Análisis Cavity Busters para Nintendo Switch

Un notable roguelite tan desafiante como divertido que se inspira en The Binding of Isaac para atrapar al jugador

El título que hoy nos ocupa cuenta con una de las cualidades más codiciadas del sector: la originalidad es una de las grandes bazas de Cavity Busters. Ese elemento que distancia a un juego de sus semejantes y que hace que una sola partida baste para quedarse grabada a fuego en nuestra memoria gamer.

El terreno indie nos ha dado grandes joyas del género roguelike, una vertiente del clásico matamarcianos que se ha ido depurando y ampliando en las últimas décadas hasta acomodarse y extenderse con títulos más y menos inspirados, pero con una identidad clara y reconocible.

Así que vamos a desgranar este trabajo del estudio SpaceMyFriend junto a Ben Ridge que, con mucho humor y un divertido envoltorio de salud bucodental, dan forma a Cavity Busters, al que, si podemos buscarle un semejante, sería el potente The Binding of Isaac.

¿Listos para combatir las caries más letales?

Pongámonos en antecedentes ‘bucales’

En esta propuesta tan gamberra tomaremos el control de un trozo de encía en busca de sus dientes. La sencilla premisa de este título nos llevará a abrirnos camino a través de laberínticos escenarios que no son más que el interior de un cuerpo humano.

Nuestro objetivo será eliminar del organismo todo tipo de infecciones y virus que pululan por las vías principales de nuestro huésped. En esencia, deberemos recorrer una serie de salas generadas aleatoriamente repletas de peligros, tanto jefes finales como inesperadas enfermedades y potenciadores de todo tipo, dando lugar a situaciones de lo más explosivas.

No hay un peso notorio para la narrativa, y la interacción con otros personajes es muy limitada, con apenas unos diálogos que sirven de leve indicación. Esto puede ser algo habitual en el género, y no supone un hándicap difícil de remontar, pues como os he adelantado, cuenta con personalidad para dar y regalar.

Roguelike con un planteamiento único

Cavity Busters es, en pocas palabras, un roguelike de estilo Bullet Hell muy difícil de aprender, pero muy divertido al dominar. Y para no quedarse en la superficie agrega un gran número de elementos únicos a modo de potenciadores, tanto buenos como malos, que lo hacen distanciarse y bastante de muchos de los títulos del género que pululan por el mercado.

Se nota el compromiso del equipo por ofrecer una experiencia que rompa moldes, y se apoya tanto en una jugabilidad con matices, como en un entorno lleno de humor y referencias visuales intencionadamente grotescas, que rozan lo desagradable a ratos con su visceralidad en torno a la salud dental, el sueño (o la pesadilla) de cualquier higienista dental hecho realidad.

El primer contacto con la obra lo tendremos a través de un tosco y quizás confuso tutorial para adentrarnos en su particular universo y, por desgracia, todos sus textos se muestran en inglés, lo que sin duda acrecienta esa barrera inicial.

Contaremos con nada menos que 208 mejoras o trabas para abordar nuestra crucial tarea sanitaria, y recalco esto, porque no todas ofrecen unos beneficios claros.

Hay cierto elemento de suerte e intuición que le sienta de fábula, y es que algunas de estas situaciones están ligadas a la presencia de enfermedades a las que tendremos que exponernos, a riesgo de no ser capaces de curarnos, para así quedarnos con los efectos positivos que bridan a nivel de control y estadísticas.

Por poner un ejemplo, si nos topamos con un peligroso veneno que pone en riesgo las tareas digestivas de nuestro organismo, podríamos hacerle frente (los hay muy peleones) y beneficiarnos de un estado de rapidez extra, o por el contrario dejarlo pasar para que el cuerpo lo asimile, lo que nos llevaría a un posible aumento en la dificultad de la partida, de muchas formas distintas.

