[Análisis] S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl, lo mejor y lo peor de la versión PS5

La magnífica aventura de supervivencia llega a PlayStation 5, pero ¿cuáles son sus novedades?

No puedo comenzar este análisis de S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl en PS5 de otra forma que no sea comentando, aunque sea de forma breve, el accidente nuclear más relevante de la historia de la humanidad. Se trata del desastre de Chernóbil ocurrido el 26 de Abril de 1986. Toda una hecatombe de primer orden.

En la madrugada de ese día, se llevaron a cabo unas pruebas para comprobar si el reactor RBMK podía seguir refrigerando tras un corte de energía. Entró en un estado inestable y los operarios, confundidos por la caída descontrolada de potencia, presionaron el botón AZ-5, el clásico botón rojo del fin del mundo. Y como si de un episodio de El Coyote y el Correcaminos se tratara, aunque con mucho menos sentido del humor, el reactor saltó por los aires al meter barras de control con puntas de grafito.

El resto, como suele decirse, es historia: acudieron al rescate varios equipos de emergencia mientras esos héroes se afanaban por contener las llamas sin un equipo anti radiación. En la otra punta del mapa, a unos 1.200 km de distancia, los suecos detectaron unos picos de radiación anormales. Y, de ese modo, el accidente nuclear más destructivo de la historia se daba a conocer.

Teorías conspiranoicas como base narrativa

Los que pasamos holgadamente de los treinta y peinamos canas recordamos cómo, a principios de los 90′, se daban todo tipo de conjeturas y teorías de conspiración sobre mutantes, sucesos paranormales y toda una enciclopedia de misterios dignos del Óscar imposibles de despachar en unas pocas líneas.

Hoy, a punto de terminar el 2025, el suceso sigue provocando miedo y admiración a partes iguales. Y en lo que toca al negocio del videojuego, pues bueno, también aquí nos gusta aventurarnos con monstruos y leyendas urbanas. Así las cosas, en marzo de 2007 nacía la saga STALKER—en ruso: S.T.A.L.K.E.R.: Тень Чернобыля—, fruto de las versiones más fantasiosas de todos esos relatos.

Una secuela muy continuista

El primer juego, Shadow of Chornobyl, desarrollaba su historia en el año 2012 en un lugar llamado «La Zona». Esta se situaba en la central nuclear de Chernóbil y sus alrededores, abarcando la ciudad abandonada de Prípiat. El pretexto era una segunda explosión nuclear ficticia ocurrida en el 2006, causada por un grupo de científicos soviéticos a los que les gustaba jugar a los experimentos.

Cuando tales experimentos alcanzan esa capa de la atmósfera que algunos llaman noosfera —una especie de ático del planeta—, liberaron una energía descomunal. Tan intensa que el paisaje quedó arrugado como una sábana mal tendida. Entonces aparecieron anomalías que parecen obra de un artesano borracho. Surreales, brillantes. Como si la realidad hubiera decidido probarse un disfraz demasiado pequeño. Y, por supuesto, nada compatibles con la vida humana.

En el interior de esas anomalías nacen objetos extraños, los llamados artefactos. Otorgan a quien los toca habilidades que ningún manual de instrucciones se atrevería a describir. Y así, aparecen los STALKERS, que son una mezcla de chatarreros metafísicos que se dedican a rastrear esos objetos para venderlos después.

Para no alargar más la introducción, te emplazamos a una completa retrospectiva del primer STALKER en este enlace.

Bienvenido de nuevo a La Zona

Pues bien, después de una trilogía y una invasión rusa a Ucrania, S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl llegó a PC y Xbox Series X en noviembre del año pasado. Lo hizo no exento de errores técnicos garrafales y una falta de pulido tan alarmante como el famoso botón AZ-5.

Ahora, para la versión que nos ocupa, S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl aterriza en PS5 con una versión más pulida. Permanecen los errores inherentes al diseño. Pero es, sin duda, mucho más trabajada y disfrutable.

S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl, para quien aún no lo sepa, es un videojuego durísimo que castiga al jugador impaciente. A cambio, sabe recompensar generosamente a quien le coge su puntito. Y es que, una vez estás dentro de La Zona, no querrás abandonarla.

