Lies of P Análisis – Review para Xbox Series X|S, PC y PS5 – Opiniones – ¿El mejor soulslike fuera de Miyazaki?

Round 8 Studio juega muy bien sus cartas para componer un souls con personalidad con la vista siempre puesta en Bloodborne

Existe una expectación muy interesante ante el lanzamiento de un nuevo “soulslike“. En ese momento, todos echamos la vista atrás, recordando los juegos de From Software, y nos preguntamos no sólo si el nuevo candidato estará a la altura -que normalmente no lo están-, sino también si esta nueva propuesta del archiconocido sistema “souls” aportará algo nuevo a este subgénero.

Algunos ya lo han intentado, y hay ejemplos destacables como Nioh, donde Team Ninja supo recoger lo mejor del género como el clásico sistema de muerte y resurrección -y la consabida pérdida de puntos de experiencia, ya sabéis-, así como la dificultad endiablada de sus combates, tan característica en estos juegos, y añadió su propio esquema jugable diferenciador. Un juego notable, como poco.

Luego hay otros títulos menores, como Mortal Shell o la saga The Surge, donde cada desarrollador intenta subirse al carro del éxito de From Software aportando novedades aquí y allá -en The Surge, por ejemplo, podemos golpear a los diferentes miembros de los enemigos, un acierto-, pero todos ellos tropiezan en la misma piedra: un esquema jugable menos pulido y un universo que -a gustos colores-, no resulta tan bien cohesionado la mayoría de las veces.

Sin embargo, el caso de Lies of P es muy especial. Para empezar, no sólo por la propuesta tan atractiva de utilizar la famosa fábula de Carlo Collodi como reclamo, sino por la increíble y casi perfecta ejecución de todas las mecánicas conocidas en los “soulslike” y llevarlas a unas cotas de perfección nunca vistas fuera de los trabajos de From Software.

Sí, Lies of P es un caso poco habitual. Es una copia tan descarada de las mecánicas propias de Dark Souls y Bloodborne que logra, en un giro de 180 grados, convertirse por derecho propio en un juego más original de lo que parece, por contradictorio que parezca. Porque en Lies of P, los elementos del juego forman parte de un “todo” que resulta orgánico, coherente y espectacularmente bien construido, utilizando la fábula de Pinocho de una manera única, y aportando una narrativa más clara sin renunciar al misterio. Todo esto, y mucho más, es Lies of P.

El arte de contar fábulas

Las fábulas, como ya sabéis, son relatos breves que suelen tener su moraleja. Bien al final de la obra o contada a lo largo del cuento, toda fábula contiene una anécdota que alberga una consecuencia aleccionadora.

En el caso de Lies of P, este huye de la versión endulzada de Disney y nos acerca más al relato cruel que escribió Collodi, donde Pinocho, más que encantador o entrañable, puede convertirse en una marioneta mala, un “mal hijo”, si así lo pretendemos, al dejarse llevar por las malas compañías como el Zorro y el Gato. Y en el otro lado de la balanza, tenemos al famoso grillo parlante, la voz de la conciencia, que puede ayudar a Pinocho a superar las adversidades para transformarse en una persona real.

Lo que ha conseguido Round 8 Studio -el equipo de desarrollo detrás del juego-, es reinterpretar la fábula con una maestría narrativa impecable, con todos sus elementos entroncados en la trama de manera exquisita y añadiendo una atmósfera opresiva, sanguinaria y cruel que termina de completar un trabajo redondo.

Reimaginando el cuento

En Lies of P, las marionetas se inventaron en la ciudad de Krat gracias al descubrimiento de una fuente de energía revolucionaria llamada Ergo. Estos títeres pronto se volvieron indispensables para la vida cotidiana de los habitantes de Krat, realizando todo tipo de trabajos para la población.

