En primer lugar, quiero agradecer el apoyo constante, promoción y asesoramiento a la página web ‘Videojuerguistas.net’ y a Sergio. Por más momentos charlando de nuestro género favorito y sus ramificaciones.

Esta obra nace, en realidad, hace un año; por entonces logré escribir 99 páginas (equivalente a 19 000, casi 20 000, palabras). Sin embargo, abandoné el proyecto por motivos personales. Entonces, mientras navegaba por los proyectos de Word guardados en One Drive, me encontré con el primer borrador de esta novela.

Me sentí motivado a reanudarla, reescribiendo la historia. Quise aplicar las técnicas aprendidas en el transcurso de un año. Finalmente, las palabras fueron escribiéndose solas, sorprendiéndome de la facilidad con la que rellenaba los espacios en blanco.

La intención, que sigo manteniendo, es la de «homenajear», por llamarlo de alguna manera, a un título que me inspiró a escribir y me ayudó, en cierta medida, a olvidarme de unos problemas personales (por entonces los concebía con una gravedad desorbitada; ahora, en retrospectiva, los considero una nimiedad intrínseca en la prematura adolescencia que atravesaba).

Me sentí atrapado por su historia, la forma en la que narraba los hechos; el ambiente sobrecogedor que se cernía sobre cada rincón, aun cuando el sol estuviese presente. El guion, aunque hace continuas referencias (con más o menos sutileza) a autores como Edgar Allan Poe o Stephen King, hilvana a la perfección cada suceso, dando lugar a una trama psicológica y un ritmo vertiginoso.

También, he de admitir que me quedé saboreando una secuela. He leído muchas especulaciones acerca del final de Alan Wake. Es evidente la ambigüedad que despierta este título, y teniendo en cuenta que muchos —en los que me incluyo— están expectantes por una continuación, es incontrolable la variedad de teorías que pululan por Internet para tratar de zanjar o incluso añadir más suspense al videojuego original.

Por ese motivo, quise plasmar sobre el papel lo que me dictaba mi imaginación. Al igual que cada uno sacó sus propias conclusiones, yo extraje las mías para dar forma a esta novela.

Ninguna teoría es errónea, pero tampoco correcta; simplemente son conjeturas. Aunque tomo como referencia el final del videojuego original, incluyo datos pertenecientes a sus expansiones La señal y El escritor, aparte del título independiente a la historia Alan Wake’s American Nightmare, con el fin de reforzar la historia y trazar la vida de los personajes después de los hechos ocurridos en Bright Falls.

No tengo la intención de imponer mis hipótesis por sobre el resto. En esta historia me propuse el objetivo de preservar el espíritu que Remedy puso en Alan Wake. Por supuesto, encontraréis referencias del género de terror en sus vertientes literarias y cinematográficas.

Sin más, les presento El manuscrito de Wake.