The Gap Limited Edition PS5 Análisis – Review (Switch, PS4, PC, Xbox)
Neurociencia y multiverso dan contexto a un walking simulator más interesado en su propio punto de partida que en funcionar en términos emotivos
La portada de The Gap me llamó la atención enseguida y me puso tras su pista. El protagonista se divide en diferentes estados emocionales: ira, resignación, quizá ¿melancolía? También vemos un objeto brillante, en forma de caballito de mar, en la parte inferior de la ilustración… ¿Qué significaría todo eso?? Investigando un poco sobre el juego, me encontré con una sinopsis también muy interesante. ¿Un walking simulator que toca, entre otros temas, la salud mental? Tenía que probarlo. Ahora, con The Gap Limited Edition PS5 a las puertas de debutar en formato físico, era el momento de hacerlo. Y de contároslo a vosotros en forma de review.
Un futuro no muy lejano
Ya que The Gap concede mucha relevancia a su argumento, no os revelaré datos importantes para no destriparos los acontecimientos.
Su guion nos emplaza unas décadas más adelante, en plena revolución de la neurociencia con, por ejemplo, móviles desbloqueables mediante ondas cerebrales.
Si bien estéticamente no hay un salto palpable en forma de electrodomésticos exóticos ni nada por el estilo, las tramas sí dan por confirmadas algunas de las teorías que están siendo investigadas por la neurociencia en la actualidad. De hecho, algunos de los puzzles y acertijos del juego únicamente pueden resolverse si investigamos a fondo la amplia y documentadísima información científica que pone a nuestra disposición.
Con esa base real, The Gap traza sus propias reglas sci-fi para plantear a nuestro protagonista la odisea de encontrar una cura para una enfermedad neurológica. Esta afecta no solo a su mujer, sino potencialmente a su hija, pues es hereditaria.
De esta manera, decide probar el tratamiento experimental Neuraxis, el cual conlleva atravesar eventos del pasado y contrastar esos mismos acontecimientos desde universos paralelos aplicando sus propios conocimientos actuales, todo con el fin de llegar a una resolución favorable.
Todos esos saltos temporales tejen la narrativa de The Gap, que abarca una duración de unas 3 horas aproximadamente sumando los dos bloques que la componen.
Mecánicas de juego
The Gap es una aventura gráfica de nuevo cuño donde la narrativa es la esencia y los rompecabezas, el mecanismo con el que hacer avanzar la trama.
La manera de equilibrar sus fórmulas lo encasillaría entre los walking simulator como apuntaba antes, si bien hay matices que dejar claros para que sepáis si el título se ajusta a vuestros gustos.
La naturaleza de algunos puzzles, que requieren que leamos muchos documentos a fondo, tomemos notas y apuntemos contraseñas y palabras clave, hacen que de The Gap no sea un “simulador de caminar” al pie de la letra.
Por ejemplo, uno de los rompecabezas será viajar al pasado del protagonista en su época de estudiante y superar un examen de Neurociencia. Si no hemos investigado a fondo los documentos desperdigados previamente, no sabremos contestar correctamente qué síntomas definen la amnesia retrógrada o la anterógrada.
Otro de los rompecabezas, igualmente, nos obligará a mirar un móvil con contraseña. Si no damos con ella entre todas las notas de la casa, no podremos avanzar.
Esta parte donde se nos pide investigar por los recuerdos del protagonista me ha parecido bastante interesante. No te propone retos donde resolver un acertijo sea cuestión de que se te ocurra algo, lo cual a veces es motivo de que te atasques, te frustres y acabes perdiendo el interés. The Gap busca que busques. Que te empapes de su información, de sus notas, de toda la información científica real e hipotética, y que la apliques al juego. Hay un componente de investigación muy trabajado, aunque por temática y cantidad un buen número de jugadores puede quedar saturado.
Esto es conveniente que el usuario lo sepa desde el principio, pues habrá quienes estén a gusto con secciones donde tenga que poner a prueba su capacidad de observar y retener información y quienes, por el contrario, prefieran experiencias más cinematográficas donde le lleven de la mano todo el rato.
Toques walking simulator
Hay que aclarar que no todo es leer y rastrear pistas a lo largo de su desarrollo. The Gap se divide en dos tramos muy bien definidos. El primero es la reunión de pistas y puede alargarse unas dos horas (o más, dependiendo de vuestras dotes detectivescas).
A lo largo de esas dos horas, iremos recorriendo los recuerdos del protagonista, investigando por sus habitaciones, despachos, estancias… Viajaremos a distintos puntos en el tiempo, siguiendo el orden establecido por el juego. Para pasar al siguiente, a veces bastará con oír una conversación con un conocido, otras con recoger a alguien del aeropuerto, y otras nos tocará obtener una contraseña para acceder a un ordenador. En general no se hace nada pesado y la variedad de situaciones se agradece.
Cuando hemos resuelto positivamente todos los puzzles relacionados con la investigación científica y el acertijo de la cura, acaba el primer bloque. La segunda mitad del juego se extiende una hora y es la parte walking simulator pura y dura. No habrá acertijos, solo diálogos y una decisión final que desembocará en un epílogo u otro.
Para ver los dos, no será necesario hacer todo el juego de nuevo, sino que bastará con cargar la partida. Volveremos al último punto de control antes de la decisión definitiva.
