AETERNA NOCTIS Análisis para Nintendo Switch – Review – Actualización 2.0

Un discípulo más que digno del inolvidable metroidvania Symphony of the Night

Los que me leéis habitualmente en la web o en redes sabéis de sobra la devoción absoluta que profeso a Castlevania Symphony of the Night, una joya atemporal de artesanía fina en 2D que recientemente cumplía un cuarto de siglo. Es el culpable de mi adoración por los metroidvania junto a Super Metroid, ambos dos de mis juegos favoritos. Así que seguí con interés el lanzamiento de Aeterna Noctis, con el añadido de ser un título realizado en Talavera de la Reina.

En ese seguimiento observé bastantes críticas al estado en que se encontraba la producción una vez puesta a la venta. Fallos que obligaban a repetir tramos enteros, dificultad descompensada, errores que impedían incluso avanzar, bloqueos del personaje… Hay que decir que en todo momento los chicos de Aeternum Game Studios dieron la cara y respondieron a los usuarios en redes (algunos bastante hirientes) y en hilos como Reddit. Y lo hicieron como hay que hacer las cosas, trabajando y resolviendo problemas.

Entiendo las quejas del comprador que ha adquirido un producto a precio de salida y no puede disfrutarlo porque presenta fallos y diversas incorrecciones, algunas graves. Pero creo que también es justo ponerse en la piel de un estudio pequeño y sin los recursos de grandes producciones.

Hace poco compré en físico la versión Switch de Aeterna Noctis, dejando pasar un tiempo prudencial a que se corrigiesen esos molestos errores, y he de decir que el resultado definitivo es muy satisfactorio. No sólo no me he encontrado con ninguno de los inconvenientes expuestos por muchos usuarios, sino que he descubierto una aventura 2D muy sólida, entretenida y francamente recomendable.

Un ciclo eterno

La fantasía oscura de Aeterna Noctis nos ubica en un mundo regido por Caos, una deidad que ha creado todo el universo. En él se establecen luchas internas por controlar el reino de Aeterna, determinando Caos que se enfrenten el Rey de la Luz y la Reina de la Oscuridad bajo mandatos alternativos. Es decir, los condena a un ciclo eterno, como el del día y la noche, relegando el poder de uno cuando llegue el poniente del otro.

La primera obra de Aeternum Game Studios es ambiciosa, es gigantesca y es un homenaje a los metroidvania más que meritorio

El punto de partida, como veis, es muy básico y prototípico, pero está relatado con ilustraciones que simulan mosaicos y la voz de Núria Mediavilla, una de las grandes intérpretes dentro del doblaje en español (suya es la voz en nuestro idioma de Nicole Kidman, Kate Winslet, Cameron Diaz y Winona Ryder por citar algunas). Esto envuelve a la presentación de una atmósfera de cuento muy acertado.

La aventura respeta los estándares, punto a punto, popularizados por Symphony of the Night, al que evoca ya desde el primer minuto con el majestuoso y elegante movimiento de capa del Rey de la Oscuridad, puro sosías de Alucard.

Es decir, que nos tocará explorar un gigantesco mapa interconectado, cuyos atajos y pasadizos irán revelando progresivamente nuevas habilidades (transformar la sangre en energía, saltos más amplios) con las que hacernos más poderosos.

Aeterna Noctis muestra sus cartas desde el principio porque hace suyas unas fórmulas muy asentadas, máxime con el auge del metroidvania que está explotando el sector indie fundamentalmente. Pero esa previsibilidad, lejos de hacerlo aburrido, lo hace fluido y pisar sobre seguro: sus creadores destilan un conocimiento a fondo de los títulos más populares del subgénero y lo han plasmado sin fisuras.

En otras palabras, para quien busque un metroidvania muy clásico y una experiencia próxima a Symphony of the Night, Aeterna Noctis funciona realmente bien.

Han sabido llevar su creación donde querían, puliendo y corrigiendo problemas del lanzamiento original y rectificarlos

Hay un énfasis en las secciones de plataformas bastante agradable, generosos puntos de control, diversos poderes para enriquecer nuestras posibilidades de combate, un control fabuloso y muy depurado, una extensa duración (por encima de las 20 horas si vamos únicamente al meollo y cumplimos con la trama básica) y un nivel de dificultad extra respecto a la primera versión del juego que suaviza la exigencia y hace del título una experiencia más accesible (que no fácil). En resumen, hay muchos puntos a favor de Aeterna Noctis

Aspectos mejorables

…Aunque también algunos cuestionables. El primero que destacaría es el reducido tamaño del protagonista y la excesiva oscuridad de buena parte de sus tramos.