Ideas propias y singulares

El desarrollo del título es muy clásico; es una sucesión de escenarios rectangulares interconectados hasta arriba de enemigos a los que iremos despachando haciendo uso del gatillo fácil.

Además de los organismos, también jugarán en nuestra contra los peligros existentes de forma natural en el entorno, como son los agujeros que nos harán caer al abismo y otras barreras e impedimentos.

Por suerte, Gummy cuenta con una oportuna cualidad adherente, y gracias a ella podremos impulsarnos para saltar obstáculos o correr por las paredes, dando lugar a situaciones completamente alocadas mientras disparamos nuestros dientes y los recuperamos para volver a repetir el proceso o esquivamos una incesante ráfaga de metralla.

El título sabe premiar a los más osados –además de a la pura habilidad a los mandos–, algo que notaremos cuando toque derrotar a los múltiples jefes que nos saldrán al camino.

Estos jefes llamados Pearly Knights suponen un desafío más que satisfactorio, pues cuentan con suficiente complejidad y aleatoriedad como para que el reto sea completo y difícil de predecir.

Las opciones que nos presentan son tan grandes a la hora de hacer frente a las distintas salas que nuestro Gummy puede incluso salirse literalmente del escenario, y acometer así a los enemigos desde lo alto.

Tal es el número de secretos y estrategias existentes que da la sensación de que nada es imposible, incluso podremos excavar las paredes para llegar directamente a otra sala, aunque con ello perdamos puntos de vida.

Son muchas mecánicas que por desgracia no quedan explicadas del todo (algunas se comprenden simplemente leyendo su descripción, otras… no). Amplían sobradamente nuestros recursos jugables y solo combinándolos podremos perfeccionar nuestro estilo.

Hacerse con el título cuesta, pues como decía, la casi total ausencia de tutoriales o su frenético ritmo nos empujan a sentir que avanzamos un paso por detrás de nuestros enemigos.

Por ello creo que merece la pena dejar claro que no es un título para todos los públicos ni un juego amable para que alguien se inicie en el género.

Cualidades audiovisuales

Cavity Busters cumple con lo básico respecto a este tipo de producciones indies. El roguelike no precisa de grandes alardes técnicos para sentirse solvente o interesante a nivel de diseño, y este título sabe sacarle partido a su premisa “biológica”, destacando una paleta de colores rojos y elementos fácilmente asociables al interior del cuerpo humano, con sus desagradables gérmenes correteando por aquí y por allá.

El problema viene a la hora de identificar todos los elementos que nos irán apareciendo en pantalla. El hecho de que predomine la temática orgánica también nos empuja a encontrarnos con una dificultad extra a la hora de discernir qué es un enemigo y qué un elemento con el que interactuar, ya que el ritmo acelerado no nos permite detenernos a inspeccionar, porque si lo hacemos, será demasiado tarde y habremos cascado, tocando empezar de nuevo, pero ya en otro entorno imposible de predecir.

En general, encontramos unos diseños y controles bien implementados que se sienten muy orgánicos, consecuentes con sus posibilidades y el conjunto, y que responde como tiene que responder.

El sonido pierde algo de relevancia, y lo cierto es que, salvo el tema principal, que resulta muy ameno, no puedo recordar las melodías que me han acompañado durante la experiencia. Sus efectos cumplen, pero no es algo que pueda destacar y eso siempre se echa en falta.

Dificultad y duración

Como he comentado más arriba, su dificultad viene heredada del género al que pertenece, pero también a la ausencia de unos tutoriales más accesibles con el jugador y una traducción que ayude (y de qué manera) a hacerse más rápidamente con los términos y su particular universo.

Cavity Busters, como si de un Souls se tratase, requerirá de una frustrante fase de iniciación, que puede llevarnos incluso un par de horas, para comenzar a sentir que vamos teniendo control sobre nuestros actos. Son muchas mecánicas y herramientas las que ponen a nuestro alcance sin orden alguno y las opciones, sinceramente, abruman.

