[Análisis] Dreamcore (PS5), backrooms, puzles y terror psicológico
Puzles y terror ambiental se combinan en Dreamcore, un extraño lugar del que… ¿podrás escapar?

Dreamcore
Rompecabezas, Terror ambiental
Versión: PS5
PEGI: 7 años
Hoy salgo de No dejes de grabar para comentaros Dreamcore, un videojuego de terror al estilo found footage, desarrollado por el equipo argentino Montraluz. Acompañadme si queréis conocer más sobre esta propuesta que esconde más terror del que a simple vista enseña.
¡Que comience la grabación!

¿Qué son los backrooms?
Pero empecemos por el principio, para los menos familiarizados con el concepto que centra Dreamcore.
Los backrooms son un creepypasta basado en darle un toque terrorífico al concepto de los espacios liminales. En síntesis, son lugares habitualmente frecuentados, pero que se encuentran vacíos.
Que nos produzca terror se debe en gran parte al desconocimiento de su contexto. Esto produce que nuestra imaginación complete la información que el espacio no ofrece. En lugar de sentir paz, sentimos miedo.

Terror atmosférico y minimalista
Dreamcore no presenta una innovación de entornos. Tenemos diferentes niveles divididos en subniveles interconectados mediante un ascensor y sin tiempos de carga para no romper la inmersión. Es conservador en su propuesta, pero no quiere decir que sea peor.
Y aquí es donde destaca este juego: nunca estás solo. Es cierto, no te va a perseguir ningún monstruo o van a saltarte baratos jumpscares. Pero ¿acaso no es aterrador sentirte acechado o perseguido porque tu mente está en alerta? No emplea música extradiegética, salvo banda sonora para ciertas secciones. A pesar de esto, no rompe la inmersión. Es más, aumenta la inquietud y esa sensación de vigilancia.
Metraje encontrado para crear atmósfera
El terror de Dreamcore es ambiental, lo que nos recuerda al género del metraje encontrado o found footage. No es de extrañar, ya que emplea el recurso de la cámara en mano.
La sospecha alimenta nuestra paranoia a medida que transcurre el tiempo y avanzamos por el nivel. Incluso aprovechan el reflejo en superficies para sembrar la duda sobre si estamos viendo una figura tras nosotros o es una imagen distorsionada. Reconozco que probé distintos ángulos para salir de dudas… y a veces preferí no hacerlo y seguir adelante.
También el sonido tiene una vital importancia para alimentar la atmósfera. Aunque intuyes que estás solo, una simple sirena lejana por la noche te hace avanzar con cautela antes de doblar un recodo. Llegado cierto momento, no sabía qué era real y qué era fruto de la incomodidad que sentía.

Stranger (y ochenteras) things
Mi experiencia pasó de un paseo tranquilo avanzando por los niveles, a sentirme acechado y preguntarme si los pasos que había oído eran los míos. O quizá era alguien que jugaba conmigo. Incluso sigo preguntándome si lo que veía en un parpadeo ocurrió de verdad o una ilusión óptica.
En cuanto al aspecto visual, tenemos un par de opciones en el menú. Podemos tener un acabado moderno en 16:9 y sin distorsión de imagen ni de color. Si queremos recrear la atmósfera ochentera de una de estas películas, tenemos dos filtros.
Uno de ellos es el de televisor CRT, que recorta de 16:9 a 4:3. El otro es el clásico VHS, que lo convierte en un videojuego de estas cintas. Yo os aconsejo jugarlo con las opciones de CRT y VHS activadas para mejorar la inmersión.

La clave está en los detalles
En el principio del juego aparece una advertencia que revela su jugabilidad: la paciencia y observación son cruciales para avanzar. Si habéis jugado propuestas similares, estaréis familiarizados con esta mecánica.
Sin embargo, este videojuego es coherente en su advertencia. Algunos videojuegos de este estilo tienden a ser tramposos en este aspecto. Nos tienen dando vueltas en círculos hasta que por un casual hartazgo y no por deducción encontramos la salida. Dreamcore puede parecer frustrante, pero no se le puede achacar que engañe al jugador.
Es difícil plasmar el concepto de los espacios liminales y no recurrir a un aburrimiento excesivo. Seamos sinceros, estos videojuegos suelen resultar tediosos. Y no es malo. Tienes que saber qué vas a encontrarte. He jugado a propuestas más directas centradas en la resolución de rompecabezas y escapatoria de monstruos que convertían el concepto en un survival horror. Aun así, Dreamcore nos da un motivo para divertirnos con lo aburrido.
Es fácil perderse en los escenarios por su reiteración casi idéntica. Sin embargo, aprendes a identificar los patrones para salir adelante. Las señales pueden estar incluso en un cubo de basura. Tenemos que aprender la naturaleza de cada nivel para romper el bucle.
En mi caso, completar el videojuego me llevó tres horas y sentí bastante satisfacción, porque llegado cierto momento quise agarrar un bidón de gasolina y quemar tantas casitas de campo.

Conclusión
Dreamcore no aporta mucha innovación en sus escenarios, pero plantea unos interesantes rompecabezas centrados en la atención para encontrar la lógica.
La atmósfera minimalista de terror resulta bastante efectiva cuanto más juegas, ya que acusas la fatiga mental de la reiteración de los escenarios con una malsana sensación persecutoria. Un título interesante y recomendable, sobre todo para los que gusten de propuestas basadas en la observación.

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