Puntos débiles
The Gap es un título con algunos elementos bastante bien elaborados y muy buenas intenciones, como su alegato a favor de la salud mental -algo en lo que me detendré más adelante-. Pero tiene una serie de defectos que deslucen notablemente la experiencia, al menos subjetivamente.
Para empezar, el trabajo de doblaje (hay que aclarar que las voces no nos llegan dobladas al español, solo trae voces en inglés subtituladas al español) resulta bastante forzado a veces. Algunos diálogos como el del protagonista en el bar suenan a frases “recitadas”, sin los tiempos ni la naturalidad con que debería sonar una charla entre colegas.
En esa misma línea de poca naturalidad se encuentran determinadas decisiones creativas de The Gap. El juego está mucho más cuidado en lo que se refiere al terreno científico que a las relaciones humanas. Los personajes cierran sus tramas dejando la sensación en el jugador de que faltan muchísimo detalles por contarse de ellos, de que no se ha indagado lo suficiente. Esto personalmente me ha parecido el punto quizá más decepcionante de toda la propuesta, porque resulta desequilibrado y una oportunidad desperdiciada de profundizar en su alegato a favor de la salud mental.
Tampoco ayuda en nada que no veamos ningún rostro en todo el juego, únicamente siluetas de un determinado color -el mismo que para los subtítulos del personaje que habla- para diferenciar unos de otros.
Esto no sería absolutamente ningún problema (Everybody’s Gone to the Rapture ya demostró que puede hacerse un relato de enorme fuerza dramática con un formato oral prácticamente radiofónico) de haberse cuidado los perfiles psicológicos de los personajes, pero The Gap termina sin que se entren en matices ni en la personalidad de cada uno de los implicados en la narrativa.
Por otra parte, hay recursos narrativos como la fusión de los déjà vu y la nanotecnología que se imponen de un modo que no terminé de enterarme. En general me falta una dosis extra de explicación no solo para sus propio trasfondo de ciencia ficción, sino incluso para determinadas secciones.
Por ejemplo, al principio no te indican por qué hay ciertos recuerdos bloqueados dentro de una sección mientras te dan a entender que son un acertijo de ese mismo escenario -y, en realidad, se resuelven más adelante-. Te toca a ti darle sentido a mecánicas concretas, lo que genera un estado de confusión en el jugador. Una cosa es apelar a las dotes de investigación del jugador y otra, que directamente lo sueltes en un escenario sin explicarle al jugador lo que quieres de él.
Puntos a favor
The Gap presenta una narrativa que invita a la reflexión sobre los problemas neurológicos y las consecuencias que conllevan en pacientes y familiares, los cuales vienen a ser daños colaterales.
El sufrimiento que arrastran es motivo evidente de empatía, y debería ser suficiente reclamo para exigir mayores esfuerzos en investigación científica. Esto no tiene nada que ver con el otro esfuerzo que, como sociedad, debemos realizar a la hora de comprender, respetar y solidarizarnos. Una obligación moral que estamos, incluyámonos todos y en términos generales, lejos de practicar con nota.
Por ello, el título merece una oportunidad aunque solo sea por apoyar ese esmero en contarnos una historia tan humana como el dolor psíquico por mucha ciencia ficción que envuelva su relato.
The Gap Limited Edition para PS5 en formato físico
The Gap se distribuye desde este 28 de mayo en formato físico. Aunque está disponible en digital desde octubre de 2023 en Switch, PlayStation 4, sistemas Xbox y PC, The Gap Limited Edition para PS5 se comercializa ahora con una edición en caja distribuida por la casa Meridiem.
Dicha edición contiene, entre otros extras, el caballito de mar que aparece en la portada y al que el personaje protagonista guarda un valor emocional. Cuando juguéis al título, para no hacer spoilers, comprenderéis por qué.
The Gap Limited Edition para PS5: conclusiones
La pregunta del millón: ¿The Gap Limited Edition para PS5 merece la pena? The Gap presenta aspectos muy mejorables. La falta de profundidad de los personajes, la confusión en torno a ciertas mecánicas y la rigidez de las interpretaciones lo alejan de la élite de los walking simulator. The Gap se pierde en su propia investigación científica y descuida la parte humana de sus personajes.
Será su reflexión sobre cómo la enfermedad neurológica afecta al día a día de millones de personas directa e indirectamente la que, implícita y precisamente, humanice su relato.
Como incondicional de los walking simulator, me ha gustado viajar al multiverso de The Gap. Es una lástima que su potencial se haya quedado sin aprovechar del todo, aunque no dejan de ser agradecidas propuestas así. Sobre todo cuando abordan la necesidad de una sociedad más empática y con mayor conciencia sobre la importancia de la salud mental. Podría haber sido un videojuego más redondo, pero al menos lo han sido sus buenas intenciones.
Valoración
Enlaces de interés
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Trabajo en el campo de la Psiconeurología, la salud y la accesibilidad. Malagueño. Más de Bram Stoker que de Tolkien, más de Lynch que de Spielberg y más de Nintendo que de Sega, pero no me hagáis elegir. Mi primera consola fue la Game Boy con el Tetris, y aquí seguimos. Formato físico siempre.
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