MythForce Análisis – Review – ¿Merece la pena en solitario/single player?

Reseña del roguelite pensado para fans de Masters del Universo y Dragones & Mazmorras, disponible para PS5, Switch, PS4, Xbox y ordenador

“Tú, el bárbaro; tú, el arquero; acróbata, mago y el caballerooooo…”. Ya está, ya estás dentro de la nostalgia total. Has reconocido la sintonía de Dragones & Mazmorras, te has teletransportado a los años 80 armado de un buen saquito de sugus y tigretones y vas a arrasar el mundo con tu ejército de playmobils. Un plan perfecto que todavía hoy no entiendes cómo falló, pero que MythForce te va a permitir recordar palmo a palmo, con sus inconfundibles soniquetes y animaciones artesanales.

Porque MythForce es una producción extremadamente fiel con la estética audiovisual de la época, adaptándose a las bases de los roguelite cooperativos tan populares en la actualidad.

¿En qué se traduce eso, cómo se juega? ¿Es un juego que sin el factor nostalgia merecería la pena? ¿Y para los viejunos que prefieren ir a su bola y no jugar online? Vamos a profundizar en ello en la siguiente valoración.

Bocatas de nocilla

Que el público objetivo de MythForce sean los niños grandes de los 80 es algo que el título de los canadienses Beamdog (fundado por pesos pesados de Bioware, la desarrolladora de Mass Effect) se toma en serio desde el minuto 1.

Es decir, cuando arranca un opening calcado a los de He-Man, Dragones & Mazmorras y otras series infantiles de aquellos días. No faltan los esqueletillos con mala leche, las acrobacias, las magias (olé ese arco de flechas mágicas), el villano de turno y hasta una canción de estribillo pegadizo y sintentizadores que suenan a gloria. La carta de presentación de MythForce es formidable. Absolutamente exquisita, muy cuidada y rebosante de una familiaridad entrañable para los ochenteros.

Ya en el menú de inicio se nos presentan los cuatro personajes disponibles, dos femeninos y dos masculinos, con unos diseños que pasarían por ser originales de aquellas series.

Cada uno tiene su especialidad y esto se traslada a su aspecto y ornamentos. Uno posee la fuerza bruta y porta un espadón y un escudo; otro cuenta con la magia como principal apoyo; otro con un arco con el que realizar ataques a distancia -el arco ya sabéis de dónde lo han tomado prestado- y un personaje intermedio, el pícaro, centrado en la agilidad y los ataques a media distancia a los que añade la facilidad para escabullirse entre los enemigos.

Enemigos que, como podéis imaginar, también están extraídos de las mismas series en su mayoría, aportando goblins, lagartos, setas gigantes y otras criaturas de fantasía a tono con la ambientación de MythForce. No hay detalle que no te haga evocar los bocatas de nocilla y los panteras rosas que te cargabas a pares aquellas tardes de los 80.

Ajustes de juego

La elección de personaje da paso a un menú central de opciones. De entrada, podemos balancear la dificultad de nuestra partida, de más básica a muy difícil, antes de que arranque (no durante).

También encontramos una sección donde invertir las runas que vayamos reuniendo por mejoras para las armas del personaje. Cada uno, por cierto, tiene dos: principal y secundaria.

Igualmente, hay una moneda virtual (presente a través de joyas, tesoros y doblones de oro) que es intercambiable por coleccionables y extras como nuevas skins. Muchas son realmente divertidas y están basadas en otras series de animación muy populares, como la de Teen Wolf (1986), que aquí conocimos como De pelo en pecho.

No son las únicas posibilidades de configuración. También hay objetos que otorgan mejoras de todo tipo, como inmunidad a ciertos estados, más velocidad de desplazamiento, vitalidad extra… El máximo a la vez es cuatro y se clasifican entre amuletos y complementos de ropa, como brazaletes o botas.

Por último, se nos ofrece la posibilidad de echarle un vistazo a las opciones de accesibilidad, donde encontramos los típicos ajustes de sensibilidad al mando o de control de cámara. Todo ello en español (menos las voces de los personajes).

Una vez organizado y seleccionados los ajustes que más nos gusten, nos dirigen a un mapa en el que cada zona superada desbloquea la siguiente. Hay un total de tres capítulos separados por una breve pero deliciosa secuencia animada, y cada uno está compuesto de niveles de diferente duración generados aleatoriamente.

En total, llegar al desenlace del juego rozaría las 16 horas, aunque esta cifra varía dependiendo de si jugamos acompañados todo el rato y de los ajustes de dificultad elegidos.

Como podréis imaginar, a más dificultad mejores recompensas obtendremos y antes mejoraríamos nuestras armas y conjuros. En esta sección se nos pedirá elegir entre partida en solitario o en cooperativo, que es la opción para la que MythForce se ha concebido en primera instancia y por donde vamos a seguir nuestro análisis.

Dinámicas de juego de MythForce

El concepto de juego planteado es el roguelite. Pero aquí, que somos señoros de la vieja escuela pura y dura, nos vamos a dejar de moderneces y vamos a explicar las cosas con palabras sencillas.

MythForce nos propone terminar niveles divididos en fases, las cuales alternarán las oleadas de enemigos con las de bonus. Las primeras pueden variar entre resistir un tiempo límite o limpiar la zona de esbirros de Venger (perdón, se me ha colado sin querer). Mientras no cumplamos los requisitos, no se abrirá la compuerta que nos dejará pasar a la siguiente mazmorra.

