«No contestes al teléfono. No abras la puerta. No intentes esconderte»
Nuevo artículo, nueva estantería que se revisa. Estaba repasando la sección de terror cuando de pronto algo ha aparecido en escena…
En esta ocasión, NatHorrorGames ha decidido darse una vuelta por el videoclub. Sin embargo, la visita no ha sido tranquila. Nos hemos puesto a perseguirnos por todo el local para decidir qué película veíamos.
Antes de que la sangre corriera, y como la cosa iba de cuchillos, acordamos ver una película con mucha historia y peso en el slasher: Scream. Vigila quién llama, dirigida por Wes Craven en 1996 y escrita por Kevin Williamson, que supuso la reinvención de las reglas en el subgénero y que, sin ser conscientes de la repercusión que tendrían, logró establecerse como el rostro reconocible y revitalizarlo.
Así que aquí estamos, con los cuchillos a un lado —nunca se sabe qué puede ocurrir— y viéndola con un bol de palomitas. Como la hemos visto unas veinticinco veces —no sé en qué momento perdimos la cuenta- y coincide con el 25 aniversario de su estreno en España, allá por abril de 1997, hemos decidido recopilar las que, en nuestra opinión, son las 25 CURIOSIDADES DE SCREAM más interesantes. Sí, en mayúsculas, que suena más hardcore.
Pónganse las máscaras y… ¡Dentro cuchillo!

- Una llamada muy real
En la escena inicial de Drew Barrymore, cuando su personaje, Casey Becker, llama al 911 para pedir auxilio, resulta que fue real.

El equipo olvidó desconectar los teléfonos, y debido a que la escena tuvo que repetirse varias tomas, los operadores le devolvieron la llamada para saber qué estaba ocurriendo.
Habría sido interesante ver todo el lío que tenían montado, aunque quizás el pobre Ghostface habría salido mal parado; ya sabemos cómo son los policías yanquis y su cariño al gatillo del arma.
- Todo homenaje a John Carpenter es bienvenido
Seguimos con el magnífico opening que nos entregó la película. Y es que desde el principio nos muestran que vamos a encontrarnos muchas referencias a otros nombres propios del subgénero slasher.
Muestra de ello es cuando los padres de Casey llegan a casa y se encuentran que a su hija se le ha ido de las manos el juego de roles (¿y quién no casi quema la casa con unas palomitas olvidadas?), descuelgan el teléfono y oyen los jadeos de la joven al otro lado de la línea.
Entonces, el padre le dice a la madre: «sube al coche y ve a la casa de los McKenzie». Esto es una referencia a La noche de Halloween (1978, John Carpenter), pues es lo mismo que Laurie Strode, interpretada por Jamie Lee Curtis, les dice a los personajes de Lindsey y Tommy en la cinta.
Además de esto, encontramos más homenajes. La canción «Don’t Fear the Reaper», del grupo Blue Öyster Cult, suena cuando Billy se cuela en la habitación de Sidney por primera vez; en La noche de Halloween se escucha cuando Annie y Laurie van juntas en el coche a cuidar de unos niños.
Y el más gracioso. En una conversación que tienen Sidney y Tatum, esta última compara lo que está sucediendo con una peli de «Wes Carpenter», en clara alusión a la combinación de los nombres Wes Craven y John Carpenter, ambos exponentes del panorama slasher.

- No hubo firma de anuarios
En este caso, tenemos una historia de «venganza». En un principio, las escenas del instituto iban a rodarse en el Santa Rosa High School de California, pero la junta directiva del centro educativo echó para atrás los planes unos días antes de que empezaran a grabar, así que la productora tuvo que trasladar el rodaje a Healdsburg.
Sin embargo, Wes Craven, que ya se acordó de uno de los abusones del instituto al ponerle el nombre Freddy (diminutivo de Fred) al asesino de Pesadilla en Elm Street, tenía una mención especial para ellos.
En los créditos finales de la película, el director escribió: «De ninguna manera gracias a la junta directiva del Distrito Escolar de la Ciudad de Santa Rosa».
Supongo que no les haría mucha gracia, pero estoy convencido que Craven sonrió muy satisfecho cuando incluyó esta cita.

- «Máteme, señor Ghostface. No quiero ser la protagonista»
Hablemos de Drew Barrymore: era Casey Becker en la película, pero su papel no iba a ser ese. Le ofrecieron ser la chica final, Sidney Prescott, pero ella lo rechazó.
La actriz argumentó que lo que menos le gustaba del cine de terror era que la protagonista siempre sobrevivía. Acordaron, entonces, que el papel de Barrymore sería el de la primera chica que muere de forma violenta.
De esta forma, se logró romper la regla de que la actriz de mayor renombre conseguía ser la que vivía, usando un engaño muy básico pero efectivo.