Con el fin de garantizar que las marionetas no fueran una amenaza para la sociedad, estas estaban vinculadas al Gran Pacto, una serie de normas que les prohíbe mentir o causar daño a los humanos. Sin embargo, en algún momento, todas las marionetas de la ciudad de Krat se rebelan y comienzan a masacrar a sus habitantes. Por si fuera poco, Krat sufre una misteriosa e incurable enfermedad que muta a humanos y marionetas en horribles monstruos. Con el fin de salvar la situación, nuestra querida marioneta despierta y comienza su aventura.

Esta marioneta es muy especial, pues se trata del hijo predilecto del famoso maestro del Sindicato del Taller, Geppetto, el más importante de los inventores de marionetas. Este títere robótico al que el juego menciona por el nombre de P, es especial por un motivo muy concreto, y que juega un papel fundamental en el devenir de la trama: a diferencia de otras marionetas, Pinocho puede mentir. Y no sólo eso, también es especial por otras razones que no podemos desvelar y que resultan muy emotivos de cara al final de la aventura, donde el juego se guarda su mejor As en la manga.

Nos ha encantado cómo la trama de Lies of P hace uso de los elementos de la fábula de Carlo Collodi, reinterpretando algunos de sus puntos clave y respondiendo a nuestras preguntas en una trama que se cuenta con buen pulso, que tiene momentos verdaderamente emotivos y cuyos finales representan fielmente las consecuencias de nuestras elecciones a lo largo del juego.

Krat, la ciudad de los horrores

Uno de los aspectos más impactantes del juego es cómo la ciudad de Krat actúa como un catalizador argumental, cuya narrativa visual recuerda mucho a los trabajos de From Software no solo por la apariencia -reminiscencias a Bloodborne-, sino por la increíble calidad y cantidad de detalles que se esconden en sus escenarios.

La ciudad de Krat se define por un equilibrio entre lo clásico, con mamposterías de lujo, calles adoquinadas alumbradas por tenues farolillos y estucados esculpidos en fachadas de piedra, así como hoteles y edificios decorados con un gusto por el detalle muy caprichoso.

Por otro lado, Krat es un lugar espeluznante, un lugar de muerte donde la sangre riega sus incontables y estrechas calles y que alberga una considerable cantidad de jefes, marionetas asesinas y monstruosidades por igual, así como una colección de cadáveres que descansan sobre su propia sangre allá donde miremos.

La atmósfera del juego cambia según avancemos en la trama, ya que las horas del día se suceden conforme a los 11 capítulos que debemos recorrer. Más allá de Krat, en sus alrededores, encontramos otros escenarios de bellísima factura artística, como bosques, zonas industriales y otras tantas más que no diremos para no arruinaros el descubrimiento.

Todo este sorprendente derroche de talento artístico solo tiene una arista que, a nuestro parecer, le resta un poquito. En Lies of P los escenarios son más lineales, y aunque se recompensa la exploración y existen atajos a desbloquear entre las clásicas “hogueras” -aquí llamadas Stargazers-, su diseño es más simple en ese sentido.

Además, da la sensación de que el worldbuilding ha sido construido utilizando un sistema circular, donde casi siempre volvemos al punto de retorno anterior a través de un pasadizo o una puerta que conecta con el jefe de la zona, cerrando así el círculo.

No nos malinterpretéis, los escenarios son preciosos y existe un grado de exploración aceptable, pero nos habría encantado que Round 8 Studios hubiese ampliado un poco más la escala, dando al jugador la posibilidad de perderse un poco más por las peligrosas calles de Krat.

Horror excéntrico

Más sorprendente aún resulta el diseño de enemigos, y cómo cada cual tiene un patrón diferente de ataques basados en su particular diseño, creando combates intensos, desafiantes y a veces impredecibles -luego hablaremos de esto, que hay tela que cortar-.

Nos ha sorprendido para bien la cantidad de enemigos diferentes que enfrentamos en la aventura, desde títeres sencillos armados con una porra, hasta marionetas más grandes y monstruosas y otros horrores orgánicos que han sido víctima de la Petronecrosis, la enfermedad misteriosa que asola Krat.

El juego en ningún momento deja de sorprendernos con nuevos enemigos, cada cual con características y habilidades únicas. Creednos, en nuestra primera partida nunca hemos sabido qué encontrar a la vuelta de cada esquina, y siempre, de una manera o de otra, nos hemos llevado una sorpresa en las casi 40 horas que nos ha llevado completar el juego.

