[Retro Análisis] Resident Evil Outbreak: jugarlo hoy es como el mordisco de un zombi
Una entrega pionera e innovadora en muchos aspectos, pero lastrada por graves errores de diseños y restricciones regionales
Resident Evil Outbreak
Año: 2003
Desarrollador: Capcom
Género: Survival Horror, Terror, Aventura
Plataforma: PC (emulación), PS2
Idioma: Inglés (voces y textos en la versión 2003)
Duración: 10 horas
PEGI: +16 años
Hablar de la saga más reconocida dentro del mundo del terror interactivo no es simple. Con permiso del titán Silent Hill, Resident Evil ha conseguido establecer por casi completo los cauces a seguir dentro de la temática de Survival Horror. Tal es así que es bastante fácil encontrar títulos de esta saga entre los mejores valorados videojuegos de terror de la historia del sector: Resident Evil, Resident Evil 2, Resident Evil 4… A una franquicia de tal éxito y popularidad no le podían faltar los sucedáneos elaborados por la propia empresa matriz con el fin de exprimir el negocio. Eso supone, a veces, dar gato por liebre. O, al menos, alejarse de las cotas de calidad de las entregas principales. Y es que quizás Ícaro no fuese el único que intentó volar demasiado cerca del sol… Acomodaos, hoy hablamos de Resident Evil Outbreak.
¿Tan bueno como una vacuna anti virus T?
Resident Evil Outbreak es una rara avis (permitidme la expresión repipi) dentro de la saga por distintas características. Nos pone en la piel de civiles (muchos de ellos normales y corrientes, sin relación con fuerzas militares de élite), dentro del apocalipsis zombi en que se ha convertido Raccoon City.
En Capcom acertaron al introducir ocho personajes jugables con cualidades bien definidas. En unos sería más capacidad de transportar ítems, en otros más fuerza cuerpo a cuerpo, uso de ganzúas, destreza con armas de fuego…
Las posibilidades a priori son muchísimas, con una jugabilidad parcialmente diferente según tu estilo. Además, hay eventos personales para cada uno de los protagonistas que te dan mejores recompensas.
Tampoco hay que olvidar que si os gusta el speedrunning, habéis dado con una mina de oro, pues hay diferentes recompensas por velocidad y dificultad seleccionada. Entretenimiento para todos, los más exigentes y completistas, y también los menos preocupados por el 100%.
Nuevos parámetros
Los escenarios fueron, sin duda, uno de los aspectos mejor resueltos del juego. Grandes para la época, diversificados en bastantes rutas y siempre con varias posibilidades para ejecutar los objetivos principales.
La sensación de libertad y poder hacerlo a tu manera es palpable desde el principio de la aventura. La primera localización, un bar destartalado, era una declaración de intenciones de los desarrolladores. Coge todo lo que puedas y huye… Porque no eres alguien del equipo S.T.A.R.S. Eres solo un civil más al que le ha explotado este problema en la cara. La sensación de caos está muy lograda y, hasta que no termines esta fase, estarás bastante desorientado.
Enseguida nos toparemos con una de las novedades incluidas respecto a lo visto en la saga. Se trataba del contador de infección. Olvídate de tus hierbas favoritas. Tu vitalidad, que influye en tus movimientos y acciones, ahora está completamente separada de tu rendimiento. Si estás crítico, no podrás moverte completamente pero, si te infectas y llegas al 100%, vas al Game Over. Directo.
Así, Resident Evil Outbreak se convertía en una carrera contra el tiempo que puedes parar momentáneamente con alguno de los pocos retrovirales colocados estratégicamente en el escenario. La constante contrarreloj y las recompensas derivadas de los tiempos obtenidos convertían la experiencia en un título frenético.
Ubicación en la cronología
Resident Evil Outbreak transcurría, principalmente, entre los eventos desarrollados dos días antes de Resident Evil 2 y Resident Evil 3.
Hubiese sido una ocasión perfecta para unas pequeñas interacciones o pistas de lo que nuestros protagonistas favoritos estaban haciendo. Si bien es cierto que, en la segunda parte de Resident Evil Outbreak podremos disfrutar del acogedor confort de la Comisaría RPD de la ciudad, se siente algo desaprovechado.
Tampoco vamos a fustigar demasiado este aspecto, porque encaja perfectamente con lo que la entrega quiere transmitir. Es decir, el caos de un grupo de supervivientes no experimentados contra todo lo que se les viene encima.
Enemigos e IA
Otro apartado que no termina de convencerme son los zombis. Se les podía sacar más provecho y dan lugar a combates aburridos una vez que te acostumbras a sus movimientos. Tampoco juega a su favor el que todos tengan casi la misma apariencia una y otra vez. Parece que los desarrolladores, en parte por las limitaciones de PS2, decidieron esforzarse menos en este aspecto.