He de admitir que, aunque jugué a esta entrega en Xbox, apenas avancé lo suficiente debido a su inconsistencia técnica y las promesas del estudio de arreglar todo el desaguisado. Pues bien, con la versión 1.7 he disfrutado como un auténtico cochino de la belleza extrañamente cautivadora de Chernóbil.

Y desde ya os digo: si sois amantes de los juegos difíciles, extraños, únicos y que te dejan experimentar por ti mismo, tenéis en S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl una cita obligatoria.

Supervivencia ante todo

Como ya adelantaba, S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es un juego complicado. No en el sentido de tener mil hojas de texto, pero sí en el que absolutamente todo quiere matarte.

Como ya sucedía con la trilogía original, La Zona es un mundo abierto tan fascinante como peligroso, repleto de anomalías que te mandarán al otro barrio en un pestañeo, bandidos que te darán caza, facciones enfrentadas y, cómo no, todo un surtido de mutantes.

La naturaleza de S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es tal que los paseos se convierten en un ensayo y error, lo que puede acabar con la paciencia de más de un jugador que no sepa el tipo de propuesta en que se ha metido.

Una vez terminado el tutorial donde se nos explican las nociones básicas de supervivencia, estaremos completamente solos. La Zona y tú, nada más. Y debo decir que esta es una de las sensaciones que mejor sabe transmitir el juego: la vasta soledad, los peligros inclasificables contra el jugador. E

Aquí debo detenerme para hablar del protagonista de la aventura: Skif. Los guionistas no nos explican mucho sobre él, apenas un par de detalles para situarnos en contexto. Skif es un STALKER mondao y pelao que salió de La Zona durante un tiempo y regresa porque…, bueno, por algo relacionado con los artefactos. Poco importa, la verdad. Porque, para bien y para mal, la trama no pivota a su alrededor, sino que Skif se ve envuelto en unos descubrimientos que podrían afectar para siempre a la humanidad. Un día normal en La Zona, ciertamente.

Un apocalipsis que apetece explorar

Y aquí está la trampa: Skif no es el verdadero protagonista, ni tampoco tú. Es la propia Zona, ese grandísimo terreno abierto sin tiempos de carga, impecablemente representado, dividido en diferentes secciones que puedes explorar a tu antojo. Recorrer La Zona a pie es una de las experiencias más gratificantes que me han brindado los juegos de mundo abierto.

Porque S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es, ante todo, un videojuego de supervivencia. De modo que la satisfacción de explorar no está en lo bonito de sus paisajes, sino en hacerte sentir un auténtico STALKER solitario esquivando balas y mutantes. El juego invita a ser explorado, a que el jugador se pierda en sus tripas, a que se aventure más allá con la mochila llena a ver qué encuentra…, y casi siempre, eso significa nuevas aventuras.

No existe un «destino» al que someterse, ni una misión principal apremiante que te diga que eres el elegido y que solo tú puedes salvar el mundo. Eres un STALKER normalito tirando a malo. Lo maravilloso de STALKER 2 es cómo el juego te tienta para que lo pruebes. Para que explores. Aunque eso a La Zona le dará igual porque nada gira en torno a ti.

La Zona tiene sus reglas, su ecosistema tóxico, sus gentes y su peculiar economía. Tú solo eres uno más, y eso me ha encantado.

Del punto A al punto B

Pese a lo expuesto, STALKER 2 es un juego extremadamente simple en el desarrollo de las misiones. Y esto empaña ligeramente una experiencia casi redonda.

Aquí encuentro dos problemas. Uno, el propio diseño narrativo, que quiere que recorras La Zona pasando sí o sí por determinados puntos. Con ello, las misiones, ya sean principales o secundarias, se convierten en un desfile de excursiones mortales a través del mapa. Y dos, el diseño jugable no va más allá de «ve allí, habla con esa gente o mátalos, y vuelve». Ya está. No hay ninguna mecánica, porque a diferencia de un RPG, STALKER 2 es un shooter directo con exceso de loot y cara de pocos amigos.

Dicho esto, aunque el enfoque es simple y no hace concesiones a los jugadores impacientes, el caminante hace el camino. Y es que las auténticas aventuras son las que se viven entre el punto A y el punto B, en las interacciones realistas que tienen con nosotros otros NPC que, como Skif, deambulan por La Zona.

