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Trek to Yomi Análisis PS5 – Review – Opiniones – Contenido Deluxe Edition

Aprovechamos el reciente lanzamiento en formato físico de Trek to Yomi para compartir nuestra valoración de este juego de acción 2D sencillo y algo tosco en dinámicas, pero artísticamente impresionante

El timing del honor

Trek to Yomi vendría a ser un cruce entre los yo-contra-el-barrio más conservadores (Final Fight, Double Dragon, Streets of Rage, Tortugas Ninja) y una película de la cautivadora filmografía de Akira Kurosawa ambientada en el Japón feudal.

Pese a que esta combinación podría ser del gusto de la mayoría de jugones, Trek to Yomi no es un título para todo el mundo por las particularidades que ofrece su desarrollo, así que vamos a entrar en ellas y a realizar una valoración global con lo mejor y lo peor de la producción.

La venganza del samurái

Los relatos de samuráis gozan de un exotismo y una atracción irresistibles por más siglos que pasen de aquellos tiempos en los que la lealtad y la honorabilidad se grababan y se pagaban con sangre.

La venganza y la restauración del honor arrebatado suelen ser dos de los ingredientes habituales en ellos, de modo que no podían faltar a su cita con este videojuego que, justamente, rinde homenaje a la cultura japonesa más pretérita.

Nuestra aventura comienza con un joven Hiroki recibiendo las lecciones básicas de su maestro. En este tutorial se presentan las directrices fundamentales de su parte jugable: un botón para ataque ligero, otro para ataque fuerte, botón para rodar/esprintar, botón para encarar al enemigo y, por último, otro para bloquear.

Estos dos últimos será primordial dominarlos para superar las siete fases y la progresiva dificultad del juego, pero no será fácil y requerirá de habilidad por nuestra parte. El motivo es que dejar pulsado el botón de cubrirse impide que se rellene la barra de estamina del juego, algo necesario para realizar ataques. Esto obliga a tenernos en movimiento constante y a rodar por el suelo mientras dicha resistencia se recarga.

Por otro lado, pulsar dicho botón en el momento exacto en que vamos a recibir un impacto activa una animación que deja al enemigo vulnerable, permitiéndonos atacar. Dominar este timing o sincronización será la única forma de derrotar, posteriormente, enemigos enfundados hasta arriba en armaduras o con altos niveles de resistencia.

Por último, respecto al botón de encarar, posiblemente sea el punto más singular y que menos guste a los jugadores más acostumbrados a los estándares actuales. La falta de un redireccionamiento automático nos va a suponer una carga más a tener en cuenta en combate, sobre todo cuando nos rodeen varios enemigos, ya que deberemos alternar en todo momento a quién le arreamos los espadazos, si a los que vienen por la izquierda o los de la derecha.

Porque Trek to Yomi se desarrolla a base de escenarios cerrados en los que nos desplazaremos lateralmente. Rara vez existen secciones con profundidad de plano que nos dejen movernos “hacia el fondo”, de modo que nos limitan a ir hacia un extremo u otro de la pantalla.

Estética Kurosawa de blanco y negro

El tutorial ya avanza un juego de mecánicas simples pero exigentes a la hora de dominarse, y no va a tardar en demostrarlo. Una vez terminada dicha presentación de controles y movimientos, se dará paso al otro pilar de la producción, a la postre su auténtica seña de identidad: la cinematográfica dirección artística en blanco y negro.

Trek to Yomi hace gala de un conjunto de estampas absolutamente extraordinarias. Pagodas, ríos, bosques… Viajaremos por un montón de escenarios naturales rebosantes de detalles, con un gusto exquisito y un monumental esfuerzo en compensar lo (rápidamente) rutinario y simple de sus mecánicas a base de vistas dignas de ser enmarcadas.

Aunque los paisajes naturales no serán los únicos que contemplaremos. Trek to Yomi también hace un contundente alegato contra la guerra y nos mostrará pueblos arrasados por el fuego de la violencia.

