Análisis de SHREDDER’S REVENGE para PS5, PS4, sistemas Xbox, pc y Switch

Las Tortugas Ninja regresan con un beat’em up 2D nostálgico y entretenido

Sergio Díaz

Las Tortugas Ninja se pierden en ese batiburrillo de series de dibujos con doblajes latinos, cintas vhs, álbumes de cromos, yoyós y otros juguetes prehistóricos. Es decir, en ese rinconcito de la memoria más nostálgica por ser una conexión directa con la infancia.

Estos anfibios con nombres de artistas del Renacimiento y dotes para las artes marciales, además de demostrar el tremendo desfase de algunos guionistas de los 90 (es que hablamos de tortugas, que son ninjas y devoran pizzas, cuidao con eso), se colaron en millones de hogares con una serie de animación muy popular que poco tenía que ver con los cómics de los que procedía y, aunque hayan perdido actualidad como tantos otros productos de la época, siguen teniendo su hueco entre los viejóvenes.

Que dicho público sea su prioridad es evidente, y este Shredder’s Revenge busca satisfacer a esos retrojugones desde el minuto 1. Ya no solo con un planteamiento de lo más clásico materializado en una especie de versión corregida y aumentada del Turtles in Time de Super Nintendo, sino también con numerosos guiños que harán las delicias del jugador entrado en años.

Por ejemplo, por citar algunos, interrumpiremos a los esbirros de Shredder mientras juegan a la Game Boy; también uno de nuestros movimientos especiales consiste en lanzar a los enemigos contra la pantalla como en el arcade de los 90, y de hecho, hay un trofeo/logro denominado Modo 7 en homenaje a las virguerías técnicas del Cerebro de la Bestia.

Igualmente, no faltarán las fases a lomos de patinetes voladores como en el citado Turtles in Time, animaciones artesanales graciosísimas cuando recibamos algún golpe (con los ojos fuera de órbita o espachurrados en el suelo) ni una espectacular intro de dibujos animados donde estrena una versión remezclada de su tema musical.

Todo el conjunto, empezando por el apartado visual y terminando por el sencillísimo control, es un homenaje, valga la redundancia, a la vieja escuela más vieja, con todo el encanto que eso supone.

Sin embargo, y ahí está su mérito, Shredder’s Revenge es un producto sólido y muy recomendable para quienes no vivieran los locos 90 y únicamente busquen un beat’em up competente y divertido con el que repartir tortugazos entre hasta seis jugadores.

Dos maneras de jugar

El regreso de estos batracios es obra del estudio canadiense Tribute Games, responsables de otro yo-contra-el-barrio totalmente redondo: Scott Pilgrim vs The World: The Game. De la distribución se ha ocupado la compañía gala Dotemu, ya una especialista en traer de vuelta viejas glorias con gran acierto como Streets of Rage 4 o Windjammers 2.

El conservadurismo de Shredder’s Revenge no es tan extremo como podría parecer a simple vista por su exquisito pixel art. Para empezar cuenta con dos modos de juego, Arcade e Historia.

El primero es la experiencia más clásica: una sucesión de fases en las que hay vidas finitas (tres) y, una vez, gastadas, habrá que empezar desde el principio. No hay saves ni ningún tipo de ayuda extra.

En Historia, por el contrario, hay una propuesta más acorde a los tiempos modernos. Las fases, dispuestas en un mapa por el que podremos desplazarnos a lo Super Mario Bros. 3, ocultan coleccionables y personajes de la serie que, una vez descubiertos, nos proporcionarán puntos de experiencia.

La acumulación de estos XP nos reportará mayores beneficios cuantos más vayamos almacenando, dándonos nuevos movimientos y alargando la barra de vitalidad, entre otras ventajas.

Terminar las 16 fases del juego (que duran una media de 5-6 minutos cada una) también desbloqueará un personaje adicional, Casey Jones, siendo la primera vez que, como April, podremos controlarlo en un juego de las ranas mutantes.

Diversión clásica

La adaptación de un arcade tan decididamente retro a los parámetros y gustos actuales no se queda en esa pequeña evolución de los personajes. La propia jugabilidad incorpora movimientos de esquive y un botón para rellenar la barra de energía, la misma con la que lanzamos ataques especiales.

Dicha barra se carga fundamentalmente a base de sacudir a los enemigos y lo hará más rápidamente si encadenamos combos, aunque si nos interrumpen la secuencia, perderemos el marcador -de los tres disponibles- que no se haya completado.

A modo de curiosidad, también contamos con un botón para interactuar con los otros jugadores de la partida y hacer un saludo especial, único para cada uno de los personajes; igualmente, seremos capaces de realizar ataques cooperativos si nos coordinamos con los compañeros, y reanimarlos si han caído en combate.

Una tarea que se volverá fundamental cuantos más jugadores participemos en la partida a la vez, puesto que el número de esbirros a machacar se ajusta al número de protagonistas en pantalla.