Suma, además, que todas las ubicaciones están recreadas a mano y puestas ahí para que nos desviemos del camino y nos metamos en más de un berenjenal. Solo así se aprenden las leyes de La Zona, y la más inflexible es que vas a cascar mucho.

Chatarrero nuclear

STALKER 2 pone delante del jugador una amplia variedad de armas, armaduras, artefactos, consumibles y otros objetos capaces de mejorar tu supervivencia de forma notable. La mayoría no estarán a tu alcance a menos que te atrevas a desviarte del camino. Incluso el contenido adicional de la edición especial sigue esta lógica: si lo quieres, debes sudar por ello.

Cuando otros desarrolladores suelen dejar este tipo de recompensas en un cofre, en STALKER 2, ese contenido extra se esconde en alijos repartidos por todo el mapa. Y claro, solo podrás localizarlos si desbloqueas la misión pertinente. Hay que reconocerles a los desarrolladores la coherencia: prefieren no romper la inmersión, aunque eso implique irritar a más de un jugador. Bien por ellos, por cierto.

Sea como sea, conseguir buen equipo en S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl exige que pongas de tu parte. Los vendedores apenas ofrecen cosas básicas y, para colmo, te cobran como si cada tornillo estuviera bañado en oro. Así que para obtener un equipo digno de un auténtico STALKER, tuve que explorar, saquear y rebuscar en mil rincones. Y lo he disfrutado una barbaridad.

Hurgar en edificios abandonados o registrar cadáveres suele dar resultado. Aunque, como con las cajas de bombones, nunca sabes qué te va a tocar. Robar los objetos que otros STALKERS esconden en sus propios alijos es otra práctica habitual. Puedes descubrir la ubicación de algunos gracias a los NPC, notas dispersas o PDA olvidadas, y es muy probable que te topes con otros simplemente por accidente.

Rendimiento de la IA

Cuando S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl se lanzó hace un año, uno de los aspectos más criticables del juego fue una inteligencia artificial enemiga que tenía poco de inteligente y mucho de artificial. Lo poco que jugué cuando este se lanzó en Xbox Series sirvió para hacerme soltar el mando: enemigos que te ven a oscuras, que te clavan un cartucho de escopeta desde el quinto pino y comportamientos erráticos. Con las mejoras recibidas en los sucesivos parches, la IA enemiga ha mejorado mucho. Pero, honestamente, dista de ser perfecta.

Todavía pueden acertar a medio kilómetro de distancia, dispararte a través de coberturas y cosas así. Pese a lo anterior, ya no se siente como si estuvieras frente a una galería de tiro. Su comportamiento dentro y fuera del combate es más natural, como debía ser desde el lanzamiento, con enemigos que saben usar las coberturas, moverse y flanquear.

En cuanto a los monstruos, estos se comportan como deben…, y por eso es tan injusto. Cuando un mutante aparece de la nada y me tira al suelo, y después sigue golpeándome sin darme opción a defenderme, pues resulta que la IA está haciendo lo propio, aunque me den ganas de reventar el mando contra el televisor. La Zona es un lugar letal que no tiene miramientos de ningún tipo, esa es la realidad. No ocurre siempre, pero el combate puede volverse demasiado difícil cuando se juntan humanos y mutantes y todos quieren darte abrazos.

El sistema A-Life

No todo es negativo, y como digo, la IA ha mejorado considerablemente. S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl cuenta con un sistema de IA patentado por el propio estudio, el A-Life, un sistema de simulación offline para NPC que consigue que cualquier personaje que conozcas no desaparezca a menos que sea asesinado. De hecho, todos los NPC del juego tienen nombre propio —nada de «Soldado Número 38″—.

Los combates entre las distintas facciones ocurren incluso si no estás en el área, lo que insufla vida al mundo del juego. Y esta es la versión realmente corta de todo lo que logra el sistema A-Life, un complejísimo entramado de mecánicas increíbles que hizo que los juegos de la franquicia fueran como son.

El combate: ¡Traga plomo, mutante!

