El final de muchas cosas
P. Artola Fernández
@OdaAlFrikismo
Kingdom Hearts… Es decirlo, pensarlo, y me vienen tantos recuerdos, me vienen tantísimas cosas a la mente…
Es una saga de videojuegos con la que me he criado, que me ha aportado y enseñado valores, me ha hecho ilusionarme… Con ella he vivido mi infancia, mi juventud, mi adolescencia…
Y ahora estamos aquí, por fin y tras varios años de espera, ante su juego final, el ansiado Kingdom Hearts III y sí, me hace una ilusión tremenda, pero a la vez me crea un agujero en el estómago, una señal de que este juego no es solo el cierre de la saga, sino que, también, lo es de una parte de mí que ha perdurado durante años esperando este momento, sintiendo ahora que ha nacido para vivir y finalizar este viaje, porque Sora nos cogió de la mano en 2002 y ahora, 17 años después, posiblemente pueda soltarla y dejarnos volar.
Me introduje en la franquicia por un disco de demos que venía con PlayStation 2: oh… ¡Qué época más inocente aquella! Sin tanto Internet, sin tanto Whatshapp,… Era pura inocencia, descubrir cosas y dejarse deslumbrar tan fácilmente… Cuando vi, en aquel disco, el tráiler del primer Kingdom Hearts (porque sí, no era demo, sino un video en este caso) quedé maravillado… ¿Final Fantasy con Disney?
Finalmente, en 2004, un primo mío me dejó la primera entrega en la PlayStation 2 y… He de admitir que la primera vez solo jugué 4 horas porque lo que realmente me apetecía era explorar el mundo de Tarzán; pero seguí jugando y el resultado fue que, a día de hoy, y tras 15 años, Kingdom Hearts de 2002 es mi juego preferido de la historia, me ilusiona cada vez que lo juego o pienso en él, el final me hace llorar y, con el paso de los años, el factor nostalgia ha hecho más sólido este sentir.
El resto os podéis imaginar: Chain Of Memories (odiando los Naipes con toda mi alma) también lo jugué y hasta el dos, meses antes en japonés… y así.
Claro que la saga no me parece perfecta y, de lejos, el primero me parece el mejor porque, y estaremos todos de acuerdo, la serie se ha tergiversado muchísimo y solo la primera entrega tiene esa calidez especial que la caracteriza, esa historia tan bien hilada, ese desarrollo de personajes tan estupendamente hecho (el Sora que más me gusta es el de esta entrega, en los demás juegos lo veo plano) y, si no fuese por esa sensación tan pura que engendró, el resto de los juegos habrían caído en el olvido; pero aún así, ésta me fue atrapando y vivió conmigo momentos importantes de mi vida como el primer amor con su primera ruptura, acabar el Bachillerato, iniciarme en el teatro, y sí… vivir el paro, todo sea dicho.
Hemos crecido, algunos peinamos entradas y otros canas, estamos ocupados o buscando estar ocupados, las redes sociales y Youtube lo absorben todo, y atrás quedaron los tiempos de inocencia, nuestras preocupaciones son del mundo de los adultos…
Sinceramente, no sé cómo, sin darnos cuenta, sin buscarlo o esperarlo, nos hemos convertido en aquellos adultos que desde niños alzábamos las cabezas para poder observarlos. Ahora conocemos más la hostilidad y los peligros del mundo, las complicaciones que tiene y lo complicados que podemos llegar a ser nosotros, pero siempre he procurado cuidar de ese niño que vive en mí.
He sufrido varias despedidas a la infancia, como el fin de Harry Potter o de la trilogía de El Hobbit y El Señor de los Anillos, entre otras cosas; pero la espera de Kingdom Hearts III siempre ha estado ahí, como un remanso de paz, como un “bueno, lo mejor está aún por llegar” y el hecho de que esté prácticamente aquí, a las puertas, solo me hace ver que todo llega y todo pasa, que el tiempo es efímero y que, al final, todo termina.
He esperado años este momento, y la llegada del juego con tantísimas bombas de publicidad, análisis, videoreacciones y tráilers que prácticamente te lo enseñan todo, teniendo que huir de la información que nos dan porque nos destripan el viaje…
No es más que el reflejo de un juego ansiado que llega en una época donde la sobreinformación lo rompe todo y me hace pensar que quizás este juego haya llegado demasiado tarde, pero… Aquí está mi niño interior, floreciendo, dejando sus preocupaciones un poco a un lado para volver a ser Sora y vivir maravillosas aventuras.
Durante estos meses he estado haciendo vídeos de repaso de la saga, uno por juego, y en unos días subiré el último sobre el epílogo, y para mí ha sido volver a soñar, volver a tener 14 años y sé que cuando tenga el juego entre mis manos mis ojos se humedecerán: que, por un momento, olvidaré el oscuro mundo que me rodea, cogeré la llave espada y lucharé contra él.
Creo que estoy preparado, pero tengo miedo, porque, cuando Kingdom Hearts III sea finalizado, cuando pasen unos meses y lo encontremos a 30 euros en las tiendas de segunda mano, cuando el boom haya pasado… ¿qué tipo de persona seré?
Porque reconozco, desde el fondo de mi corazón, que esto es un adiós: un adiós a aquel niño que vivió la saga, no será un “para siempre” pero sé que nada volverá a ser lo mismo.
Así que disfrutemos de este hype, de estos días previos, de esta maravillosa cuenta atrás que solo viviremos una única vez y que la sellemos en nuestra alma para siempre. Seamos niños una última vez, adentrémonos en Kingdom Hearts de la mano de los amigos de nuestra infancia y combatamos por la luz.
Estoy listo… Por mí, por nosotros, por los niños que fuimos y los que llevamos ansiando esto durante una década mientras crecíamos… Cojamos la mano de Sora en este viaje que no vamos a olvidar jamás.
¡Gracias a todos por haber leído el texto! Estoy muy orgulloso de formar ahora parte de esta bella familia que he conocido desde hace poco pero que rápidamente se ha hecho con mi corazón; con este artículo me estreno y será el comienzo de muchas más cosas.
Ahora, todos a disfrutar de la conclusión de esta maravillosa historia con la que hemos crecido.
Os espero al otro lado