Nacho Vigalondo, que recomiendo encarecidamente.
VJ: Conocí tu productora a raíz de la reseña de La cabaña del cine (@cabdelcine) sobre tu cortometraje Doppelgänger, un found footage que bebe de El proyecto de la bruja de Blair. Desde las letras sobreimpresionadas en negro hasta los pseudónimos de los protagonistas son una referencia a esta película. Aun así, tiene identidad propia (sin destripar el argumento) y sabe generar terror con su atmósfera y unas cuantas imágenes potentes. ¿Cómo te surgió esta idea? ¿Te gustaría seguir explorando este subgénero?
S.M.: Pues Doppelgänger es un cúmulo de ideas. Como indicas, El proyecto de la Bruja de Blair es una de esas películas que me marcó en mi infancia y siempre he querido hacer algo de ese género y rendirle homenaje.
Luego se juntaron dos factores: el primero fue una pesadilla que tuve (similar al final del cortometraje), y el segundo fue que, a raíz de esa pesadilla, le añadí el concepto «doppelgänger», una especie de leyenda urbana alemana que hace referencia a que todos poseemos un doble fantasmagórico que todos pueden ver menos tú. Basándome en esta pesadilla, en El proyecto de la Bruja de Blair y en este término, nació este proyecto.
Como bien indicas, realizo varios homenajes a El proyecto de la Bruja de Blair (como tipografías o nombres e incluso el póster y archivo publicitario), pero la historia es completamente original y no tiene nada que ver.
Además, creé una mitología completamente nueva en torno a la leyenda del «doppelgänger». Con respecto a seguir explorando este subgénero, creo que con Doppelgänger está bien, a no ser que un día —no lo descarto— quiera ampliar la historia. Pero sí es cierto que tengo un par de ideas para jugar con el género del falso documental o mockumentary. Y, en concreto, una que posiblemente sea uno de mis próximos cortometrajes.
En este subgénero, uno de mis principales referentes es Lo que hacemos en las sombras, de Taika Waititi (película y serie que recomiendo, porque os lo vais a pasar pipa). Cogiendo esta obra me gustaría, sin entrar en detalles porque es un proyecto muy primario, dar una versión propia del programa Hermano Mayor, donde obviamente el elemento sobrenatural o de terror y comedia negra no va a faltar.
También me gustaría hacer algún día un homenaje a la incomprendida Ocurrió cerca de su casa, para mí uno de los mockumentaries más bestias y entretenidos que he visto.
VJ: El found footage es el subgénero perfecto para todo creador independiente, pero a su vez es difícil causar terror si no se tiene una buena planificación técnica a la vez que camuflas todo como algo amateur. Por lo tanto, supone un desafío interesante. ¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la que has tenido que enfrentarte en Doppelgänger?
S.M.: Para mí, el principal desafío es conseguir la naturalidad en los actores y la sensación de soledad, de que están solos ante esa situación y no tienen todo un equipo técnico detrás, que sea creíble que son ellos los que están manejando la cámara y eligiendo los planos (en esta obra está justificado debido a su naturaleza de influencers y ese toquecillo que tienen de ir de «guais»).
La mayor dificultad a la hora de realizar Doppelgänger fue, por un lado, dar con un entorno para contar la historia (al principio era en un bosque, pero se modificó todo al descubrir esa cueva), y por el otro, el más importante, la planificación, preparación y organización del clímax del cortometraje, en concreto a la escena de las sombras.
Sin entrar en spoilers, pero a excepción de otro personaje que se nombra y las del chico, absolutamente todas las sombras pertenecen al personaje que interpreta Laura, por lo que imagínate lo que se tuvo que hacer para no perder la sensación de un plano secuencia en una escena crucial del cortometraje.
También mención especial a la secuencia de la cueva. Aunque parezca haber sido hecha en una toma, la primera parte está grabada de día y la segunda, de noche.
VJ: ¿Qué proyectos futuros se pueden esperar de RockSquad Productions?
S.M.: Pues llevo tiempo dándole vueltas a un cortometraje llamado Soy Yo, que espero realizar este año. Además, tengo otras obras en las que quiero jugar con la temática de vampiros, zombis y alienígenas, pero dándole mi toque personal.
