El 25 de junio de 1993, Bernard, Laverne y Hoagie protagonizaban la descacharrante secuela de Maniac Manson, donde había que impedir la conquista del planeta a manos del Tentáculo Púrpura.

Viajando a través de tres épocas distintas, los ¿héroes? se tropezarían en su misión con conductos temporales en forma de letrinas, un estupendo doblaje –incorporado a la versión en CDRom- lleno de diálogos surrealistas y situaciones estrafalarias, que incluían los dientes de George Washington y las ocurrencias de Benjamin Franklin.

El título despediría el hub clásico de objetos y acciones que había popularizado la compañía, reemplazándose por otro compuesto únicamente de iconos desde Sam and Max: Hit the Road.

Considerado videojuego de culto, la producción no alcanzó el éxito comercial –apenas llegó a las 80 000 copias hasta 2009, según informó el magazine Edge- pero sí el prestigio y el carisma de las otras creaciones de la casa LucasArts, como Grim Fandango o Monkey Island.

Hace escasas semanas, un grupo de fans publicó  gratuitamente el prólogo de una secuela no oficial mientras el creador del juego, Ron Gilbert, ha declarado su interés en adquirir los derechos de Maniac Mansion para retomar la saga.

Reeditado desde 2016 para el mercado digital de compatibles y sistemas Sony, Day of the Tentacle ha demostrado que su socarronería e ingenio son capaces de aguantar el paso del tiempo con una frescura a reivindicar.