Con este proyecto de un Yu Suzuki dando sus primeros pasos, SEGA emprendía en 1987 el primer intento real de elaborar un blockbuster para recreativas, sin imaginarse que ya tenía uno listo con OutRun (pero esa es otra historia que también nos dio para charlar largo y tendidoen este otro reportajede SEGA).
Dreamcast fue la última consola de Sega, y, paradojas del destino, una de las que mejor catálogo almacenó en su breve recorrido. Virtua Tennis, Daytona USA, Virtua Fighter 3, Sonic Adventure, Shenmue, SoulCalibur, Street Fighter III, Skies of Arcadia, Metropolis Street Racer…
Con motivo de su relanzamiento, actualizamos nuestra reseña de este título con esencia de matamarcianos, en el que la sinestesia redondea una experiencia tan divertida como diferente
La tercera visita de Rez al mundo del videojuego, tras las entregas de Dreamcast-PlayStation2 (United Game Artists, 2001) y Xbox 360 (Hexadrive, 2008), continúa imprimiendo un sello deoriginalidad y vanguardia que le concede, por derecho, el estatus de la peculiaridad.
La propuesta de Tetsuya Mizuguchi, el creativo tras Space Channel 5 (United Game Artists, 1999), se atreve hasta con la realidad virtual esta vez, superando el desafío con holgura y revalidando el espíritu innovador con el que sorprendió a propios y extraños, hace ya varias generaciones.
Gran vuelta a uno de los géneros más en desuso actualmente, que destaca por su capacidad para divertir y una duración gigantesca
Gradius, R-Type, Space Invaders, Lylat Wars, Galaga, Moon Cresta, Axelay… La lista de shoot’em ups que nos han hecho disfrutar de sus incontables oleadas de marcianitos, es de las más extensas del mundillo del videojuego; siempre ha sido un género muy apreciado por el público, gracias a la mecánica tan sencilla como efectiva que posee.
Pero es cierto que, tanto la industria como el usuario, han mirado hacia otros derroteros conforme el avance técnico enriquecía la experiencia de juego, haciéndola más compleja y probando nuevas fórmulas que renovasen las ya conocidas.
Un matamarcianos de estética anime con aportes muy originales y realmente divertido, pero bastante perjudicado por su escasísima duración
En el videojuego, como en otros ámbitos culturales como la literatura o el cine, determinadas tendencias se quedan en barbecho después de fatigar al consumidor, esperando tiempos mejores con los que repetir viejos éxitos. Seguir leyendo Análisis ASTEBREED→
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