Análisis de PI.EXE – Review para Nintendo Switch

El estudio español ZenBerry Games nos propone salvar del mal a un sistema operativo en este entretenido indie de estética synthwave

Rubén Aído

Qué bien sienta, entre juego y juego, intercalar propuestas más pequeñas, breves y desafiantes, de esas que resultan tremendamente adictivas.

Estas joyas del panorama indie, con las que durante 2 o 3 horas desconectamos por completo a base de una jugabilidad sencilla y efectiva, son un género en sí mismas y hoy nos toca hablar de la que lleva por nombre PI.EXE, un desarrollo español.

ZenBerry Games es el estudio que ha dado forma a esta propuesta tan interesante como directa. El equipo de desarrollo con sede en Linares (Jaén), fue fundado en 2021 y esta es su primera y única creación hasta el momento, pero no ha parado de recibir elogios y hasta se hizo con el premio Uptodown en el pasado festival de juegos indie de la Freakcon 2022.

Antes de entrar en materia, conviene ponernos en antecedentes. PI.EXE es un juego de acción y plataformas que ya debutó el pasado 2022 en PC a través de Steam, concretamente el 7 de marzo.

En dicha plataforma ha cosechado estupendas críticas, lo que ha incentivado que finalmente haya debutado digitalmente en Nintendo Switch, así que sus responsables nos han facilitado una clave para que podamos transmitiros cómo se ha trasladado su experiencia al juego portátil que ofrece la consola híbrida de Nintendo. Toda una oportunidad para expandir el alcance del juego.

¿Qué es PI.EXE?

PI.EXE hace referencia básicamente a un archivo ejecutable, los conocidos «.exe» para ordenadores. ¿Y quién es PI? Es ni más ni menos que nuestra protagonista, un programa ejecutable destinado a librar de malware un sistema operativo, concretamente nuestro escenario.

Tras esta premisa escueta, pero muy original, se esconde un desafiante juego de acción/plataformas de scroll lateral que juega con las diferentes alturas dentro del servidor.

Nuestro objetivo es bien sencillo: nos toca cortar a todo enemigo que aparezca en pantalla a medida que avanzamos a través de cada sector del servidor, y liberarlo del virus que se ha apoderado de él.

Plataformas y elementos roguelike

PI.EXE sabe ir al grano y resultar muy intuitivo en sus primeros compases, algo indispensable para que nos hagamos con su estilo de juego, comandos y nos familiaricemos con su estética.

Deberemos avanzar sorteando estructuras y enemigos variados, algunos atacan con armas de fuego, otros simplemente resultan un obstáculo intocable que debemos sortear…

Para simplificar nuestras opciones, tendremos un único tipo de ataque, con una espada que puede cortar a los enemigos y tomar sus datos para volver a activarse, es decir, al usarla, requerirá un pequeño tiempo de recarga si no acertamos a la primera.

Su componente plataformero se da la mano con elementos puramente roguelike, pues PI.EXE presenta un notable desafío de medición de saltos, tiempos y movimientos.

Un solo golpe implica nuestra muerte. Si tan solo nos rozan nuestros enemigos nos eliminarán, obligándonos a reiniciar el nivel en el que nos encontremos desde el principio.

El camino es lo que importa

Como en la mayoría de este tipo de producciones, la dificultad y la gracia de su propuesta no está en llegar al final en sí mismo, pues el proceso nos podría llevar apenas un par de horas y hasta menos a los más hábiles. Su gran potencial está en esa capacidad de enganchar al jugador y retarlo a mejorar, dominar los controles, y superar sus obstáculos con mayor rapidez o en menos intentos.

Por tanto, concluir una primera vuelta no es el final de la experiencia, lo que aporta un alto grado de rejugabilidad, pudiendo ofrecernos horas y horas de diversión.

PI.EXE presenta una propuesta puramente jugable, y es aquí donde podríamos encontrar su principal punto negativo: no hay un mínimo esfuerzo por contar con un trasfondo argumental o narrativo, que se podría haber aprovechado dado el carisma que desprende tanto en lo conceptual como en lo estético.

Mecánicas sencillas, pero exigentes de dominar

Sus mecánicas, por suerte, son muy básicas, pues únicamente contaremos con un botón para saltar, y otro para atacar a nuestros enemigos.

Resulta rápido hacerse a los movimientos, pero cascaremos muchas veces y muy seguidas para terminar de comprender cómo funciona su espada de luz y el alcance de cada salto.

Conviene remarcar que los pocos indicadores y puntos de lectura a lo largo de los niveles se presentan única y exclusivamente en inglés, por lo que se pierde un poco de esa sensación atmosférica que nos haga controlar desde el primer momento sus movimientos.

Las secciones plataformeras exigirán muchísima precisión, y el ritmo de juego nos empuja a probar suerte y diferentes tácticas o estrategias hasta dar con la combinación de saltos y ataques correcta, pues llega a resultar muy milimétrico.