Mención especial tienen los jefes y minijefes, cuyo diseño es soberbio y sus animaciones son siempre sorprendentes. Como bien sabemos todos, el autentico “chuletón” de los “soulslike” estriba en la dificultad de sus jefes, y en Lies of P no hay excepción.

En su mayoría, todos los jefes exigen de nosotros que demos el máximo, afinando los reflejos y prestando atención a todo lo que sucede en pantalla. Estos enfrentamientos -en total hay 16, sin contar minijefes-, nos han parecido durísimos, y no es de extrañar que el equipo de desarrollo sacase un parche al poco tiempo para reequilibrar los factores de daño y defensa. Por cierto, no existe multijugador, pero casi siempre podremos invocar a un NPC para que nos eche un cable.

Los enemigos comunes no suelen ser tan problemáticos, pero no os confiéis pues lo pagaréis caro. Round 8 Studio ha sabido cómo utilizar los rincones para situar a nuestros enemigos estratégicamente, y pronto nos veremos en un auténtico festival de destrucción si no vamos con pies de plomo. Esta es una parte que nos ha encantado, la constante presión de sentirnos solos y amenazados en todo momento.

Defiéndete, marioneta

Plantar cara a todo el ejército de marionetas enloquecidas va a exigir de nosotros el esfuerzo acostumbrado en este tipo de juegos. La dificultad de Lies of P, a nuestro juicio, está en la media de otros títulos de corte similar… a excepción de los jefes. Estos últimos suponen un reto aterrador, y la dificultad sube exponencialmente.

Estos combates, además, exigen de nosotros una estrategia clara y una prudencia bien medida si no queremos acabar besando la lona. A pesar de todo, en Videojuerguistas hemos podido acabar con todos ellos con paciencia y con alguna ayudita que nos concede el juego, como un espectro que, en ocasiones, puede acompañarnos a la batalla.

Por otra parte, no podemos dejar pasar la excelencia, finura y elegancia del combate en sí. El combate de Lies of P no esconde su inspiración en Bloodborne, donde la agresividad es necesaria para recuperar parte de la vida que nos han quitado, pero sabe diferenciarse en algunos puntos que consideramos clave. La agilidad del combate, los hitboxes perfectamente medidos y las animaciones, todas ellas realizadas con un mimo impresionante, hacen que Lies of P no solo tenga uno de los mejores sistemas de combate del género, sino que es capaz de mirar de tú a tú a algunos juegos de From Software.

Contamos con las clásicas estadísticas y las armas que escalan daño según su tipo, hasta aquí todo es reconocible. Pero Lies of P añade una capa extra de profundidad que nos ha encantado: la posibilidad de ensamblar armas.

Cada arma en el juego consta de dos partes, la hoja y la empuñadura. Estas pueden combinarse a nuestro gusto para obtener sets de movimientos muy diferentes, así como artes de fábula -es decir, los ataques especiales de cada arma- con diferentes efectos. Nos ha parecido todo un acierto y un derroche de imaginación la cantidad de posibilidades que existen. ¿No puedes con cierto enemigo? Prueba con otra combinación y te sorprenderás.

Para mejorar nuestro arsenal tenemos un taller en el Hotel Krat -el nexo donde podemos descansar, el lugar seguro donde subir de nivel y entablar conversaciones con otros NPC-. Aquí no solo podemos mejorar nuestras armas utilizando ciertos objetos, también podemos cambiar el atributo escalable de las empuñaduras, dando más juego, si cabe, a la variedad del conjunto.

Por otro lado tenemos nuestro brazo mecánico, Legión, que será de ayuda indispensable y que podemos modificar para obtener otros beneficios como daño eléctrico, de fuego, e incluso utilizar un cable para atraer a algunos enemigos a nuestro terreno. Luego está el sistema de parry, que ejecutado en el momento preciso puede llegar a romper el arma del enemigo, dejándolo indefenso. Debemos decir que este sistema está perfectamente implementado, y la ventana de rotura está ajustada al milímetro para que resulte desafiante y, a la vez, no frustre al jugador.