- «¿Quién crees que soy?»
Roger L. Jackson es quien presta voz al legendario Ghostface. Es un prolífico actor de doblaje y locutor que ha participado en multitud de spots para la televisión americana, programas/aplicaciones electrónicas educativas y producciones para la industria del entretenimiento tan populares como Mass Effect, Monkey Island y Dishonored.
En un primer momento, solo iban a contar con él para una sola entrega, pero les gustó tanto que el binomio Craven-Williamson decidió que tenía que estar en toda la saga, pues, según palabras de Wes Craven, «es insustituible». Tal es así que incluso retomó su rol para la recuela de Scream de 2022.
Una curiosidad más: ningún actor del reparto conocía quién estaba al otro lado del teléfono, porque el propio Craven propuso que debía mantenerse oculto para así resultar más inquietante.

- Tu cara me suena
Es innegable que al director le encanta introducir rostros conocidos como guiños simpáticos. El cameo de Wes Craven como Fred, el monitor del instituto (que además viste la misma ropa que Freddy Krueger), no iba a ser el único.
En la escena donde Billy Loomis se mete en la habitación de Sidney comenta que ha estado viendo la versión censurada de El exorcista (1973, William Friedkin) en televisión.
Sin embargo, esta no es la única mención a la mítica y controvertida película, sino que la propia protagonista, Linda Blair (quien interpreta a Regan McNeil), tiene unos segundos en pantalla como reportera.

Esto sucede en el momento en que Dewey Riley está en el instituto, se encuentra con ella y le espeta que «la gente quiere saber, tiene derecho a saber».
- Mónica al ataque
La tan querida y odiada Gale Weathers iba a ser interpretada por una actriz distinta, ya que la producción (qué raro, los Weinstein en problemas. Luego hablaremos más en profundidad de ellos) no estaba convencida de que Courteney Cox pudiera interpretar este tipo de papel.
Dado que había actuado en tono cómico en la serie Friends, estaba algo encasillada en este registro. Pero ella, empeñada (como su personaje) en conseguir el papel, no desistió hasta que Dimension Films se lo adjudicó. Desde luego, y aunque Weathers no sea santo de mi devoción, tomaron una gran decisión.

- Resacón en casa de Stu
En todos los rodajes hay escenas que duran un tiempo distinto o que requiere un desplazamiento en concreto a otro lugar. Aquí encontramos que la escena número 118 fue la más larga de la película con… ¡veintiún días! Se corresponde con la fiesta que ocurre en el último acto.

Con motivo de celebración por el fin de rodaje, el equipo hizo unas camisetas con el mensaje: «Sobreviví a la escena 118».
Ahora son uno de los productos de merchandising más vendidos de Scream, erigiéndose como una especie de «chiste interno» entre los amantes del cine de terror.

- Woodsboro 90210
En una conversación que tienen Dewey, Tatum y Sidney, hablan sobre la posibilidad de que hagan una película sobre esta última. Él comenta que la ve como una joven Meg Ryan, a lo que nuestra chica final objeta: «con mi suerte, le darían mi papel a Tori Spelling».
Pues bien, casi estuvo a punto de suceder en la vida real, ya que esta actriz, una cara muy popular de la tv de los 90 por la serie Sensación de Vivir, estuvo entre las candidatas para interpretar a Sidney Prescott.

El negrísimo humor de Wes Craven y Kevin Williamson terminó colocando a la Spelling como protagonista de una adaptación de los asesinatos de Woodsboro titulada Puñalada (Stab), interpretando a Sidney Prescott en una divertidísima secuencia de Scream 2.
- No quiero irme, señor Craven
Resulta que el policía bonachón de Woodsboro iba a morir en el plan original por la puñalada que recibe en la espalda.

Aun así, decidieron grabar un final alternativo donde sobrevivía y era llevado al hospital. Y no se equivocaron, pues en el pase de prueba, los espectadores quedaron prendados del joven ayudante Dewey, y es que este bobalicón se hizo tanto de querer que Craven no dudó en incluirlo en el montaje final.
- ¿Universo compartido de Wes Craven?
Esto no llegó a salir en la versión que todos hemos visto, sino que fue recortada del material original.
Cuando Sidney Prescott utiliza el ordenador para llamar a la policía, podía observarse que la dirección de la casa de la joven se ubicaba en el número 34 de Elm Street, en clara referencia a la vivienda de Nancy Thompson en Pesadilla en Elm Street, uno de los títulos clave del cine de terror de los 80 y también obra del maestro Wes Craven. Sin embargo, tuvieron que eliminarla porque debían reducir tiempo final del metraje.

