Distopías indies (I): LISA

David Marín

@Marindinger

 

Dentro de los diversos géneros a los que puede pertenecer una historia, hay uno tan atractivo e intrigante como inquietante y alarmante si tuviésemos que vivirlo en primera persona.

Estoy hablando de las distopías, esos relatos que crean respuestas para las preguntas que todos nos hemos planteado, por lo menos, una vez, y que, quizá, hubiésemos preferido no imaginar ante las realidades tan sórdidas y abyectas que pueden surgir bajo determinadas circunstancias inherentes al género.

Fallout, una de las sagas más emblemáticas de Bethesda, ha conseguido materializar a través de nueve juegos una cuestión tan perniciosa como indeseable: ¿Qué pasaría si las naciones más poderosas del planeta se enfrentasen y, en el proceso, desatasen un desastre nuclear que condenara a toda la humanidad?

En el futuro distópico que estos juegos nos presentan, la supervivencia de nuestro protagonista se ve constantemente amenazada por un enorme elenco de criaturas agresivas e irradiadas, afectadas por un irreversible proceso de mutación que las ha cambiado indefectiblemente.

Incluso nuestra propia especie nos lo pondrá difícil. Muchos de los que sufrieron la guerra y la posterior radiación, tuvieron que dedicarse al saqueo y al asesinato para sobrevivir.

Cuando cayeron las bombas, la realidad sufrió un enorme y rápido cambio para todos.

Deus Ex, por su parte, nos lleva a una distopía futurista donde la tecnología ha avanzado lo suficiente como para posibilitar que la implementemos en nuestros cuerpos, mejorando nuestras capacidades básicas.

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Puede hacernos más rápidos, fuertes, o resistentes. Es capaz incluso de actuar como prótesis para personas que han perdido un brazo, o una pierna.

Se concibió para curar enfermedades, y mejorar nuestras vidas.

La pregunta es: ¿Perderemos lo que nos hace humanos al sustituir la perecedera carne por la fría y sofisticada máquina? ¿Buscará la insidiosa naturaleza humana maneras de corromper esta tecnología para beneficiarse arbitrariamente de ella? ¿Suponen esos implantes y chips el siguiente eslabón de la escala evolutiva humana?

Los prejuicios no tardaron en aflorar, y la sociedad acabó dividida entre aquellos que defendían la “pureza humana”, y los humanos aumentados (aquellos que se habían instalado implantes).

Una sociedad separada donde la intolerancia y el odio están a la orden del día, resulta una presa fácil para entidades y organizaciones secretas que pretendían privatizar y controlar dicha tecnología.

Lo que debería haber sido algo beneficioso para toda la humanidad solo derivó en la configuración de ciudades caracterizadas por la crispación y la displicencia entre sus ciudadanos.

Antes de meternos en materia, unas últimas cuestiones: ¿Qué sería de la humanidad si todas las mujeres desapareciesen y el planeta estuviese habitado únicamente por hombres? ¿Qué pasaría si nuestra supervivencia dependiese de las acciones y decisiones de un hombre atormentado por su pasado y destruido emocionalmente?

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Con ese punto de partida, da comienzo Lisa. Un indie sobre la redención y lo arduo que puede llegar a ser dejar atrás un pasado que, inevitablemente, nos persigue y condiciona.

Nos pondremos en la piel de Brad, un protagonista en una lucha constante con sus demonios, con sus dudas y, en última instancia, consigo mismo.

Un día, mientras da un paseo, oye unos sollozos infantiles. Incrédulo, se acerca al origen del sonido, y allí estaba. Un bebé, una niña. Una recién nacida.

Era una situación totalmente excepcional. Nadie había visto a una mujer en años, por lo que era inconcebible la posibilidad de un nacimiento.

Tras una serie de acontecimientos, Brad tendrá que emprender un viaje en busca de quien considera una hija y, al mismo tiempo, de la redención por sus crímenes del pasado.

Saldremos a un mundo inhóspito, hostil, decadente y peligroso. Las gentes que lo habitan han abandonado toda esperanza de un futuro mejor, y se han unido a diversas y pintorescas bandas de saqueadores, enzarzados entre ellos por el control y el poder.

No todo en el a priori destrozado universo de Lisa es triste y amargo, la narrativa sabe perfectamente cómo conjugar una historia sórdida con temas tan duros como el maltrato y el abandono con un humor peculiar e ingenioso, y con unos personajes secundarios genialmente construidos e increíblemente memorables.

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Durante nuestra odisea personal nos encontraremos con un gran elenco de personajes que podrán incorporarse a nuestro grupo, el cual tendrá un tamaño máximo de cuatro.

No todos serán carismáticos o elocuentes, ni contarán con una historia o unos diálogos cautivadores, pero algunos de ellos han conseguido emocionarme, y ocupar un lugar en mi corazón.

¿Para que necesitamos compañeros?

Estamos en un mundo violento y cruel, por lo que tendremos que recurrir al combate constantemente para abrirnos paso entre los enemigos que se crucen en nuestro camino.

Cada personaje, incluyendo a nuestro protagonista, tiene habilidades propias, bastante diferenciadas. En el juego hay numerosos efectos de estado, tanto perjudiciales (asustado, aturdido, enfadado, lloroso…) como beneficiosos -guay, inspirado…-.

Entre la variedad de personajes que pueden integrar nuestro grupo, habrá que elegir adecuadamente, ya que las capacidades de unos se pueden combinar con las de otros para crear poderosas sinergias, y derrotar a nuestros rivales con facilidad.

Además de poseer un combate caracterizado por sus elementos rpg y un mundo desolado por el que transitaremos durante horas, Lisa también cuenta con un sistema de toma de decisiones que llega a ser bastante duro, e incluso truculento, ya que nos llegaremos a ver en la obligación de elegir entre las vidas de nuestros compañeros y nuestras posesiones, o nuestra propia integridad.

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Por otra parte, tiene una banda sonora absolutamente inolvidable. Alberga temas preciosos que nos situarán en algunos de los momentos más agridulces y tristes del juego, pero también en los más entrañables o divertidos.

Este es uno de mis favoritos:

He podido jugar a Lisa este 2018, y ha sido una de las mejores experiencias jugables que he tenido en años. Consiguió atraparme con la belleza de su narrativa, con sus icónicos personajes y temas, y con la dureza y decadencia de un mundo al que siempre me gusta volver.

Una auténtica joya del mundo indie, y una prueba del potencial de esta industria para evocar sentimientos complejos, y despertar en nosotros emociones difíciles de explicar ante las historias que tenemos la oportunidad de vivir.

Podéis encontrar Lisa en rebajas de Steam por menos de 10 euros. Por ese precio, yo ni me lo pensaría.

Si decidís adquirirlo, espero que podáis disfrutar tanto del viaje como lo hice yo en su día.