¿Y cómo se siente STALKER 2 como shooter? Pues GSC Game World ha hecho un trabajo excelente. S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es un juego áspero. No en mal sentido, sino en el sentido de que no deja de ser un juego arcade con elementos de simulación muy bien conseguidos. Dista muchísimo de la jugabilidad desenfadada y artificial de los Call of Duty, por citar un ejemplo conocido. Y tampoco es Fallout, pese a ciertos parentescos en la ambientación. ¿Qué significa esto? Que las armas tienen un retroceso considerable, y la balística obedece a las leyes de la física en cuanto a trayectoria y caída.

El repertorio de armas es coherente y realista, sin excentricidades locas, y su funcionamiento está delimitado por el uso y desgaste. Y es que todo el equipo de STALKER 2, desde las armaduras hasta las armas, se desgastan con el uso y por la exposición a fenómenos meteorológicos paranormales.

Esto significa que las armas se volverán menos eficaces, y las armaduras no nos protegerán frente al clima o los enemigos. Arreglar el equipo cuesta un pastizal, por cierto. Y no existen muchos mecánicos en La Zona. De modo que, antes de aventurarme en un territorio desconocido, he tenido que medir muy bien mis posibilidades de supervivencia y asegurarme de llevar el equipo en estado óptimo.

Gráficos y sonido: La belleza salvaje de La Zona

Las imágenes que acompañan a este texto hablan por sí solas. STALKER 2 tiene uno de los apartados audiovisuales más apabullantes de la generación…, con algunas concesiones. No engaño a nadie si digo que no hay otro juego igual, para bien y para mal.

Texturas de altísima definición que capturan el realismo, efectos atmosféricos dinámicos espectaculares, y una procesión de efectos de luz que hacen que la CPU de mi PS5 —la versión analizada— llore de placer.

El juego cuenta con dos modos de juego: rendimiento y calidad. Dos clásicos que, a estas alturas, ya estamos hartos de ver. Y salvo algún momento puntual, el juego mantiene su promesa de ejecutarse de una forma fluida y sin tartamudeos. Personalmente, he preferido jugar en el modo calidad, a 30fps casi constantes, para no perder ni un ápice de su brutal apartado gráfico. El modo rendimiento recorta significativamente la cantidad de vegetación y otros elementos, como la resolución, para mantener los tan ansiados 60 cuadros por segundos.

¿Dónde está el «pero»? Pues la pega viene por las animaciones de los NPC y los mutantes de La Zona, así como las expresiones faciales de los personajes, que parecen sacadas de cualquier juego modesto de la generación anterior. No es nada grave, y además, en las secuencias de vídeo el modelado y las animaciones suben enteros. Pero en la parte jugable, al entablar conversación con los NPC, estos se muestran más robóticos y desentonan con el fotorrealismo logrado en la ambientación.

Eso sí, no puedo poner ninguna pega a su apartado sonoro. La Zona merece ser explorada con unos buenos auriculares. Desde la banda sonora puramente atmosférica, el sonido de las armas que cambia según estemos en exteriores o interiores, hasta los aullidos salvajes de Chernóbil, el apartado sonoro redondea la experiencia.

Conclusiones

S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es un videojuego único en su especie. No es solamente un shooter, es un conjunto de ideas, la visión valiente de un estudio poco conocido que se arriesga a aportar algo nuevo. Una experiencia que no es para todos, pero que encantará a los que les gusta sufrir jugando, medir la munición en los niveles altos de dificultad y ser pacientes. Muy pacientes.

He echado en falta una mayor claridad a la hora de contar la historia, y tanto las misiones principales y secundarias pecan de ser excesivamente planas. Pero su atmósfera está tan conseguida que pronto te olvidas de los errores de diseño y de IA.

STALKER 2 te atrapa en La Zona, y no te suelta hasta que no hayas explorado cada edificio que ves perdido a lo lejos. Es, definitivamente, una experiencia única que merece ser probada. Un auténtico milagro teniendo en cuenta las difíciles circunstancias en las que ha sido desarrollado: en mitad de una pandemia y de una invasión.

Por esto y más, S.T.A.L.K.E.R 2 Heart of Chornobyl es una secuela espectacular, un viaje fascinante a través de uno de los eventos más sobrecogedores de la historia humana.

Nota

8.8