Quienes hayan disfrutado de los grandes del género como The Binding of Isaac, Enter de Gungeon o incluso Hades, podrán encontrar un mismo adn, pero me atrevo a decir que no tiene nada que envidiar a estos alumnos destacados y quienes se atrevan a darle una oportunidad, encontrarán un título solvente y a la altura.

Su duración, variará mucho según la habilidad de cada uno y el tipo de jugador que seamos. A medida que vayamos avanzando por las salas, cada vez que nos maten contaremos con un buen número de herramientas que activar y equipar para que no nos vuelva a pasar lo mismo, ampliando nuestras herramientas y estadísticas.

Podemos quedar satisfechos con unas cinco horas o que nos descubramos superando las diez horas simplemente disfrutando de sus enormes posibilidades de adaptación a cada estilo de juego, pues más que primar un sentido lineal con un desenlace que alcanzar, aquí el objetivo es dominar cuantas más habilidades mejor, encontrar secretos, objetos y visitar todas las salas posibles: algo que mantendrá la sensación de frescura intacta.

Fecha de lanzamiento y opciones de accesibilidad

La propuesta inició su andadura en Steam a través de un proceso de acceso anticipado que fue puliendo sus posibilidades gracias a los usuarios.

A esta plataforma llegó el pasado 18 de marzo de 2022 con su edición definitiva, y poco más de un año después prueba suerte en consolas, estando disponible en PS4, PS5, Switch, Xbox One y Xbox Series desde hoy mismo, 20 de abril de 2023.

Y toca detenerse en sus múltiples opciones de adaptabilidad. Cuesta encontrar títulos de este corte que ofrezcan funciones reales para configurar la aventura a nuestras capacidades y gustos, y Cavity Busters cumple de sobra.

En el menú principal, antes de empezar partida, encontraremos por un lado los clásicos ajustes de juego, sonido o vídeo. En ellos podemos modificar ajustes tales como recoger automáticamente nuestro diente proyectil, mostrar en pantalla el daño recibido, un radar de enemigos… también podremos ajustar los controles y seleccionar un conjunto a nuestro gusto.

Pero como decía, no se limita a lo habitual, y añade opciones de accesibilidad –y ya sabéis cómo nos gustan por aquí este tipo de detalles–. Si accedemos a este menú podemos ajustar la velocidad de juego, aumentar nuestros puntos de salud de base, o modificar ligeramente la visibilidad de nuestro protagonista y los enemigos.

Con toda esta serie de parámetros las combinaciones son casi incontables y seguro que ayudan a que cada uno pueda configurar su partida en base a sus habilidades, gustos y necesidades. Todo un punto a su favor que me ha gustado mucho.

Gracias a JanduSoft por la key y ofrecernos la posibilidad de realizar este análisis
7.0 TOTAL SCORE

Conclusiones:

Este roguelike indie gustará a quienes le den una oportunidad. La propuesta brilla cuando se propone distanciarse del resto, ofreciendo un desafío constante, impidiendo que uno se acomode o pueda anticiparse a los acontecimientos, pero su desafío compensa la perseverancia. Todo su componente visual y estético está pensado para resultar desagradable, exagerado y ciertamente repugnante, pero está tan bien integrado con su jugabilidad y su atmósfera que todo resulta muy coherente.

Es complicado adentrarse en su mundo, pero si se consigue superar la barrera de la dificultad –algo que se suavizaría y mucho con una traducción al castellano y unos tutoriales más elaborados– resulta muy gratificante descubrirse dentro de la propuesta y sus controles, avanzando como si hubiéramos nacido manejando a este trozo de encía armado hasta los dientes (sí, necesitaba acabar el texto con esta referencia una vez más).


Valoración 7
PROS
  • Originalidad por bandera
  • Jefes finales desafiantes
CONS
  • Faltan algunos tutoriales más
  • No apto para principiantes

Enlaces de interés

Rubén AC
Sígueme
error: Content is protected !!