Uno de los conceptos más trabajados y originales lo encontramos en su efectivo sistema de combos. Cada vez que golpeamos a un enemigo, el indicador cambia de color, lo que nos otorga más poder al mismo tiempo que acumulamos energía.

Se convierte en una habilidad primordial para liquidar a los enemigos más poderosos y algunos obstáculos.

Virtuosismo 2D y mucho encanto audiovisual

El trabajo que ha realizado ZenBerry Games para este mundo se siente realmente inspirado. Plasman con gran acierto una estética synthwave con gráficos 2D y todos los efectos de luz que esperas de una propuesta tan electrónica y digital.

No cuesta nada sentirse dentro de este sistema operativo, y gracias a un espectacular y breve introducción, se crea una estupenda combinación entre su jugabilidad y su puesta en escena.

Siendo sinceros y justos, el conjunto resulta muy atractivo y al mismo tiempo sencillo, hay mucho color y luces cuando toca, y en determinadas secciones los efectos y las explosiones llenan la pantalla, aturdiéndonos segundos que pueden ser cruciales para ubicarnos, pero no han representado ningún obstáculo reseñable.

En lo que respecta al apartado sonoro, como cabría esperar, nos ofrecen un conjunto de melodías electrónicas que encajan muy bien con el ritmo acelerado de la propuesta.

No son ni muy variadas ni muy originales, pero cuentan con el suficiente encanto como para animarnos e incentivar que sigamos intentando una y otra vez superar cada nivel.

Dificultad y pequeños contratiempos

El juego cuenta con 10 niveles en total, así que podemos decir que es un título corto, y su dificultad o duración real dependerá de nuestra habilidad. Cada vuelta puede llevarnos entre 2 y 3 horas, e incontables intentos, porque morir moriremos hasta la saciedad.

El proceso de repetición resulta tan inmediato que, al caer k.o., en menos de dos segundos estaremos intentándolo de nuevo, con una fluidez que hará que el tiempo vuele.

Nuestro único objetivo es llegar al punto final de cada nivel, un portal que nos llevará al siguiente. No contamos con puntos de habilidad, mejoras o subidas de nivel, y únicamente hay como estímulo a la exploración un objeto coleccionable presente en la mayoría de niveles.

Todo queda en manos de nuestra habilidad, lo que lo convierte casi en un heredero de las emociones que despierta un Souls de manual, frustración primero y luego una gran satisfacción personal.

Toca aclarar que, tal y como nos recomendaron sus responsables al facilitarnos la clave para Switch, la mejor opción en este momento es disfrutarla en exclusiva en modo portátil.

Esto se debe a que se han detectado algunos problemas de escalado en su resolución, que no afectan a la experiencia visual ni jugable cuando estamos en la pequeña pantalla de Switch, pero puede enturbiar nuestras partidas en televisión, algo que se solucionará con el siguiente parche en el que ya están trabajando.

Lanzamiento, precio y detalles técnicos

Para terminar, como suele ser habitual en nuestros análisis, nos gusta especificar algunos detalles sobre sus ajustes y accesibilidad.

PI.EXE debutó en Switch el pasado 18 de mayo, en exclusiva en formato digital a un precio de 5,99€. En este momento cuenta con un descuento del 50% para celebrar su lanzamiento, que durará hasta el próximo 17 de junio.

La obra no cuenta con ajustes de accesibilidad o posibilidad de personalizar parámetros técnicos más allá de ajustes de sonido; y como comentábamos más arriba, llega con sus pocos textos únicamente en inglés, detalles que podemos comprender dado el carácter independiente de este tipo de obras.

Conclusión

A propuestas como esta lo que se le exige, o como mínimo se le pide, es que divierta, que presente una jugabilidad sin fisuras y que no contenga problemas o decisiones que te saquen de contexto en mitad de la partida. PI.EXE cumple con nota este requisito.

Su vistosa e inspirada presentación inicial da paso al centro de su propuesta: una jugabilidad muy sencilla, directa pero desafiante, que no pierde tiempo en adornar lo que realmente busca, que es engancharnos nivel tras nivel, retarnos para repetir hasta que dominemos sus controles y queramos superarnos a nosotros mismos una vez haya terminado.

Estéticamente cumple con lo indispensable, resultar original y único respecto a otros títulos similares, pero es una pena que no cuente con un mínimo de interacción narrativa con su entorno y su potente premisa.

Por otro lado, se hace muy breve, y aunque sea tan rejugable, hemos echado en falta algo más de variedad en los entornos y desafíos, en definitiva, unos niveles más para redondear la experiencia.

Con todo esto, deja un estupendo sabor de boca, muy disfrutable y con un precio estupendamente medido dada la brevedad que puede ofrecer. En su conjunto, es una opción francamente recomendable para pasar unos días retándonos a nosotros mismos.

Valoración: 6.8

Puntuación: 3.5 de 5.