Aparte de estas obras, puede que toque otros géneros, como la comedia, pero siempre con elementos del género detrás, como el suspense. Y no descarto que se me ocurra alguna idea nueva de golpe y me lance a realizarla (ejemplos como Veo, Veo o El Escondite Inglés surgieron así).
También, como mencioné anteriormente, me gustaría lanzarme al mockumentary e incluso llegar a realizar nuestro primer cortometraje. Pero cada proyecto tiene su momento.
Aunque tenga la vista puesta en Soy Yo, también puede que se den ciertas circunstancias y realice otra cosa antes (como ha pasado con The Boogeycar), así que os recomiendo que estéis atentos a mis redes para cualquier novedad. De todos modos, lo que tengo claro es que esto no va a parar.
VJ: Antes de despedirnos, voy a formularte la pregunta clásica del terror: ¿Cuál es tu película de terror favorita? Y una extra de regalo: ¿Cuáles nos recomendarías?
S.M.: Esta es una pregunta difícil que no sabría contestar. Tengo muchas que me llevaría a una isla desierta, pero no destacaría ninguna por encima. Si es cierto que le tengo mucho cariño a The Faculty, de Robert Rodríguez, que fue la primera película de «terror» que vi.
A la primera de Child’s Play (Muñeco diabólico), de Tom Holland, ya que Chucky ha sido mi archienemigo la mayor parte de mi infancia. Películas como La maldición de Cathy o El Proyecto de la Bruja de Blair me traumatizaron por completo de pequeño, por lo que las admiro ahora.
También me fascina la realización de El Exorcista y la primera La matanza de Texas y esa sensación de realidad que te transmiten dichas obras.
Actualmente soy un fanático de Mike Flanagan y James Wan y recomiendo absolutamente todas sus obras del género (las series de Mike Flanagan son una maravilla). En cuanto a películas de Flanagan, amo Somnia. De James Wan, aunque pasó desapercibida, recomiendo Maligno como un ejemplo brutal de rompecabezas llevado al guion y después a la pantalla.
Y, siguiendo por el slasher, para mí el mejor de esta generación es Wolf Creek, de Greg McLean. Si no la habéis visto, os invito encarecidamente a que la veáis porque tiene un asesino muy carismático y, al menos yo, empaticé y sufrí con los protagonistas.
Una de las películas que más me ha marcado recientemente y considero que todo amante del género debería de ver es It Follows, de Robert Mitchell. Recomiendo también no perderse su segunda película, Lo que esconde Silver Lake. Aunque no de terror, la capacidad de incomodar al espectador de este realizador es brutal.
Realizadores españoles, aunque no terror como tal, recomiendo a Nacho Vigalondo, que coge cualquier género y se lo lleva a su terreno. Vuelvo a recomendar especialmente Open Windows.
Un «must to see» en toda regla para mí es El amanecer de los muertos, de Zack Snyder; La niebla, adaptación del libro de Stephen King, de Frank Darabont, por tener uno de los finales más impactantes que haya visto, y Psicosis, adaptación del libro de Robert Bloch, de Alfred Hitchcock, que me parece una absoluta maravilla.
Y, como antología de terror, en este caso dentro del subgénero found footage, recomiendo V/H/S 2. No es necesario ver la anterior, pero las historias que lo componen, más los realizadores que hay detrás de ella, la convierten, para mí, en la mejor antología que existe.
Aun así, me vienen muchas más y podría estar hablando eternamente. Como recomendación final, The Final Girls, de Todd Strauss-Schulso; La invitación, de Karyn Kusama, o The Woman, de Lucky Mckee. Creo que son películas no muy conocidas y merecen un visionado.
Y hasta aquí llegamos, Videojuerguistas. Esperamos que, al igual que yo, El Saco de Sam, hayáis disfrutando con esta entrevista.
Recordad que podéis seguir sus trabajos y manteneros al día a través de su canal en YouTube o siguiéndole en su cuenta de Instagram. Por último, os dejamos Doppelgänger, su cortometraje más reciente, que hará las delicias de los seguidores del found footage y El proyecto de la bruja de Blair.
Enlaces de interés
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