Una selección que incluye desde juegos para niños hasta el terror puro y duro, para que todos disfruten de este Halloween
Si de algo podéis estar seguros, es que nos encanta Halloween. Nos chifla el frío, el calor de la manta, la lluvia y esta época de castañas, huesitos de santo y maratones de pelis de miedo.
Recopilamos las adaptaciones a videojuego más sobresalientes de The Lord of the Rings
Una novela para enamorarnos a todos: El Señor de los Anillos debutaba en 1954 y desde entonces, su popularidad no ha ido más que al alza.
Traducida a 38 lenguas, la historia comenzada por J. R. R. Tolkien cuando cayó enfermo en 1917 es parte de la cultura popular, en la que se integró a través de numerosas adaptaciones en teatro, cine, televisión y radio.
La fascinación del público por esta joya atemporal de la literatura fantástica se ha mantenido generación tras generación. No solo por sus incuestionables valores narrativos, sino también por esa formidable y portentosa imaginación donde elfos, anillos de poder, hobbits y tierras mágicas envuelven al lector con la fuerza de una inolvidable aventura épica.
Nada menos que 40 años cumple esta portentosa adaptación a ocio electrónico de El hobbit, un imprescindible en cualquier recopilatorio de Tolkien que, a la postre, está entre los considerados unánimemente mejores videojuegos de todos los tiempos.
“La guerra… la guerra nunca cambia” es una frase ya imprescindible de cada entrega de los Fallout, una de las sagas de videojuegos más reconocidas de los últimos años; en ella se nos abre un mundo lleno de posibilidades post-apocalípticas donde podemos hacer lo que nos da la gana, sí: pero también ser testigos de los estragos de la guerra.
Muy buenas a todos y sed bienvenidos a un nuevo artículo de servidor, uno que, como todos vosotros, se entrega a estos maravillosos mundos imaginarios para desconectar y vivir fantásticas aventuras en un lugar donde la fantasía no tiene final.
Sencillez y diversión para homenajear el lado más romántico de los vampiros
Publicado en 1897, Drácula continúa despertando fascinación y curiosidad a partes iguales. El debate sobre qué pudo estimular la imaginación de su autor nunca se ha cerrado, y las hipótesis más recientes apuntan a que el folklore celta –en concreto, la figura de Dearg-due- tuvo mucho más peso que Vlad Tepes en la confección del relato.
Cuentan las leyendas que este espectro irlandés abandonaba su tumba para alimentarse de sangre humana; las similitudes con la Bruxsa, los izulu o los wurdalak (que serían los homólogos lusos, zulúes o balcánicos, por citar otros contextos) nos colocan ante un acervo de diferentes tradiciones.