Las fases de bonus, por su parte, nos recompensarán con tesoros e ítems consumibles. También hará acto de presencia una vez por nivel un comerciante que nos venderá diferentes mejoras y pócimas curativas.

Como decíamos antes, cada fase es aleatoria dentro del nivel al que pertenece, cambiando la ubicación de ítems, trampas y enemigos. Dicho de otro modo, en el nivel del castillo, todas las fases relativas a él modificarán el emplazamiento de ítems y esbirros cada vez que comience la partida. Aunque son todas tan similares entre sí que esos reajustes nos van a pasar desapercibidos en muchas ocasiones.

Entre fase y fase hay una sección en la que se recuperan los personajes aliados que han caído en la partida, o bien se unen online los que estaban esperando en el emparejamiento del juego. Como curiosidad, si hemos sido nosotros los que hemos perdido todos los puntos de vitalidad, habremos observado el resto de la partida en tercera persona, abandonando la perspectiva subjetiva. Es una pena que no se permita jugar combinando ambas cámaras a nuestro antojo.

Ahí mismo, entre fase y fase, elegimos un power up extra entre tres opciones, aunque si ninguna nos convence podremos tirar los dados y obtener otra combinación. Un detalle muy simpático que alude directamente al carisma de Dragones & Mazmorras, nombre propio de los juegos de rol de tablero aún en la actualidad.

En total, las primeras fases que componen cada uno de los niveles pueden acabarse en unos 20-25 minutos en dificultad estándar y con los cuatro jugadores de máximo dentro de la partida. La recta final se alarga a unos 45 minutos por fase.

El emparejamiento online va rápido y no llega al par de minutos localizarte grupo, por lo que no tengo quejas en este sentido. Por el contrario, sí he encontrado algunos fallos puntuales, como perder totalmente la capacidad de moverme y quedarme así hasta que los compañeros pasasen de fase, o no poder equiparme una mejora recién comprada. También hay trofeos que no se desbloquean pese a cumplir los requisitos. Los desarrolladores han informado que están al tanto y que ya trabajan en un parche muy cercano para corregir numerosos errores.

Experiencia en solitario

La pregunta del millón para el gamer que pasa cuatro pueblos de los modos online y es un lobo solitario ochentero que disfruta jugando a su rollo.

¿Merece la pena MythForce sin una campaña tradicional ni modo historia? La verdad es que es algo difícil de contestar. En cooperativo, Mythforce es una sucesión de oleadas que dan paso al canjeo de puntos de experiencia, mejoramos al personaje y vuelta a empezar.

Sí, puede hacerse rutinario demasiado pronto, pero combinar las habilidades de los jugadores simultáneos es entretenido. Uno puede ser más ofensivo mientras que otro puede ser más útil dedicado a tareas de apoyo, como resucitar compañeros.

Cada personaje tiene su propia barra de vitalidad y de estamina, de manera que algunos pueden resultar muy lentos pero contundentes en el cuerpo a cuerpo, y otros más ágiles y más eficaces desde la distancia. Hay muchas formas de organizarse y jugando con micro con colegas la experiencia es totalmente recomendable.

Con el emparejamiento aleatorio, la experiencia multijugador no es tan completa pero sigue funcionando. MythForce es un juego sencillo de comprender y ameno de jugar, no tiene mucha complejidad, lo que facilita acoplarse rápidamente a su propuesta. Esto es también un arma de doble filo, ya que carecer de profundidad puede volverlo repetitivo antes de tiempo, como decíamos unas líneas atrás.

Si en cooperativo tiene ese hándicap, en solitario la experiencia se resiente todavía más. Jugar con unos entornos extraídos de He-Man tiene muchísimo encanto y es ciertamente refrescante entre tanto roguelite clónico y sin alma. Pero también es cierto que, para jugarlo exclusivamente en offline y a este precio (29,99€), cuesta recomendarlo habiendo juegos muchísimo más redondos a la hora de cubrir una experiencia single player.

Entre otras cosas, porque en solitario no hay compañeros que nos resuciten, de modo que perder todos los puntos de vitalidad supone volver a empezar todas las fases de cero de ese mismo nivel, perder los consumibles y los power ups

Es la rutina roguelite y, o lo tomas o lo dejas. MythForce es entretenido y cumple con lo que ofrece, sin embargo hay que estar informado de sus características para ahorrarse sorpresas desagradables.

Conclusiones

MythForce está disponible en Switch, consolas Xbox, ordenador, PlayStation 4 y PlayStation 5 desde el 12 de septiembre en digital, si bien Limited Run comercializa una edición en formato físico estándar y deluxe, en la que reproduce una cinta VHS tan típica de la época.

Curiosamente su lanzamiento se ha producido unos días antes de que la serie de dibujos animados de Dragones & Mazmorras haya cumplido exactamente 40 años de su estreno.

MythForce es un homenaje muy vistoso y muy logrado audiovisualmente, aunque plano en términos de dinámicas jugables. Las cartas las pone todas bocarriba sobre el tablero (de rol) nada más empezar, así que desde que arranca ya sabes todo lo que va a ofrecer el resto de tiempo de juego.

A mí me parece un fantástico homenaje a esa mítica Dragones & Mazmorras y su 40 aniversario. Ojalá se animasen con contenido extra relativo a la serie, porque sería la guinda a un tributo tan nostálgico como entretenido. Eso sí, mejor en compañía de bárbaros, arqueros, caballeros… Y sobre todo del Amo del Calabozo, que para eso nos dio poderes a todos.

Puntuación: 4 de 5.

Enlaces de interés

Sergio Díaz
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