- «Inspirado en hechos reales»
Resulta que Kevin Williamson encontró dos fuentes de inspiración para el guion de Scream: una, en La noche de Halloween, de John Carpenter, su película favorita, y otra, en el horrible caso de un asesino en serie apodado «El destripador de Gainesville».
Los asesinatos los cometió un hombre que se llamaba Danny Harold Rolling en 1990. Esta persona se coló en las viviendas de unas adolescentes y las violó y descuartizó. Fue condenado a cadena perpetua y ejecutado en 2006.

En el momento de ver la noticia, Kevin Williamson se encontraba en casa de un amigo. Tal fue el terror que le causó que fue corriendo a cerrar todas las ventanas y coger un cuchillo para defenderse.
Así que parece ser que uniendo estas dos historias y añadiéndole un poco de imaginación cocinó lo que hoy conocemos como Scream: vigila quién llama.
- Trivial del terror
La pregunta que Ghostface le hace a Casey Becker sobre quién es el asesino de Viernes 13 tiene su origen, y además cómico.
Una noche, Kevin Williamson fue a un bar trivia (si no lo sabéis, son bares en los que se juega al trivial con el motivo de atraer a gente a sus locales los días de menos traqueteo) y ganó un suculento premio formulando una simple pregunta a los parroquianos: «¿Quién es el asesino original de Viernes 13?». Dado que ninguna persona respondió correctamente, Williamson ganó una ronda de pelotazos gratis.
Así que ya sabéis: estudiad preguntas de terror, pues cualquier noche os puede salir gratis… o no morir, que también es de agradecer.

- Esto lo hemos vivido…
Del mismo modo que Jack podía caber en la tabla flotante de Titanic y así vivir con Rose felices y comiendo perdices hasta reventar, el personaje de Tatum podía haber escapado por la gatera del garaje.
Esto se debe a una sencilla explicación: la complexión escuálida de la actriz, reconocido por ella misma en una entrevista realizada por Entertainment Weekly en 2011.
La famosa gatera era demasiado ancha y la actriz se escurría por ella, por lo que, cansados de tanto repetir la toma, optaron por grapar la ropa al marco y que así se estuviera quieta.

Antes de acabar con esta curiosidad, dejamos las palabras que Rose McGowan pronunció: «Ahora sé que quepo por una puerta de perros».
- Cara de Fantasma
Aunque ahora todos conocemos al antagonista de la saga Scream como Ghostface, en la primera película solo se le menciona una vez, y la responsable de hacerlo es precisamente Tatum Riley, que pocos minutos después sería una nueva cifra en la cuenta de asesinatos de Billy Loomis y Stu Macher.

De hecho, os dejamos el monólogo donde se nombra por vez primera y que tan mal se tradujo al español (hemos cambiado la palabra «epílogo» por «secuela», ya que en el idioma original y en el argot del slasher tiene más sentido): «Por favor, no me mate, Cara de Fantasma (Ghostface), quiero salir en la secuela».
- Cosas de brujas
El papel de la no tan casta chica final Sidney Prescott tenía muchas candidatas, como hemos comentado. Pues bien, una de ellas era Melissa Joan Hart, quien interpretó a Sabrina en la afamada serie adolescente Sabrina: cosas de brujas.
Y pensar que todo podía haberse solucionado con un simple movimiento de dedo… Vamos, un Thanos en bruja.

- Cuando llama un extraño
Haciendo referencia a esta película de terror y a la leyenda urbana sobre el desconocido que llama desde el interior del hogar a una canguro, el rodaje de Scream vivió una situación parecida, aunque inofensiva (y menos mal, menuda masacre podría haberse hecho).
Pues bien, resulta que Roger L. Jackson realizó todas las llamadas desde el set, en lugar de añadirlas en posproducción como originalmente tenían planeado.

