The Thaumaturge Análisis – Magia negra en la Varsovia del siglo XX

Fool´s Theory presenta un estupendo indie en forma de rpg táctico de perspectiva isométrica

Nos encontramos en Varsovia, a principios del siglo XX. Somos Wiktor Szulski, un taumaturgo que no se encuentra en su mejor momento ya que está al borde de la locura y, sospechando que no le queda mucho tiempo, deberá recorrer pueblos en busca de algo o alguien que pueda ayudarle. Esto es The Thaumaturge.

Antes de continuar, os preguntaréis, ¿qué es un taumaturgo? Bien, un taumaturgo es una persona capaz de percibir los pensamientos de otras personas, pero Wiktor no es capaz de hacer esto por sí mismo, necesita la ayuda de un Salutor o, dicho de otra manera, de una criatura que se encuentra en un plano diferente al terrenal y que se alimenta de los rasgos más oscuros de los vivos.

Resuelta la primera cuestión, saltamos a la segunda: ¿qué hace exactamente un Salutor? Bueno, básicamente estos seres se encargan de potenciar los peores defectos del carácter de las personas. Sin embargo, cuando un Salutor conecta con un taumaturgo, lo que hace es potenciar sus poderes, resaltando también su mayor defecto: su enorme orgullo.

The Thaumaturge: una lucha por la supervivencia

Nuestra historia nos llevará por todo un recorrido junto a Wiktor por diferentes localizaciones para intentar salvarse, lo que le guiará hasta dar con una gran figura histórica de la cultura rusa, Grigori Rasputín, que, sin embargo, en los momentos en los que acaece el juego no es ni la sombra de lo que llegará a ser en un futuro.

La enfermedad que enfrenta Wiktor no es otra que su propia marca, el orgullo que lo consume, el cual en su día le llevó a tratar de controlar a más de un Salutor, algo que no muchos taumaturgos consiguen y que casi acaba con su vida. Aquí es donde entra en juego la figura de Rasputín, quien se convertirá en un gran amigo y consejero.

A partir de este momento ambos se ayudarán para perseguir sus propios objetivos. Wiktor sigue con la idea de dominar el control de más de un Salutor, y Rasputín quiere codearse con las altas esferas de la política del país.

Es en los primeros compases de la aventura cuando recibimos una noticia que desencadena todo, Wiktor descubre que su padre, otro poderoso taumaturgo, ha fallecido de forma sospechosa, por lo que se ve obligado a volver a su ciudad natal para descubrir qué ha ocurrido.

Jugabilidad: la exploración como base

En el apartado jugable habría que dividir el título en dos secciones. Por un lado, tendríamos las partes de exploración en la que The Thaumaturge nos presenta una visión isométrica con escenarios muy trabajados y detallados en los que podremos movernos haciendo uso del teclado y ratón o con un mando, pues el título está disponible en PC, y próximamente en Xbox Series y PS5.

Para la exploración contaremos con la percepción, una “habilidad” propia de nuestro protagonista por la cual Wiktor interactuará con su grimorio y se nos mostrará el camino a seguir, así como ciertas pistas que deberemos recabar en ciertos momentos del juego.

Quizás uno de los problemas principales de la exploración es que, el entorno, a pesar de estar muy bien detallado y estar repleto de npc´s que tratan de dar variedad a los escenarios, no deja de estar vacío, ya que los npc´s no hacen gran cosa. Están ahí parados haciendo siempre una acción concreta, pero siempre la misma y de vez en cuando alguno dice alguna frase, pero poco más.

Además, los escenarios no invitan mucho a la exploración salvo para descubrir algunos documentos que nos cuenten ciertas cosas del mundo y de cómo está la situación en Varsovia, o para descubrir algunas misiones secundarias llamadas “secretos de ciudad”.

Antes de pasar al siguiente punto, el de los combates, hay que mencionar que The Thaumaturge utiliza el típico sistema de subida de nivel a través de experiencia con la que además mejoraremos diferentes facetas mediante un árbol de habilidades.

