Análisis Antigraviator – Review para Xbox One, PC y PS4
Un clon de las carreras futuristas de WipeOut con bugs tan graves que lo hacen poco o nada recomendable, pese a su habitual precio reducido
A veces parece que una reseña está hecha con el simple propósito de dejar en evidencia pero, al menos en este caso, el objetivo es más bien avisar, para que otros posibles compradores sepáis lo que vais a adquirir con todo el nivel de detalle posible.
Y si en esos detalles abunda más lo malo que lo bueno, no queda otra que exponerlo, como me ocurrió con Agony y el brutal volumen de fallos que contenía.
El caso de este Antigraviator es parecido, aunque guarda sus diferencias: audiovisualmente sí es un juego que, en general, cumple y resulta agradable.
Pero sus problemas son de tipo técnico y muy a tener en cuenta a la hora de comprarlo, incluso al precio rebajado al que suele encontrarse en tiendas digitales.
Apartado audiovisual
El juego no disimula que ha imitado a WipeOut hasta la saciedad, con un reciclaje estético tan evidente que deja al garaje de naves futuristas sin un mínimo de personalidad propia.
En cualquier caso, este es el menor de sus problemas. Los vehículos presentan las distintas características habituales en los juegos de carreras (impulso, maniobrabilidad) que podemos mejorar a base de gastar créditos en la tienda virtual.
Ya en pista, nos encontramos con una formidable sensación de velocidad que es lo mejor del juego. Realmente está muy conseguida, es vertiginosa y furiosa, y en ella abundan los efectos de distorsión en los laterales, los chispazos al chocar con otros pilotos o los límites del circuito, los reflejos y efectos lumínicos…
Es bastante resuelto en este sentido y, aunque presenta fallos tan molestos como saltos esporádicos en la secuencia completa de frames, los mantiene constantes a 60.
La música no tiene temas vocales pero ofrece un conjunto de composiciones instrumentales de corte futurista, como no podía ser de otra manera, que encajan totalmente con el conjunto y su estética techno.
Hasta aquí, las primeras sensaciones con Antigraviator son prometedoras y realmente transmiten que estamos ante un imitador de F-Zero por encima de la media.
Las pistas, ambientadas en parajes urbanos y entornos que mezclan la naturaleza salvaje con estructuras y edificios modernos, presentan diseños bastante bien planteados, en los que sobresale la verticalidad de muchísimos tramos: es decir, que veremos totalmente bajo nosotros como el asfalto se va abriendo paso con un efecto de velocidad pasmoso.
Nivel de dificultad
Antigraviator es exigente y los pilotos no van a dudar en utilizar las trampas de los escenarios para dejarnos atrás.
Estas trampas hacen las veces de los ítems que podemos lanzar en otros juegos de carreras. Aquí no hay caparazonazos rojos a lo Mario Kart ni invisibilidad ni ayudas temporales de ese estilo, pero contamos con franjas que disparan nuestra velocidad durante unos segundos colocadas estratégicamente, y también con zonas de peligro que activamos a distancia, con las cuales provocaremos que los rivales se ralenticen, salgan de pista o queden desclasificados.
Esto último se debe a que las carreras de Antigraviator no nos proponen únicamente llegar a meta; cada una de las copas de las que se compone su modo campaña está dividida en cuatro pruebas, y algunas de ellas nos propondrán resistir varias vueltas en las que se elimina al piloto en última posición (una modalidad extraída, también, tal cual de WipeOut).
La inteligencia artificial pocas veces se equivoca y nos tocará tener buenos reflejos y usar los atajos de cada pista para estar siempre en cabeza, por lo que familiarizarse con los circuitos será fundamental para llegar al podio.
Fallos en el sistema de progresión
Llegamos al principal punto de que Antigraviator no sea un título a recomendar. Todo el juego está vinculado a los servidores y nuestras puntuaciones en el modo campaña (las mismas que nos permiten comprar mejoras en la tienda y desbloquear nuevas fases) no se registran.
Estos servers están inoperativos hace meses, por lo que cualquier avance en el juego, cualquier pole o cualquier copa ganada no se contabiliza: el juego emite un aviso de error y te manda al menú de inicio.
De esto no se avisa en ningún punto de la ficha comercial del juego, como puedes ver en las fotos del producto en la tienda virtual. Se avisa de funcionalidades online, pero no es cierto: no permite conectarse, no permite jugar con nadie en línea y el progreso no se guarda.
En otras palabras, estás comprando un juego que, en el modo campaña, sólo sirve para disputar únicamente la primera copa una y otra vez.
Funciones cooperativas, versus y modo contrarreloj
Al final son las únicas opciones que le darían sentido a comprar el juego. Por un lado, en el modo competitivo local (que incluye pantalla partida en vista vertical) están disponibles sus más de dos docenas de pistas (contando la versión espejo). Para unas pachangas rápidas en la salita tiene un pase, porque además la variedad de circuitos es razonable.
Y, en segundo lugar, tenemos en single player el versus contra la computadora, a la que podemos asignarle dificultad y número de vueltas y rivales, y por último lugar, el modo contrarreloj para mejorar nuestros tiempos en cualquiera de los escenarios.
Conclusiones
Mucho mejor en lo audiovisual de lo que esperaba, Antigraviator lo echa prácticamente todo a perder por vincular su sistema de progresión con el servicio online.
Ya no es que no haya juego competitivo en línea ni torneos, algo de lo que no se avisa al comprarlo: es que no hay modo de que no pierdas los progresos realizados en el juego.
Los usuarios llevan años quejándose de esto (puedes comprobarlo en foros de cazatrofeos como éste) y continúa sin retirarse de la venta ni modificar su ficha en las diferentes tiendas digitales.
Para unas partidas rápidas offline o en local, como curiosidad y si eres muy fanático de WipeOut, se puede justificar su compra a precio de oferta, que suele rondar los 3,99-2,99 €; fuera de esos motivos y estando roto como está, Antigraviator no es recomendable.
Espero que el próximo juego de los chicos de Cybernetic Walrus, Rise of Humanity, tenga mejor suerte y sobre todo, que no vuelva a dar gato por liebre.
Valoración
Trabajo en el campo de la Psiconeurología, la salud y la accesibilidad. Malagueño. Más de Bram Stoker que de Tolkien, más de Lynch que de Spielberg y más de Nintendo que de Sega, pero no me hagáis elegir. Mi primera consola fue la Game Boy con el Tetris, y aquí seguimos. Formato físico siempre.
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