Desde luego, se han tomado al pie de la letra meternos en una noche eterna, porque hay secciones -sobre todo las primeras- donde el exceso de tenebrosidad complica ubicarnos y realizar los saltos con la precisión que exigen sus plataformas. En Switch, además, en la pantalla portátil es particularmente acusado incluso llevando el brillo al máximo.

El abuso de esta atmósfera de tinieblas también pasa factura en el sentido de hacer monótonas determinadas partes. Aeterna Noctis es muy sobrio en lo artístico, puede que de más, y no acaba de desarrollar una identidad propia en términos estéticos. En un subgénero tan competido como el metroidvania, marcar tu personalidad ayuda definitivamente a destacar y llamar la atención, a ser de entrada interesante y reconocible por ofrecer algo original.

Quiero decir, basta un pantallazo de Blasphemous y su opulento barroco andaluz, del bosque mágico de Ori, del singular Hollow Knight o de las estancias futuristas de Metroid Dread y su inconfundible Samus Aran para que el jugador reconozca al instante de qué título estamos hablando. Esa misma intención de distinguirse por la estética la localizamos en otros metroidvania recientes, como los conejos marchosos de F.I.S.T., las vidrieras eclesiásticas de Saga of Sins, los escenarios retro de Axiom Verge o las criaturas de fantasía del magnífico Dust: An Elysian Tale.

Dicho de otro modo, ese continuismo estético con Symphony of the Night es un arma de doble filo por ser atractivo, de primeras, para los especialmente fanáticos del juego de Konami, pero a la vez es un recurso muy trillado por su enorme conservadurismo.

Tampoco le ayuda la banda sonora que, aunque es coherente con el tono lúgubre y vacío de muchos de sus escenarios, a corto plazo se vuelve repetitiva por apagada, muy lacónica. Sin desmerecer el trabajo de su compositor Juan Ignacio Teruel Torres -son partituras austeras pero agradables-, habrían ayudado, en un juego con tantas dosis de exploración, piezas en general con más ritmo.

Por último, dentro del sonido, resulta curiosa la presencia de un idioma propio para las voces de los diálogos. Aunque el juego está subtitulado al español, los personajes charlan en su dialecto, lo cual es un detalle que dice mucho del estudio por el deseo de elaborar un lore propio. Sin embargo, personalmente me resultó molesto de oír y me interfería al leer las frases porque eran repeticiones de vocales sin parar, además prácticamente sin entonación y dichas en modo casi automático. Hubiese sido interesante contar con un doblaje a nuestro idioma, pero entiendo que por razones presupuestarias no ha podido ser.

Para acabar, en la híbrida de Nintendo se echan de menos 60fps estables, pues los frames se mueven entre los 30 y los 60. Igualmente, dentro del apartado técnico, los tiempos de carga se me han hecho farragosos con la partida avanzada, ya que estamos en un continuo tránsito por zonas.

Conclusiones: ¿Merece la pena Aeterna Noctis?

Rotundamente, sí. Muchos de estos errores no son tan graves como para arruinar la experiencia de juego aunque puedan resentir su valoración.

Para quien busque un metroidvania muy clásico y una experiencia próxima a Symphony of the Night, Aeterna Noctis funciona realmente bien

Los principales problemas que pueden encontrarse en él son la falta de color en muchos de los escenarios y de sus piezas musicales: falta más nitidez, más vistosidad, más ritmo. Menos noche y más sinfonía. Pero, principalmente, repercute la tremenda competencia que hay dentro de los metroidvania y que, a efectos prácticos, sólo deja sobresalir a los más redondos.

Seamos justos. La primera obra de Aeternum Game Studios es ambiciosa, es gigantesca y es un homenaje a los metroidvania más que meritorio. Puede que su previsibilidad (sobre todo estética) le provoque pereza a más de uno, pero también que a otros, incluido yo, les haga recordar la esencia y grandiosidad de todo un subgénero.

Las innumerables y reconocibles concesiones de Aeterna Noctis no maquillan carencias, más bien reflejan la apuesta del estudio por lo seguro. Tanto que han sabido llevar su creación donde querían, puliendo y corrigiendo los problemas del lanzamiento original y rectificarlos hasta hacer de su debut un estupendo metroidvania clásico y divertido. Y toledano.


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Sergio Díaz
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