Perfecto Artola Fernández
@OdaAlFrikismo
La nueva generación de consolas llegó hace poco a nuestras vidas, en un 2020 realmente difícil con todo lo de la pandemia, crisis económicas, disputas políticas…
No me extraña, en parte, que la gente haya adquirido los nuevos productos de Xbox y PlayStation (la gente sale menos y eso conlleva a ahorrar en ocio y viajes), pero también me sorprende (y por eso he dicho “en parte”) que al menos PlayStation 5 se haya quedado sin existencias debido a las fuertes demandas del producto, puesto que esta crisis también ha acarreado mucho descendimiento económico.
Vivimos en una sociedad de constante consumo y cada vez vamos a más; la publicidad es más agresiva y se ramifica a su vez por diferentes tentáculos en un mundo en el que, si no estás en lo actual, puedes quedar rechazado, en cierto sentido, como una persona más limitada, más marginal: menos “en la onda” por así decirlo. Yo lo he sufrido.
Cuando PlayStation 5 llegó al mercado creo que los motivos por los que quería obtenerla no eran tanto el hecho de quererla por ser la propia nueva consola; era más desearla por la presión social, porque la gran masa la adquiría y no quería quedarme atrás.
Conseguí salir de dudas cuando a principios de diciembre de 2020 fui a casa de un amigo que la tenía, y la probé jugando “Demons Souls”, “Ghost of Tsushima” y “Crash Team Racing: Nitro Fueled”.
Sinceramente me pareció muy fea en el diseño, poco práctica por su tamaño y acompañada de un catálogo que es casi inexistente (que sí, que “Demons Souls Remake” es exclusivo pero tienes la versión original en PS3).
Prefiero cuando pueda adquirirla una versión más pequeña, barata y acompañada de algún pack de juegos; así que ahora y con la mente más lúcida me pregunto “¿por qué está agotada?”.
Sé de gente que ha vendido su consola anterior y prácticamente todos sus juegos solo por adquirir de salida la next gen con algún juego, e incluso tiendas y portales de internet que las vendían a más de 600, 800 o incluso 1000 euros y lo peor de todo es que la gente las adquiría… ¿por qué esa ansia?
El consumo se ve también reflejado cuando vas a una tienda y ya puedes ver en expositores de juegos de segunda mano juegos del catálogo que ya están a precio reducido, ya han sido consumidos, la chispa de su moda ha descendido y no interesan tanto y esto es algo que recuerdo también muy bien con la salida de “Red Dead Redemption II” en 2018: enormemente deseado pero que bañaba los estantes de segunda mano a las dos semanas.
Actualmente yo he decidido dar pasos hacia atrás y estoy jugando “Fallout: New Vegas” el cual nunca había jugado, o incluso recuperando juegos de la infancia de la primera PlayStation porque hay tanto que jugar, tanto por descubrir, que cuando nos obcecamos solo en lo que tenemos delante en consecuencia nos perdemos bastantes cosas.
Me doy cuenta así de que siempre será caro y difícil estar a la moda, o a lo actual o lo que se vende en el momento, porque es un constante consumo muy estresante que no merece la pena: cuando pase el “boom” puede que hasta te arrepientas de haberla adquirido.
Sí, hay cosas que no son “la moda” que también conllevan un coste como puede ser el coleccionismo y el mercado retro, que puede ser realmente costoso, pero la gran diferencia se halla en la senda de buscar juegos antiguos por el mero placer de hacerlo, sin presiones de ir a la moda.
Entramos en un círculo vicioso de inconformismo y de malestar, donde el consumo es como caer en un abismo: algo eterno, que no tiene fin y que no hace más que desgastarnos a nosotros, ¿realmente merece la pena?
Sé que esto no es , por supuesto, aplicable a todo el mundo ya que hay personas que la compran porque la desean sin ningún tipo de conflicto o presión interna, pero también debemos reconocer que todos estos elementos mencionados anteriormente nos crean mucho malestar y angustia, y es algo aplicable tanto a la next gen como a cualquier elemento de ocio, consumo, moda… en esta vida.
Vivimos en un mundo en el que de la noche a la mañana una cosa deja de importar y así en bucle … como yo, que ya comienzo a ser algo reiterativo en mis palabras.
En resumen, ya que no podemos evitar vivir en una sociedad tan sumamente consumista y material , donde por todos lados nos bombardean a productos y a comprar, a estar a la altura y dar una imagen social de “tanto tienes, tanto vales”, nos paremos y procuremos usar el raciocinio y ser consumidores responsables, porque la decisión final es nuestra.
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