- Los Weinstein ganándose una puñalada (cómo no)
Vamos a ver. Hablar de estos sujetos nos llevará más tiempo que a George R. R. Martin escribir las dos últimas partes de Canción de hielo y fuego (sin acritud. SPOILER: empezarán a sonar Las lluvias de Castamere). Así que hemos sintetizado bastante los problemas que tuvieron, porque la producción de Scream no fue un camino fácil para el equipo.
Empezamos por la máscara. A Bob Weinstein no le resultaba para nada aterradora; más bien la veía como algo cómico que no lograría causar el efecto deseado. No fueron muy visionarios.
Tal fue la lucha de Craven y su productora, Cathy Konrad, que esta misma les espetó a los hermanos: «dejad a Wes trabajar y que sigamos grabando la secuencia inicial. Si no os gusta, despedidnos».
El desenlace fue un zasca para los Weinstein, quienes tuvieron que retractarse de sus recelos con Craven, al que veían como un director errático, y admitir que la escena había causado impacto.

Y terminamos por el aspecto físico de Drew Barrymore. La actriz fue quien escogió el atuendo que llevaría Casey Becker, pero había un problema que a los Weinstein les calentaba la cabeza (o que no lo hacía, mejor dicho): que el personaje llevaba demasiada ropa. Qué raro en ellos.
Esto, grosso modo, fueron algunos de los obstáculos a los que se enfrentaron para sacar adelante Scream. Hemos omitido las cenas previas, las prácticas weinsteinianas, las llamadas telefónicas y otras partes de los conflictos para focalizar en lo más importante.
- Drew Barrymore en modo John Wick
Wes Craven no tuvo mejor idea que, para lograr que Drew Barrymore llorara de verdad, utilizó historias reales de maltrato animal. Ella, que es una gran amante de los animales, se aterrorizaba y lloraba desconsolada.
Pero… la rubita obtuvo su venganza. En la escena que Ghostface rompe el cristal de la cocina, quien estaba bajo el disfraz era Wes Craven.

Nadie que se mete con los animales sale vivo para contarlo, y en una especie de reencarnación de John Wick, Drew Barrymore le asestó un golpe con el teléfono al asesino, por lo que el grito que oímos en la secuencia era tan real como las historias que el director le narraba a la actriz.
- «Hasta que el bowie nos separe»
La pareja más querida por los seguidores de la saga estaba formada por Gale Weathers y Dwight «Dewey» Riley. No solo en la pantalla encontraron el amor, sino que, una vez fuera del rodaje, ambos decidieron comprometerse (sin la persecución intensa de Ghostface).

Sin embargo, Scream 4 fue premonitoria en el desenlace de su historia, pues en el 2013 el matrimonio se separó en vida real. Se ve que discutían a menudo comparándose cuántos cuchillazos tenía cada uno, y eso termina desgastando.
- Una piedra en el zapato
Jamie Kennedy, quien interpretó a Randy Meeks en la saga, tuvo una idea para que su cojera fuera más real en el final de la primera película, cuando resulta herido tras el enfrentamiento con Ghostface: meterse una piedra en el zapato.

Cuando terminó de rodar, el actor descubrió al director por qué había actuado con mayor credibilidad: hasta tenía una herida considerable en la planta del pie.
- Connecting people
Creo que no hace falta recordar toda la inspiración, guiños y cariño por parte de los creadores de Scream hacia La noche de Halloween. Pues vamos a alejarnos de John Carpenter para ir con Alfred Hitchcock.
Empezamos con la relación que existe entre Psicosis y La noche de Halloween por parte de Samuel Loomis, y no es que el personaje sea Doctor Extraño, que viaja entre universos, sino que comparte nombre con la pareja de Marion Crane y del psiquiatra de La noche de Halloween.

¡Y aquí no termina! Porque el apellido también se ha reciclado para uno de los dos Ghostface que hay, Billy Loomis. De hecho, cuando Billy dispara a Randy, revelándose así su identidad, pronuncia la mítica cita: «Todos nos volvemos locos alguna vez», que dijo Anthony Perkins en su papel como Norman Bates.
- Te estoy viendo por la tele
Aunque esta curiosidad no forma parte completamente de Scream, nos resulta un homenaje simpático entre dos grandes sagas del slasher.
Esto es un guiño devuelto por parte de Steve Miner, director de Halloween H20. Y es que de la misma manera que los jóvenes de la fiesta de Stu Macher vieron La noche de Halloween, de John Carpenter, en Halloween H20 tenemos una escena donde unos estudiantes están viendo Scream 2.
Si algo está claro es que el respeto y amor entre las dos franquicias es patente. Y aplaudimos por ello.