No quiero que se pase por alto las peleas finales contra jefes. Entiendo que no era viable darles un lore o historia como las que encontramos en las entregas principales, pero no quedan demasiado inspiradas. Pocas veces nos pondrán en aprietos y serán más un incómodo trámite para alargar la experiencia. Quizás esto se hubiese solucionado con enemigos por fases, pero poco pudieron hacer con un presupuesto bastante limitado.
Tan malo como el mordisco de un zombie
Resident Evil Outbreak fue mi toma de contacto con el terror interactivo cuando era un crío. Aún recuerdo la advertencia al principio de cargar el videojuego y aquella portada que me erizaba los pelos de punta.
Las sesiones jugando con mi tío eran cortas, pues apenas podía progresar debido al miedo que sentía. Completamos, con mucha suerte, los dos primeros escenarios. Dos décadas después, decidí volver a aquel título pionero para mí y quitarme la espina con este análisis.
Quería desempolvar recuerdos, aunque haya tenido que adaptarme al control tipo tanque que es de obligado cumplimento en esta saga. Y, vamos a ser sinceros, el videojuego que hoy nos ocupa tiene muchos problemas graves. Aún más reseñables desde la perspectiva que da el tiempo..
Comenzando por lo principal y que, todo el mundo aborda: el modo en línea que nunca llegó a nuestras tierras. Resident Evil Outbreak File 2 lo acabaría arreglando, pero tarde y mal. Jugar un título concebido para el multijugador en línea, con una inteligencia artificial que era peor que mala, se acabó convirtiendo en un suplicio.
Los personajes no siguen tus órdenes más básicas y, para añadir sal a la herida, acaban malgastando recursos valiosos en situaciones estúpidas. Ni siquiera se contempló la opción de pantalla partida, lo que acaba rompiendo la experiencia por frustración.
Un elenco de personajes desperdiciado
Capcom decidió no dar explicaciones de qué personajes se llevan bien con otros y muchas veces te encuentras dando comandos a NPCs que ni siquiera te hacen caso y dan un no por respuesta. Un ejemplo más de los notorios problemas de diseño que arrastraba.
Los puzzles que son seña de la identidad de esta saga tampoco están correctamente aplicados aquí. Puedo entender que ciertos de ellos tengan sentido (tal es el caso de la universidad, dominada por la mano de hierro de la corporación Umbrella). Pero, en otras situaciones, no tienen razón de ser y alargan la experiencia. Pero no en el buen sentido.
Los casos más claros están en el hotel. Combinaciones de cajas fuertes, llaves e incluso, una estatua a la que debes colocarle una joya para poder pasar a la escalera de emergencia. No supieron ser cohesivos con lo que habían aprendido de entregas pasadas y, desde mi punto de vista, ensucian el cómputo global.
Tampoco me voy a olvidar de los constantes tiempos de carga que antaño me asustaban con los sonidos de fondo. Ahora solo me dan pereza.
¿Una experiencia recomendable en la actualidad?
La respuesta no es sencilla. Con honestidad, os diré que no es recomendable del todo. El videojuego está capado a 30 frames por segundo y, usando las herramientas propias de la emulación, da problemas: hipervelocidad, físicas inconsistentes… son bastantes dificultades para lograr una experiencia fluida.
La única opción de sentir la verdadera experiencia es descargar el título japonés y aplicar parches tanto para el idioma (aunque sea en inglés) como para conseguir jugarlo en línea. El usuario medio ni siquiera querrá esforzarse tanto para jugar de manera cómoda. Una pena porque, de esta manera, es una experiencia más notable.
Resident Evil Outbreak supuso un paso adelante en muchos aspectos desglosados en este análisis. Pero es hijo de su tiempo y sus circunstancias, y todas le pesan. Capcom aún persiste en encontrar una fórmula que les funcione para el multijugador en línea y, sinceramente, tras tantos remakes, no sé qué esperan. Este título es todo lo que los fans querrían en la actualidad y, con cambios y correcciones, sería increíble.
Como os decía al empezar el análisis, Resident Evil Outbreak es una especie de mito de Ícaro pues, tanto él como esta obra, intentaban abarcar más de lo que podían. Y acabaron siendo olvidados. Esperemos que, al revés que Ícaro, Resident Evil Outbreak reciba nuevas alas con las que emprender nuevos vuelos. Online, esta vez.
Redactor: Manu Rodríguez.
Nací en Málaga casi con una Sega Saturn bajo el brazo. Periodista por vocación y de profesión. Especializado en información cultural y entretenimiento. Mis pasiones son el cine de terror, los videojuegos, el rock y el breakbeat. Búscame en redes sociales: @themnkbreaker en X, manuraguilr en Instagram y @TheMnkBreaker en TikTok.
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