En ellos encontraremos supervivientes de los conflictos bélicos, que nos narrarán en primera persona los estragos de la guerra a través de unas breves líneas (con un fantástico doblaje a japonés, muy superior al inglés, que es el otro idioma incluido para las voces).

Estos decorados no escatimarán planos más alejados o más cercanos, dependiendo de lo que la dirección artística quiera resaltar en cada momento. Algunos estarán presididos por fortalezas cayéndose a pedazos, mientras en una pequeña esquina nos defendemos de unos cuatreros.

Otros ángulos, por el contrario, serán más intimistas y nos acercarán a un Hiroki cruzando estancias devoradas por llamas y sombras caprichosas.

Cada pantalla es única, diferente de la anterior, y en todas hay un trabajo completamente encomiable. La parte más atrevida de su dirección artística vendría dada por los escenarios ubicados en Yomi, que es el término utilizado por el Sintoísmo para el Inframundo…

Hasta allí tendremos que ir a parar para culminar la historia de venganza de Hiroki, que consta de cuatro finales diferentes.

Aprovechando el contexto, Trek to Yomi realiza una magnífica reivindicación del folklore local y presenta una amplia descripción de la mitología japonesa a través de objetos coleccionables y el diario de anotaciones del juego, lo que suma (muchos) puntos más entre los apasionados de esta cultura.

Conoceremos más acerca de los yokai, el origen de estas creencias y el concepto con que abordan la mística del más allá. Y lo haremos a través de una traducción muy acertada a español, cuyos responsables acreditamos a continuación.

Evolución del personaje

Cada fase irá incorporando nuevas posibilidades a los recursos del jugador. Algunas serán combinaciones de movimientos y otras, más armas. Al final del juego, además de armas arrojadizas, tendremos arco con flechas y un teppo o hinawaju (trabuco) tan lento como eficaz.

Este armamento puede ampliar su capacidad si encontramos los correspondientes objetos ocultos en los escenarios. El juego no es nada fácil y es conveniente inspeccionar cada rincón porque, además de esas municiones extras, las grutas y caminos de Trek to Yomi esconden mejoras para la vitalidad y la barra de resistencia completamente imprescindibles en los niveles más altos de dificultad.

Estas mejoras de capacidad de munición y stats son las más prácticas al final. El juego va incorporando nuevos combos, pero la mayoría de ellos son poco prácticos por ser combinaciones demasiado largas y fáciles de detener por los enemigos, por lo que al final terminas quedándote con los movimientos más sencillos (como dos veces el ataque fuerte) y que menos estamina gastan.

Por tanto, el juego termina volviéndose muy mecánico y rutinario demasiado pronto en términos jugables. Esquivar, golpear, timing, golpear y esquivar para volver a empezar. No hay demasiada variedad de enemigos y sus rutinas, a poco que seas observador, vas a memorizarlas rápidamente.

Trek to Yomi realiza una magnífica reivindicación del folklore local y presenta una amplia descripción de la mitología japonesa, lo que suma (muchos) puntos más entre los apasionados de esta cultura

Pero, para ser justos, esto no es algo diferente de lo que sucede en todos los beat’em up de la vieja escuela (¿quién no se ha pasado aquí Final Fight aporreando los mismos botones desde el principio hasta el final?).

La variedad y la chicha de los yo-contra-el-barrio clásicos la encontramos en sus bosses yen los escenarios, y Trek to Yomi no se ciñe a propuestas jugablemente modernas, sino que mira a las más veteranas.

En ese sentido, es ese regusto old school lo que puede convencer definitivamente a una parte de los jugadores, y disuadir al resto. A veces para pasarlo bien no hace falta recurrir a mecánicas complejas o a interminables menús de gestión de atributos: basta con aporrear el mando y cargarse a un batallón de enemigos sin más complicaciones.

Personalmente, me encuentro en ese grupo y me ha resultado muy satisfactoria la sencillez de Trek to Yomi, por ser un paréntesis entre fórmulas mucho más densas.