- Scream: la serie
Queremos ver el mundo arder.
Así que esta penúltima curiosidad trata sobre una serie que, si bien no podrá igualar siquiera a Scream 3 o Scream 4 (compiten entre ellas), no hizo un mal papel en su intención de homenajear la saga.
Hablamos sobre las dos temporadas que Netflix compró para su plataforma, a pesar de que existe una tercera temporada en VH1. Tiene muchos defectos, como muchas de las actuaciones o su previsibilidad en la trama, pero al menos mantiene el tipo con unos elementos a destacar.
Para empezar el ritmo, que combina bien los momentos de suspense con los de persecución; también destaca el pasado que persigue a la madre e hija protagonistas, algo que vemos con Maureen y Sidney Prescott, a lo que se añaden los secretos que esconde el grupo de amigos.
También presenta la violencia explícita de las muertes, señal identificativa del slasher, así como las referencias que esconden sus episodios (y no, bombardear con una retahíla de nombres de películas de terror no es rendir homenaje, es buscar en Google, y en esta serie no recurren a ese truco vago) y la inclusión de Noah Foster como el sosías de Randy Meeks.
Igualmente, destaca el diseño de la máscara de Brandon James (que cumple bien su función), e incluso el opening de la serie. Todo esto conjura un producto que reúne las bases del slasher. No hay que olvidar que contaron con la financiación de Wes Craven, que la produjo hasta su fallecimiento.
Os recomendamos verla, porque no va a ser peor que muchas otras series. Si os gustan las referencias inteligentes (y no vagas de Wikipedia), los guiños a Scream no solo en ciertos acontecimientos, sino en la narrativa, y una buena dosis de puñaladas, ¡corred a Netflix, insensatos!
- Va por ti, Randy
Y, para despedirnos, tenemos que hacerlo con la proyección de Wes Craven y Kevin Williamson en la ficción.
Esta figura clave, que sirve como catalizador del subgénero, es sin duda Randy Meeks. Él se encarga de transmitirnos el funcionamiento de los slasher y de ejercer el papel típico del detective que debe descubrir al asesino.

Todo esto se verbaliza explicándoselo a sus colegas y, en concreto, con el momento que Randy se detiene, cerveza en mano, junto al televisor cuando este muestra un plano detalle del cuchillo de Michael Myers.
Es ahí donde el joven nos entrega un monólogo que enumera las reglas para sobrevivir con éxito a una película de terror, y que luego veríamos repetida en entregas posteriores, recalcando la cuarta con una regeneración de las reglas ya quebrantadas.
También encontramos este ejercicio de metacine en otras películas del subgénero, como Detrás de la máscara: el encumbramiento de Leslie Vernon (2007, Scott Glosserman) o Chicas trágicas (2017, Tyler MacIntyre).
Así que aquí van las primeras páginas de la biblia de Randy Meeks:
NÚMERO UNO: no practicar el sexo; ¡es un gran NO!
NÚMERO DOS: no puedes nunca beber o tomar drogas: es el factor pecado; el pecado es una extensión de la número uno.
NÚMERO TRES: NUNCA, bajo ninguna circunstancia, digas: «ENSEGUIDA VUELVO», porque no volverás.
Si desde Videojuerguistas quieren contratarnos de nuevo, volveremos a mencionar el resto de reglas que nombra Randy en Scream 2 y Scream 3.
Y esto es todo, herederos de Randy. Nos despedimos NatHorrorGames y Woodsbhorror. Esperamos que os hayáis divertido con estas pequeñas curiosidades, aunque… Un momento…

¡BONUS TRACK! ¿Creíais que aquí terminaba nuestro homenaje a Scream y que no íbamos a guardar una pequeña sorpresa para el final, cual Billy Loomis recibiendo varios tiros en el epílogo después de resucitar?
Pues sí amigos, tenemos una última curiosidad: la primera tirada de Scream Vigila quién llama para el mercado doméstico en nuestro país (que fue el quinto vhs más vendido del año en España) se comercializó, a través de Lauren Films, con un detalle muy especial. Los estuches incluían una postal con el cartel promocional del film donde venía impresa una dedicatoria del maestro Wes Craven de su puño y letra: «For my Spanish friends».

Un detallazo que recogía la gratitud por el veterano cineasta con el monumental éxito de la película, que se mantiene como el slasher más taquillero de la historia del cine.
Gracias por acompañarnos en este homenaje a esta inteligente, ácida y entretenidísima obra maestra del género. ¡Felices puñaladas y hasta nuestro próximo especial!
Por cierto… No nos habéis contestado: ¿Cuál es vuestra película de terror favorita…?

4 comentarios en “«¿Cuál es tu película de terror favorita?» – 25 anécdotas y curiosidades de SCREAM VIGILA QUIÉN LLAMA (1996), la reinvención del slasher”
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