Es decir, que si llegáis al tope de seis jugones simultáneos, preparaos para unas hordas masivas que os van hasta a entorpecer detectar a vuestra tortuga, perdida en esa ensalada de yoyas.

En conjunto, Shredder’s Revenge se basa en un planteamiento conservador con unos toques de actualidad muy agradables y, aunque es francamente divertido, ágil y accesible, también resulta menos profundo que otras alternativas similares. Vamos a ver en qué puntos no termina de funcionar del todo.

Puntos mejorables

Uno de los mayores fallos que he encontrado está en la barra de movimientos especiales: consta de hasta tres niveles como antes indicaba, y los tres pueden rellenarse con un botón de “meditación”, consistente en una animación específica de cada uno de los personajes.

Basta con recargar la “magia”, activarla, limpiar la pantalla de enemigos (porque los cruje a todos de una tacada menos a los jefes fin de nivel) y vuelta a empezar. Una vez ves el truco, avanzar por el juego es rapidísimo, algo monótono y facilón.

Seguro que estás planteándote que por qué no jugar sin utilizar ese movimiento final. Nadie te obliga a ejecutarlo, claro, y puedes prescindir de ese golpe especial y centrarte en jugar encadenando combos y ataques combinados (que es como he jugado yo).

El problema es que Shredder’s Revenge no te “premia” con más XP cuantos más combos encadenes ni mejor puntuación obtengas al acabar la fase por haber jugado de un modo u otro: más “estiloso” o menos, el juego no hace distinciones.

Porque cada enemigo eliminado -sin contar los especiales- es 1 punto de experiencia, da lo mismo como lo liquides: al final eso te frustra y terminas yendo al grano sin recrearte en encadenar secuencias largas de golpes, pues no se va a materializar en ninguna compensación a tu habilidad (como sí sucedía en Streets of Rage 4).

El verdadero reto a nuestra habilidad, por el contrario, lo encontramos en los desafíos que nos propone específicamente cada una de las fases, como por ejemplo, completarla sin recibir un solo golpe o por debajo de un tiempo determinado.

Ahí, quienes gusten de poner a prueba sus reflejos y su paciencia, sí que tienen chicha y de las grandes, además de horas extras una vez terminado el juego.

Otro apartado a tener en cuenta es la escasa diferenciación entre los personajes seleccionables, ya que salvo el caso del Maestro Astilla (notablemente más lento), en el resto apenas percibiremos cambios a la hora de controlarlos.

Por último, destacar que no son pocos los fallos de red en las partidas online, provocando que un boss sea inmortal por más que le zurremos y obligando a salirnos de la sesión; igualmente, la traducción a español es absolutamente nefasta, con frases sin sentido y términos mal localizados.

No deja de ser una anécdota, porque ni la trama es nada del otro mundo y la narrativa se compone de imágenes estáticas a modo de viñeta, pero no deja de deslucir el conjunto.

Y, a título personal, habría agradecido unos filtros retro para jugar con efecto de tele tubo o pantalla de recreativa, porque un juego de estas características lo pedía a voces. Ojalá se animen en futuras actualizaciones aunque no tiene pinta.

Porque las últimas, desde luego, no han incorporado ni retocado nada, solamente se han molestado en publicar una versión nativa para PlayStation 5 que debutará el próximo dia 25 de noviembre (también en formato físico); ni funciones DualSense, ni skins y, atención: tampoco actualización gratuita.

Vuelta a los 90

Aún con estos puntos mejorables, la experiencia de Shredder’s Revenge es tremendamente satisfactoria: tiene tantas cosas a favor que no será una obra maestra, pero sí de lo más recomendable.

Cuenta con un apartado visual colorido y rebosante de animaciones tan artesanales que resultan completamente deliciosas, y su parte musical a cargo de Tee Lopes (Sonic Mania) es vibrante y ochentera, a tono con el espíritu retro del juego.

Las melodías de las seis primeras fases destacan especialmente; como curiosidad, a los jefes finales les precede la misma musiquilla distintiva, como en los juegos de antaño.

Por su parte, el diseño de niveles es muy acertado al reservarse enemigos y situaciones específicas para algunos de ellos (incluso animaciones concretas para nuestras tortugas), en un intento de sorprender con cada fase y esquivar la rutina a la que están abocados los juegos de este género.

Como decíamos antes, que el número de enemigos se multiplique según los jugadores simultáneos puede llegar a ser confuso a veces y despistarnos, pero ese caos también dispara las risas y el cachondeo, que son las notas predominantes de Shredder’s Revenge.

Sin duda, un estupendísimo sucesor del inolvidable Turtles in Time de Super Nintendo: entretenido, con un agradable gusto por la nostalgia y más que recomendable si se busca diversión simple, directa y sin complicaciones.

Hay alternativas con una jugabilidad más profunda, pero en ninguna más gritan: “¡Cowabunga!”.

PUNTUACIÓN: 7,8

Puntuación: 4 de 5.