El cine slasher y la ‘chica final’ – El papel del último superviviente

¿En qué consiste la chica final en el género slasher y cómo ha evolucionado su figura desde La Noche de Halloween?

Hola, herederos de Randy. Hoy es el turno de escribir sobre el último superviviente en el slasher. Sí, por lo normal es una mujer, llamada «chica final», pero vamos a comprobar que ya no es así siempre y que la moral también ha cambiado con el paso de los años.

¡Dentro cuchillo!

¿Qué es la ‘chica final’?

Es la figura encargada de terminar con el legado sanguinolento del asesino. Pero, ¿nada más?

¿Qué simboliza la chica final? En los orígenes del slasher, tal y como desembarcaron en las costas estadounidenses en los setenta (con una herencia del giallo, aunque desmarcada de este subgénero), nos presentan el arquetipo de protagonista que sobrevivirá al acto final, no sin cierta dificultad, y matará al antagonista.

Los valores de este personaje están basados en la moralidad casi monacal predominante de la época: casta, abstemia y alejada del descontrol y las drogas.

Ella representa la «pureza» sobre la que deben regirse todos los adolescentes, y es por eso que tiene el privilegio de ser la única que puede dar caza al villano.

Sally Hardesty (La matanza de Texas), Laurie Strode (La noche de Halloween), Nancy Thompson (Pesadilla en Elm Street), Alice Hardy (Viernes 13), Julie James (Sé lo que hicisteis el último verano) o Sarah Palmer (San Valentín sangriento) son algunos de los exponentes más reconocidos del subgénero (sin contar a otras como la teniente Ellen Ripley —Alien: el octavo pasajero— como otra referencia del terror).

Estas mujeres reúnen las características puras que se le piden a la última superviviente y sabes, desde el primer momento, que ellas serán las únicas que sobrevivirán a la matanza.

En los setenta-ochenta, este era el arquetipo que se esperaba reconocer cuando ibas a ver una película del tipo, y aunque resultara predecible, al público no le importaba: querían ver cómo se las arreglaba la «elegida» y lograba alzarse victoriosa.

Los adolescentes, muchos de ellos retratados como los que mueren en la cinta, encontraban algo socavado en su interior que les hacía querer reflejarse en la última superviviente, aunque esto es más producto de los valores conservadores de sus padres que de ellos mismos, pero eran estas lecciones (moralistas) las que, aun enterradas, seguían existiendo dentro de ellos y lo hacía emerger la chica final de turno.

Con el tiempo, el concepto de último superviviente empezó a expandirse y alejarse de la moralidad predominante, además de su sexo. Nos encontramos con un arquetipo que puede variar, otorgando más libertad a la hora de crear al último superviviente.

Boys will be boys

Ya no hay reglas que deban cumplirse, pues, como subrayo siempre: «el slasher debe evolucionar y adaptarse a la sociedad», y los protagonistas no deben estar atados a unos preceptos anticuados.

Esta evolución se ha dado de forma paulatina, a pesar de que haya cintas que, sin motivo de homenaje, como The Final Girls (2015, Todd Strauss-Schulson), Hatchet (2006, Adam Green) o Este cuerpo me sienta de muerte (Freaky, 2020, Christopher B. Landon), se anclan en normas anacrónicas en los que los adolescentes, su target, no se sienten identificados.

El ejemplo de este cambio se refleja en la aparición de los chicos finales, quienes recogen el papel de ellas para enfrentarse al asesino. Tenemos a Todd (The Burning, 1981, Tony Maylam), convirtiéndose en uno de los chicos finales más reconocidos del subgénero; Tommy Jarvis, que mata por primera vez a Jason Voorhees (saga Viernes 13) a la edad de doce años en Viernes 13: último capítulo (1984, Joseph Zito) y que vuelve a repetir como adulto en entregas posteriores; Jesse Walsh (Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy, 1985, Jack Sholder), otro icono de los chicos y que además rompió los esquemas por su dilema sexual; Andy Barclay, de la saga Muñeco diabólico (1988, Tom Holland), que en parte tiene en común la inocencia de un niño con la que debía tener la chica final, o Cole (bilogía The Babysitter).

Podemos incluir a Ash Williams como último superviviente (la gamberra y sangrienta saga Evil Dead), aunque personalmente no considero slasher ese tipo de películas, a pesar de que reúnan ciertos elementos clásicos.

Imagen de la web TerrorActo

La ‘chica final’ moderna

En cuanto a las nuevas chicas finales, en cierta parte se conserva y se preserva el toque cándido/ingenuo de las protagonistas, pero esto es cada vez algo más secundario hasta que la moralidad clásica/represiva se ve absorbida por los nuevos tiempos.

Aquí aparecen Sidney Prescott, de la paródica Scream (1996, Wes Craven), que reúne a modo de homenaje los restos de una época olvidada y los junta con los de la nueva generación en una joven que, aunque ya no es castísima —aguanta hasta el último acto—, doblega al asesino.

Sobresalen también Tree Gelbman (Feliz día de tu muerte, 2017, Christopher B. Landon), una joven que es desagradable con todos y solo se centra en divertirse entre fiestas y chicos, pero que luego tiene una pequeña redención, lo que la hace resistir hasta el final y que nos recuerda a los conceptos clásicos sobre esta figura; Erin (Eres el siguiente, 2011, Adam Wingard), que, aunque me resulta confuso incluirla en este subgénero, me parece que es la chica final definitiva, pues sus habilidades innatas en supervivencia la diferencian del resto, o Maxine Minx, de la más reciente X (2022, Ti West), encontrándonos con una ruptura completa de la moralidad tradicional.

Me gustaría incluir también a Serina (Colinas sangrientas, 2009, Dave Parker), quien aun habiendo cometido infidelidad con el amigo del protagonista, consigue sobreponerse a las adversidades y llegar hasta el final, y a Grace LeDomas (Noche de bodas, 2019, Matt Bettineli-Olpin, Tyler Gillet), aunque no sé si catalogar esta película como slasher, de la misma forma que me sucede con la anteriormente mencionada Eres el siguiente.

Me dejo a muchas otras, pero he decidido mencionar a las más reconocidas y que ejemplifican bien el proceso evolutivo de este arquetipo.

La siguiente cita ineludible será con la chica final de Scream 6, de la que estoy deseando saber cómo se las arreglará esta vez contra Ghostface: igual nos sorprenden y nos colocan a dos para equiparar al habitual doble asesino de la serie… ¿O sería saltarse demasiado las normas de Randy?

El saco de Sam
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