Niveles de dificultad, extras y duración

En dificultad estándar (hay tres niveles de dificultad), las siete fases de Trek to Yomi pueden superarse en unos 70-75 minutos cada una incluyendo las diferentes cinemáticas de transición entre ellas, las cuales son totalmente recomendables de ver tanto por la calidad de su acabado como por el tono épico de la historia, que no por abusar de los clichés resulta menos interesante.

En dificultad máxima, Ronin –disponible desde el principio-, la cosa cambia y puedes necesitar unas diez-once horas para completarlo. La precisión con la que deberemos blandir la katana tendrá que ser prácticamente infalible, porque habrá enemigos que de un simple golpe nos fulminarán (sobre todo en los primeros niveles, cuando aún no nos ha dado tiempo de mejorar la barra de vitalidad).

Cada fase consta de diferentes puntos donde la partida se guarda automáticamente y las barras de estamina y vitalidad se regeneran al máximo. Aunque suelen ser generosos, hay tramos más largos, sobre todo en las fases cuatro y cinco -con jefes de mitad de nivel- que deberemos hacerlos de un tirón. Y eso en la dificultad más alta no es fácil, sobre todo por las emboscadas en las que, como decíamos antes, hay que estar cambiando constantemente entre derecha-izquierda para no darle la espalda nunca al enemigo y que nos haga picadillo de dos katanazos.

Con todo, esta dificultad me ha parecido muy estimulante y francamente satisfactoria de jugar. Cada combate es decisivo y en los final bosses, con rutinas cambiantes según disminuya su barra de vitalidad -colocada en la parte superior como en todo buen beat’em up que se precie de la vieja escuela- la intensidad se multiplica.

Existe un modo de juego extra, cuando acabamos el juego por primera vez, que resulta de lo más curioso y, a la vez, desafiante: con un simple golpe mataremos a cualquier enemigo –a excepción de los jefes-, pero al revés, también cascaremos con un único impacto. También lo he completado (sí, servidor de ustedes sacó el platino) y, si bien es mucho más fácil que la dificultad Ronin, es más emocionante por toda la rapidez de reflejos que exige.

Me hubiese gustado, a modo de curiosidad, que se hubiese incorporado en los extras un modo de juego a color, o con algún filtro visual especial, pero no ha podido ser.

Deluxe Edition

El juego está a la venta, además de en digital para consolas y ordenador, en formato físico a través de la distribuidora Meridiem Games. Cuenta con dos ediciones, la estándar y la Deluxe, ambas disponibles únicamente en Switch, PlayStation 4 y PS5.

Esta Deluxe Edition, únicamente comercializada en tiendas de la cadena Game, presenta por un precio de 49,99 € un cd con la (maravillosa) banda sonora, una caja especial plegable y un libro de arte en papel de más de cien páginas junto al juego en físico.

El boca-a-boca en torno al título, uno de los indies más destacados de 2022, ha generado la publicación de otro libro de arte más, disponible desde septiembre de 2023 a 59,95 €.

Conclusiones: ¿por qué merece la pena jugarlo?

Trek to Yomi me ha cautivado y me ha fascinado. Podría haber depurado el control y hacerlo más preciso, no abusar del piedra-papel-tijera de las rutinas de los enemigos y haber introducido otras mecánicas más ajustadas a los paradigmas actuales entre los Hack’n Slash.

Sin embargo, ha preferido ser rudo, áspero y tan añejo como el blanco y negro que inunda sus escenarios.

A mí me ha servido para reencontrarme con la old school más en desuso pero que tan buenos recuerdos trae, y de paso, para descubrir un sentido homenaje no sólo al lenguaje cinematográfico como espectacular recurso estético, sino a toda una cultura y unos tiempos anclados en el honor.

Un honor que Trek to Yomi puede presumir de haberse ganado a pulso entre los indies más notables del videojuego reciente.

Puntuación: 4 de 5.
Sergio Díaz
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