Nuestro árbol de habilidades se divide en cuatro ramas: Mente, Acto, Corazón y Palabra. Cada una de estas ramas está representada por un Salutor diferente (nosotros empezamos la historia con Upyr, el Salutor de la rama Corazón). Este sistema de habilidades está bien implementado y es interesante, pero da la sensación de ser un tanto escueto o superficial.

Jugabilidad: dinámicas del combate

Centrándonos ya en los combates, nos encontramos ante un planteamiento muy cercano al rpg por turnos. Se trata de un sistema de combate sencillo, pero que funciona bastante bien. Como un punto significante, el orden de actuación dependerá del movimiento que escojamos, siendo más o menos veloz o directamente inmediato. Esto hará que tengamos que plantearnos muy bien qué tipo de ataque utilizar, ya que puede haber una gran diferencia en nuestros turnos de actuación. Los movimientos de ataque se dividen en ataques físicos (Wiktor) y los psíquicos (Salutors)

Tanto Wiktor como los Salutors podrán realizar tres tipos de ataques: de daño, de concentración y de estado. Los ataques de daño son los que hacen un daño físico; los ataques de concentración restan puntos de concentración a los enemigos y los ataques de estado provocan “sufrimiento” a los enemigos, lo que hace que vayan perdiendo vida con el paso de los turnos.

Al principio solo contaremos con un Salutor, pero a medida que vayamos desbloqueando más, aumentarán las posibilidades de juego en los combates, ya que cada Salutor tiene ciertas ventajas contra cierto tipo de enemigos, por lo que deberemos ir cambiando y probando diferentes estrategias para optimizar los combates lo máximo posible.

El problema es que llega un punto en el desarrollo en el que los combates alcanzan su máximo potencial y no tienen más donde rascar; se pueden acabar haciendo repetitivos debido a que, en el momento en el que entiendes las estrategias a seguir para cada tipo de enemigo, acabarás utilizando siempre los mismos patrones de ataque y habilidades, pues no hay más combinaciones o retos.

Gráficos y efectos de sonido

En el apartado gráfico nos encontramos ante un título bastante correcto, incluso llamativo dentro de lo habitual en este tipo de juegos. Sin grandes alardes técnicos, donde más destaca es en su puesta en escena general. Cuando estamos recorriendo los detallados escenarios por los que transcurre nuestra aventura disfrutaremos de grandes diseños y un buen acabado, porque, tanto la cantidad de personajes como la cantidad de objetos y texturas en pantalla hacen que nos metamos muchísimo en la Varsovia que se nos presenta.

Donde The Thaumaturge pincha a nivel gráfico es en el modelado y diseño de personajes, pues los más cuidados serán aquellos pocos personajes que tengan un peso en la trama, el resto están tan por debajo que desentonan. Podría ser entendible dado que es un indie, pero por desgracia, a nivel general, todos los personajes carecen de carisma y lo que más destaca de ellos es la falta de expresividad de sus rostros.

En relación al sonido, estamos un poco igual. Nos encontramos con una banda sonora correcta que durante los momentos de juego rara vez nos acompañará brillando por sí sola, ya que parece que han querido dejar que los elementos naturales y FX de los entornos tomasen mayor fuerza. Este conjunto de sonidos, al igual que en el apartado gráfico, hace que entremos adecuadamente en su atmósfera a cambio de un resultado menos épico.

Por otro lado, las voces están bien, sin más. Se echa en falta que no esté doblado al castellano. Únicamente contaremos con subtítulos a nuestro idioma.

Conclusiones

The Thaumaturge se presenta, como hemos comentado al principio del análisis, como uno de los indies más fuertes de lo que llevamos de 2024. Estamos ante un título entretenido, con una buena historia y unos combates más que decentes a pesar de que puedan acabar haciéndose algo repetitivos.

Sin embargo, no he podido evitar pensar que, dentro de todo lo que ofrece el título, su índole de RPG probablemente sea lo que menos se explote a pesar de sus combates por turnos, y lo que al final menos acaba representándolo aún siendo su mayor atractivo.

Autor: Alex (@SrLobbo74)

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