Así era Game Boy Micro, la consola más pequeña de Nintendo (y con más estilo)
Curiosidades y datos de Game Boy Micro, la última consola de la familia Game Boy de Nintendo

A lo largo de su trayectoria, Nintendo ha sido en muchas ocasiones el ejemplo a seguir en el desarrollo de consolas. Aunque la mayoría de las veces sus consolas han sido un éxito, también hay casos en los que han sido un fracaso: Nintendo 64, sin llegar a fracasar, no vendió lo que se esperaba; GameCube lo tenía casi todo para triunfar y fracasó; y Wii U fue una consola incomprendida que, debido a sus bajas ventas, tuvo una vida corta y quedó en el olvido. Eso sí, en el terreno portátil, Nintendo siempre ha sido imbatible. Aunque ha tenido revisiones o modelos de consolas que no convencieron a todos, su fortaleza en este terreno no se puede negar. Una de estas consolas portátiles fue Game Boy Micro, una revisión de Game Boy Advance que alargaba un poco más la vida de esta gran portátil y cuyo diseño quizá no era el más ergonómico, pero sí atractivo.

Presentación y características de Game Boy Micro
Fue en el E3 de mayo del año 2005 cuando Nintendo anunció una versión «ultraportátil» y estilizada de su popular familia de consolas Game Boy Advance. Sería lanzada el 13 de septiembre del mismo año en Japón, unos días después en Norteamérica. Llegaría un poco más tarde (4 de noviembre) a Europa.
La Game Boy Micro era una consola portátil elegante y de un tamaño bastante más pequeño que los modelos anteriores de Game Boy. Su tamaño similar era al mando de la NES, que cabía en la palma de una mano. Para ello, tenía que sacrificar las prestaciones de otros modelos. Por ejemplo, la pantalla se reducía a solamente 2 pulgadas, aunque contaba con la ventaja de ser una pantalla LCD retroiluminada y con una curiosidad a destacar: podías regular el brillo con una rueda en el lateral de la consola. Debido a su tamaño e iluminación, los juegos ganaban en nitidez.
Más allá de la pantalla, la consola contaba con 4 botones: los botones «a» y «b» y los gatillos «R» y «L», además de una cruceta y los botones «select» y «start». También tenía salida de sonido, rueda para el volumen, rueda de encendido y apagado, un puerto para auriculares y otro para la carga de batería. Esta, pese a su tamaño, podía durar entre 7 y 13 horas.

La consola que estaba destinada a fracasar
La Game Boy Micro era compatible con la biblioteca de juegos de Game Boy Advance, pero por motivo evidente, no era compatible con juegos de Game Boy y Game Boy Color.
Debido a los sacrificios realizados para reducir su tamaño, la portátil no fue del agrado del por entonces presidente de Nintendo América, Reggie Fils-Aimé. En su propio libro confiesa que Game Boy Micro nunca le llegó a convencer y que «la consola estaba destinada a fracasar«, ya que era un hardware demasiado pequeño y la tendencia de la industria, por entonces, era lanzar consolas portátiles con pantallas cada vez más grandes.
Es cierto que las pantallas desde Game Boy no pararon de crecer, y en esa época ya tenían en el mercado Nintendo DS, con pantallas más grandes y además doble. Pronto llegó también PSP por parte de Sony, con una pantalla de 4’3 pulgadas. Por ello y por las prestaciones inferiores de la consola con respecto a modelos anteriores, como unos botones más difíciles de manipular para las personas adultas, Reggie pensaba que Game Boy Micro no tendría éxito.

Precio y cifras de venta
Su precio de lanzamiento fue de 99 euros, cuando por entonces una Game Boy Advance o Game Boy Advance SP podía encontrarse a un mismo precio e incluso menor. Para remate, Game Boy Micro fue lanzada el 13 de septiembre de 2005, mientras que Nintendo DS se estrenó un año antes, el 21 de noviembre de 2004.
La realidad es que la consola no llegó a ser un éxito. Las ventas totales entre todos los modelos de Game Boy Advance fueron de 81’51 millones de unidades, de las cuales algo más de 1’9 millones de unidades fueron del modelo Game Boy Micro.
En total, 590.000 unidades se vendieron en Japón y 530.000 en Norteamérica. Sin embargo, en Europa y Australia tuvo una mejor acogida y superó dichas cifras con 800.000 unidades vendidas.

Artículo de coleccionismo
Las críticas tampoco fueron demasiado positivas, pero con el paso del tiempo se ha valorado más su innegable elegancia en el diseño, ya que era muy bonita estéticamente. A esto hay que sumarle que la carcasa de esta consola era intercambiable, por lo que podías tener la misma consola en diferentes colores.
Además, es un objeto de coleccionismo para nintenderos y amantes de las consolas en general años después. Una Game Boy Micro completamente nueva, puede superar tranquilamente los 200 euros y en el caso de venir precintada puede superar incluso los 1000 euros. Por suerte, de segunda mano y en un estado decente, se pueden encontrar por unos 70-90 euros.

Mi experiencia con Game Boy Micro
Pues sí, aquí un servidor tuvo la Game Boy Micro a finales del año 2005. Yo ya tenía la Game Boy Advance SP y, por alguna razón, me llamaba poderosamente la atención esta pequeñaja (no voy a negar que la revista Nintendo Acción supo vendérmela).
La consola no sería tan práctica como mi SP, ni siquiera podía jugar con mis amigos, ya que no se le podía conectar el cable Game Link. Tampoco podía recurrir a ella si me apetecía jugar a títulos de Game Boy antiguos. Lo que sí me gustaba más de este modelo era la nitidez y el brillo de aquella pantalla, siendo la mejor que había visto nunca en una portátil de Nintendo, pese a que todo era más pequeñito.
Era una consola francamente bonita. Se podía llevar en el bolsillo y apenas pesaba ni se notaba. Con ella jugué muchas horas a Pokémon Esmeralda, Golden Sun, Fire Emblem The Secret Stones y Metroid Fusion, entre otros, con toda la comodidad del mundo desde el sofá o la cama, sin casi peso alguno en mis manos. (Y el brillo de la pantalla bajito para que no se notara que estaba jugando a horas a las que quizá no debería). Se hacía muy ameno jugar en ella.
Además, me parecía alucinante pensar que tenía la potencia de una SNES en la palma de mi mano (incluso más, recordemos los 32 bits de Game Boy Advance frente a los 16 de SNES), y eso para un niño de la época era increíble.
Por desgracia, con los años perdí la consola. Guardo un grato recuerdo y pienso que, aunque no sea lo más práctico del mundo y quizá hoy día se enfoque todo más al coleccionismo, me haría ilusión que Nintendo repitiera esta estrategia algún día.
Game Boy Micro no cumplió con las expectativas de Nintendo ni todos estaban contentos con ella. Seguramente, también le perjudicó que Nintendo DS estuviera ya en el mercado. Pero lo cierto es que por su peculiar diseño, por el cariño y la nostalgia, con el tiempo se ha apreciado y recordado como una consola portátil especial. Además de que fue el último modelo de Game Boy Advance que se lanzó al mercado.
Redacción: Miguel Ángel Cabanillas