Por su fuera poco, podemos potenciar otros atributos de P en un árbol de habilidades de lo más útil. Por ejemplo, una doble finta que resulta imprescindible para aumentar el tiempo de invulnerabilidad al esquivar ataques enemigos, aumentar la cantidad de objetos de curación, así como potenciar su efecto, y así muchas más.

En resumen, el sistema de combate de Lies of P nos ha encantado porque resulta limpio, ágil y con un timming prácticamente perfecto. A esto hay que sumar todo el conjunto de características y recursos antes mencionados, y tenemos como resultado el mejor sistema de combate basado en la saga “souls” del mercado.

Audiovisualmente precioso

No podemos terminar este análisis sin alabar el diseño artístico de Lies of P. Ya hemos hablado antes sobre ello, sobre la construcción de la ciudad de Krat y su sistema de niveles algo lineal. Sin embargo, más allá de eso, es reseñable el derroche de ingenio, de talento y de buen gusto que el equipo de Round 8 Studio ha demostrado en esta ocasión.

Calles adoquinadas bañadas en sangre, densos bosques cuyos árboles se enredan dejando una estampa en perfecto equilibrio entre la belleza y lo siniestro, catacumbas de piedra, palacios señoriales ornamentados de auténtico lujo… La cantidad de escenarios a visitar no solo es muy variada, también su diseño nos ha dejado con la boca abierta en más de una ocasión.

Y no sólo los escenarios. El diseño de todos los jefes es coherente con la propuesta, tratándose en ocasiones de máquinas enormes y torpes cuyo diseño dieselpunk es soberbio, pasando por otros más pequeños y ágiles. Todos ellos guardan una línea de diseño que encaja perfectamente con el universo creado, y cuyas animaciones de combate no os dejarán indiferentes.

Hablando ya del aspecto técnico, Lies of P tampoco se queda cojo. Usando el motor Unreal como soporte, el juego funciona perfectamente tanto en el modo calidad como rendimiento. Desde aquí os recomendamos encarecidamente este último, ya que la calidad gráfica apenas se resiente y los 60 cuadros por segundo nos parecen imprescindibles para disfrutar del combate.

Salvo alguna carga tardía de texturas -muy breve, eso sí-, Lies of P cumple con creces. Su sistema de iluminación, según la fase del día, es soberbio en todo momento. Los reflejos y efectos de partículas nos han parecido muy llamativos y los modelados de todos los personajes y enemigos muy sólidos. No podemos poner ninguna queja aquí, ya que el apartado gráfico acompaña perfectamente su faceta artística.

Otro aspecto que no queremos olvidar es su bellísima banda sonora. Es más, creemos que ningún “soulslike“, ni siquiera los juegos de From Software, cuentan con una banda sonora tan enriquecedora, emocional y sensible como esta. Sabe cómo acompañar cada momento, desde combates intensos hasta los momentos más sentimentales de la trama.

Conclusiones: No hay tan diestra mentira que no se llegue a saber

Seguro que habéis notado lo entusiasmados que estamos con Lies of P. Juegos basados en la icónica saga de From Software hay muchos, pero que alcancen este nivel de perfección en casi todos sus apartados es algo que rara vez ocurre. Y por eso, Lies of P nos ha robado el corazón.

Su apabullante diseño artístico, la elegancia y contundencia de su sistema de combate, la trama tan exquisitamente elaborada -con un gran impacto según digamos la verdad… o no-, que todos sus elementos se fusionan para formar parte de un todo absoluto donde no existen cabos sueltos, y el uso tan acertado de la fábula de Carlo Collodi, pero reinterpretando elementos clave, lo convierten en uno de los mejores lanzamientos de este año.

Lies of P es uno de los mejores “soulslike” hechos jamás -y en opinión de quien escribe estas palabras, el mejor-. Si eres fan del género, no debería faltar en tu colección.


Enlaces de interés

Daniel F.

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